viernes, 30 de diciembre de 2016

Un navío inglés llamado "Resolute"

En 1845  Sir John Franklin había salido de Inglaterra al frente de una expedición ártica sin que en 1848 se hubiesen tenido noticias de su suerte. Sucesivamente siete buques británicos, dos de vapor y el resto de velas, intentaron dar con él. Uno de estos últimos era el HMS Resolute que, al mando del capitán Kellett, quedó atrapado en el hielo. Belcher, jefe de la expedición, ordenó a Kellet abandonarlo.
El 10 de septiembre de 1855, el Resolute abandonado fue encontrado, incrustado en un témpano a la deriva, por el ballenero norteameri-cano George Henry, capitaneado por James Buddington a 1.900 kilómetros del lugar de su rendición.
    “Sobre una mesa enorme había una tetera de metal, reluciente como si fuera nueva,
     también un gran volumen de la Biblia de la familia de Scott, junto con vasos y
     botellas de licores selectos. Cerca estaba la silla del capitán Kellett, un mueble
     macizo sobre el que se había extendido, como para proteger este asiento de un
     uso profano, la bandera real de Gran Bretaña”. 

Buddington llegó con el Resolute a New London Connecticut, la víspera de Navidad.
El Congreso de los Estados Unidos lo compró por 40.000 dólares y lo restauró devolviéndolo a la reina Victoria el 13 de diciembre 1856 como una muestra de cortesía. Y Resolute siguió sirviendo hasta su retiro y desguace en 1879.
La reina Victoria regaló en 1889 al Presidente de los Estados Unidos Rutherford B. Hayes un escritorio hecho con madera del Resolute. Y todos los Presidentes, menos tres, lo han tenido en su despacho como tributo de honor a tan noble historia. Se dice que una copia del mismo se conserva en el Museo de New Bedford y otra en el Museo Naval Real de Portsmouth.
Este hecho, tan complejo y tan frío, puede despertar en nuestras reflexiones de educadores alguna admiración por la conducta de los hombres envueltos en él.
El arrojo de los que sienten que sus vidas deben servir para abrir caminos de ayuda y altruismo. La veneración por los valores que los que nos han precedido han sembrado como semilla de generosidad y valentía. El agradecimiento hacia quienes han aportado algo o mucho a nuestro crecimiento como miembros de una familia, una sociedad, una nación. La resolución (recordemos el nombre de nuestro barco, RESOLUTE, Resuelto) en nuestros proyectos y actuaciones. Y, sobre todo, la honradez en la conducta, la generosidad en nuestras relaciones, la fidelidad y reconocimiento al pasado que nos permite vivir hoy nuestro presente.

domingo, 25 de diciembre de 2016

Navidad.

Aunque vivió hace tres siglos, conoces, sin duda, al pintor vizcaíno Patricio Ugarrize. El prior del monasterio cuyo retablo le habían encargado remozar a Patricio revisó la nota que este le entregaba con los honorarios al final de su largo y cuidadoso trabajo: 158 reales de vellón. Y no estaba de acuerdo el no menos cuidadoso prior porque le parecían muchos reales. Y así se lo hizo saber al artista pidiéndole detalle de lo hecho.  Y el artista volvió a repasar su intervención anotando cada uno de los arreglos y el precio de su trabajo.
Helos aquí: Por corregir, retocar y barnisar los Diez mandamientos, 26. Por afeitar a Pilatos y echar un galón nuevo en la gorra, 8. Por arreglarle cola al gallo de la Pasión y ponerle cresta, 4. Por arreglar los dedos al Buen Ladrón y sujetarlo en la cruz, 2. Por lavar la cara a la criada de Caifás, 12. Por ponerle los dientes a Herodes y atusarle la peluca, 6. Por limpiarle las orejas y el pelaje a la burra de Balaán, 8. Por aumentar el cabesa a Goliat y engordarle pantorrillas, 8. Por haser ventana nueva en Arca de Noé, 14. Por remendar camisa hijo pródigo, 6. Por echar una asa nueva en cubo del Samaritana, 2… más lo que importaron otros detalles hasta los 52 reales que faltan en la justificación total.  
Me ha venido al recuerdo este gracioso memorial económico al contemplar un año más con cuánta atención se prepara, se vive y se celebra la Navidad, el acontecimiento más asombroso en la historia de los hombres y el regalo más grandioso de Dios. Lo que importan, parece, son las luces, los adornos, los brillos, las juergas, los sombreros, las botellas, los disfraces, las sorpresas… Parece como si la niñez se apoderase de mentes que razonan bien en cualquier otra ocasión, de criterios equilibrados y maduros que aciertan en la gestión normal de la propia existencia y de la ajena, de posturas que parecerían ridículas y de las que se reirían los que no lo hacen de ordinario porque ahora las adoptan también.
Nuestra misión en la orientación de la vida de nuestros hijos, de nuestros jóvenes, de todos los que amamos, debe tener presente este desvío que resulta tan fácil y tan frecuente. El equilibrio al aceptar, la justa estima de las cosas sin dejarse dominar por ellas y la búsqueda de la verdad en medio de la hojarasca con la que algunos la ahogan, son fáciles de transmitir cuando nos ven optando con claridad, con decisión, con entusiasmo por lo que vale de verdad la pena.  

martes, 20 de diciembre de 2016

Grandote.

Acabo de leer, y aquí te los ofrezco, querido amigo, unos versos que llevan el título de La calabaza y la fresa, originales de Joaquín Mª González de la Llana. Van los versos, por comodidad mía, sin su acostumbrada y nativa forma de “en su lugar descanso”, pero no creo que en pelotón te den fatiga o desasosiego.

"Quejábase amargamente una oronda calabaza de que, al venderse en la plaza, no la apreciaba la gente con ser tan grande su traza. En cambio, con gran sorpresa y con enfado veía lo que ella no comprendía: que, siendo chica la fresa, por más precio se vendía. Y decía: “Es muy extraño que una cosa tan pequeña la gente en comprar se empeña; y a mí, con mayor tamaño, me desprecia y me desdeña”.
Dijo la fresa: “¿Te extraña que todo el mundo me elija? Es que a la gente no engaña lo grande; solo se fija si es sabrosa nuestra entraña. Tú eres grande, ¿quién lo duda?; mas, aunque eres tan panzuda, es tu entraña hueca y sosa; mientras que es dulce y carnosa la mía, con ser menuda”.

No es lo más grande mejor: hay hombre que en apariencia es grande y, a lo mejor, está vano en su interior y es insípida su ciencia.
Cuando un niño se coteja con su padre, y con su madre una niña, les vienen ganas de ser grandes. ¡Cuántos gestos hemos reído o… lamentado a propósito de esas ganas!
No tenemos, tal vez, en cuenta que el deseo de aparecer o gustar es natural e innato. Pero no debe nunca afianzarse como “criterio de su crecimiento”. Comentar (más que elogiar), celebrar (y no halagar), alegrarse (y no presumir) de pasos, cortos o largos, en la maduración de su personalidad pueden hacer, sin engreimientos, que se estimule el esfuerzo, se fomente la confianza en sí mismos, y el orgullo de parecerse a lo más noble del árbol en el que han crecido.

jueves, 15 de diciembre de 2016

La Huella.

Los historiadores aseguran que los primeros europeos que llegaron a Japón fueron los portugueses. Por aquel entonces Japón había logrado, con dificultad, la unidad política: en los comienzos del siglo XVI Tokugawa Leyasu daba a la nación una estabilidad que nunca había tenido.
Los portugueses llevaban el comercio, la novedad y la fe cristiana a la que se adhirieron en los cien años siguientes quinientos mil nativos. Tal vez, en el fondo, y por parte de algunos de ellos, se unieron en esa conversión el atractivo de su doctrina y costumbres, algunas ventajas políticas y económicas, la novedad y la facilidad para una mejor relación diplomática. Por ejemplo, se dice que el Daymio Nobunaga Onamura de Nagasaki pudo buscar alguna de esas ventajas. Y Kyoto, la ciudad imperial aquellos años, vio florecer en su seno la fe cristiana.
Pero los “bárbaros del sur” con su cristianismo empezaron a verse como una amenaza. Se decidió la pena de muerte excepto para los holandeses y los chinos: fue el Periodo Edo. Y en 1597 murieron crucificados nueve misioneros católicos y diecisiete conversos japoneses. Y comenzó una etapa de aislacionismo que duró mucho tiempo.
Pero la semilla había quedado en dos formas: la fe cristiana practicada en secreto y la entrada de muchas palabras portuguesas. Todos conocen el fervor actual de los católicos japoneses, pero tal vez menos esas palabras que quedaron en el lenguaje popular, por ejemplo y así hasta unas cuarenta según los entendidos: bateren (padre), biidoro (vidrio), furasuko (frasco),  chokki (jaqueta), kapitan (capitâo), kappa (capa), karumera (caramelo), pan (pâo), sabato (sábado), tempura (témporas)…
¡Cuánta semilla, buena muchas veces (pero también alguna mala) dejamos por la vida! Un gesto, a veces, una palabra, una actitud, una reacción, un estilo de vida, una virtud, un desorden, un afecto, un rechazo, una convicción… son muchas veces una herencia inevitable porque va con los que tienen culpa de todo, los genes, según dicen; pero en muchos otros casos, de un modo consciente o involuntario, de la inadvertencia de que vivimos sembrando, sembrando, sembrando…

sábado, 10 de diciembre de 2016

Rezar? La serena convicción de no estar solos.

Recordamos con aprensión y afecto que hace tres años Michael Schumacher sufrió un accidente mientras esquiaba en los Alpes franceses. Es un gran piloto de la llamada Fórmula 1. Y ahora lo es de nuevo en una carrera de recuperación paciente, lenta y afortunadamente progresiva después de algunos meses en Grenoble hasta que, fuera del coma, pudo continuar su difícíl convalecencia en su casa suiza.
Pienso que se dan al menos tres circunstancias en este proceso de recuperación que pueden servirnos de ayuda para madurar en nuestra visión de la vida, del dolor y de la esperanza.
La primera es la reserva. Estamos tan acostumbrados a comprar y comer noticias que no sabemos estar tranquilos mientras no nos dan cuenta de los pelos y señales de los hechos que nos han conmovido en lo más hondo de nuestra sensibilidad. Tenemos tal ansia por saber, por hurgar en la historia de las personas y las naciones, que la hemos convertido en un derecho. Da pena vivir al lado de personas que se alimentan del cotilleo, de lo morboso, de lo más entrañable de los otros, que suele ser el dolor hasta no poder dormir tranquilos. Aunque nos traigan al pairo el que sufre y su sufrimiento. “¡Derecho a saber!, ¡Derecho a conocer!”.
El vuelco sobre el que sufre no es siempre en nuestras vidas un signo de amor. Hasta creemos estar amando cuando programamos lo que debería suceder en vez de esperar a que suceda lo que de verdad sucederá. Decimos tranquilamente: “Es mejor que acabe de sufrir”. Ni sabemos si sufre, ni sabemos si su sufrimiento es el camino de que cese, ni somos capaces de intuir qué efecto, positivo o adverso, puede producir el dolor que observamos. En el fondo, al menos alguna vez, es que nos deje de esa vez en paz.
Ross Brawn, cercano a los acontecimientos de la Fórmula 1, pero sobre todo a los seres humanos que la alientan, decía hace unos días sobre el estado de Michael: «Hay signos alentadores y todos estamos rezando cada día para ver más». ¡La oración! Que no es, como algunos pensamos, la fórmula para que nos den, para que el demandado, cansado, quede en paz. La oración es esa serena convicción de que no estamos solos, de que nuestra vida no es un juego de fichas o de saltos de obstáculos. La oración debe ser, pienso, la seguridad que da saberse mecido, sano o quebrado, en los brazos de un Padre que no puede dejar de querernos porque no puede, por muy hijos que nos sintamos, dejar de ser Padre.  

lunes, 5 de diciembre de 2016

Un caballo.

Tomo de las crónicas contemporáneas este bello relato. Ludovico el Moro encargó en 1482 a Leonardo da Vinci que hiciese “la estatua ecuestre más grande del mundo” como homenaje a su padre Francisco Sforza. Leonardo se dedicó a estudiar a los caballos y a trazar bocetos. Al principio pensó que quedaría muy bien figurándolo en actitud de lanzarse contra el enemigo: pero exigía demasiado por sus dimensiones. Lo modeló, 1491, en barro de siete metros de alto. Cuando se decidió a fundirlo en bronce, no se encontraron las cien toneladas que hacían falta. Se habían convertido en cañones para oponerse a la invasión de Luis XII de Francia. Pero los franceses entraron en Milán y tomaron al enorme caballo de barro como blanco de sus disparos. Leonardo empezó en 1506 una nueva estatua ecuestre para la tumba del caudillo Giacomo Tribulzio, pero tampoco se pudo realizar aquel proyecto y quedó dormido.  Quinientos años más tarde, en 1977, un piloto americano apasionado por el arte, Charles Dent, se entusiasmó con la vieja idea, reunió dos millones y medio de dólares a lo largo de 15 años, pero murió sin verlo logrado. Y, por fin, en 1999, la escultora  Nina Akamu lo realizó y regaló a Milán, para la entrada al hipódromo de la ciudad, como homenaje al gran genio de Leonardo.
Pienso que de estos hechos se pueden extraer algunas reflexiones (¡y, ojalá, también propósitos!) útiles en nuestra vocación de labrar obras de arte humanas. Sin duda tu visión será mucho más valiente y alta que la mía. Nada puede hacer morir el proyecto del ideal que tenemos cuando nos toca modelar un hombre nuevo. Ni el esfuerzo, ni el tiempo que le dedicamos, ni la falsa falta de medios, ni el aparentemente sabio apagafuegos de nuestras ilusiones desplumadas. Ni la persistente cantilena que  amenaza con convencernos de que en este mundo decadente no vale la pena luchar contra un mar incontenible de desidia, conformismo, “ya lo harán otros”, “allá si quieren estrellarse”, “yo ya hago bastante”, “que no me pidan imposibles”, “pero tú ¿en qué mundo vives?”…
Sabemos bien que cohonestar inteligentemente el abandono que practicamos es el modo más útil para dejar que las cosas rueden cuesta abajo. “¡Y allí me las den todas!”.

miércoles, 30 de noviembre de 2016

El Beso.

En una de sus preciosas Catequesis el Papa Benedicto XVI se refería a San Gregorio de Nisa con esta reflexión sobre el Cantar de los Cantares: Para San Gregorio de Nisa en sus homilías sobre el Cantar este es el beso por el cual los amados respiran juntos, fusionan sus espíritus o bien infunden su aliento. Con ello se designa la unidad de vida a la cual han sido llamados hombre y mujer y llega a ser palabra creadora. Por este motivo las palabras del novio son para ella espíritu y vida. Por esa razón la joven niña desea aproximarse a esa boca que es fuente de vida espiritual. Fuente es la boca del novio de donde brotan palabras de vida eterna (12). Por ello, Su Palabra sacia la boca sedienta, como el profeta que con su boca atraía al espíritu. “Abro mi boca franca y hondo aspiro, que estoy ansioso de tus mandamientos”, Salmos 119, 131. Hay que dar a la boca el agua que sacamos de la fuente a la cual se refiere el Señor diciendo: “Si alguno tiene sed, venga a mí y beba”, Juan 7, 37. Por eso el alma quiere atraer, aproximar hasta sus labios aquella boca que es manantial de vida y exclama: ¡Que me bese con el beso de su boca! Este es el beso que hace manar vida y salvación para todos, beso del cual el Señor no desea privar a nadie”.
Si observamos la vida que nos acoge descubrimos con frecuencia que todo o casi todo, siempre o casi siempre, queda envilecido por el egoísmo. Y eso que llamamos amor y queremos que sea beso, como manifestación del amor, no va más allá de ser un cumplimiento. Se ha dicho que esto es amor y, como me gusta, o se dice que se debe hacer, lo colecciono con otras muchas cosas que dicen que son amor, pero que bien se yo que no es más que complacencia o apariencia.  
Esto viene a cuento en nuestra reflexión de que sería muy oportuno que las expresiones de cariño en familia nunca fuesen gestos “de oficio”. “Cuando yo le doy un beso a mi padre y él me da otro, pienso «Pero, ¿me quiere?». Y el gesto que debiera y pudiera ser un lazo que estrechara el amor mutuo, se convierte en una invitación a la duda cuando no en un tormento que se afianza día a día. Un beso a la abuela pudiera ser un bonito cumplido bonito. Un beso a la madre o al padre debiera se siempre una transfusión de confianza, de enamoramiento, de vida. Una piedra viva y gozosa en el cimiento de la familia.

viernes, 25 de noviembre de 2016

Despedida.

En el convento de las Hermanas de San Fidencio de Novaglie, Italia, se encontró un códice del siglo XIV, junto a una miniatura de la escuela de Giotto de Siena. La llamada Leyenda perusina nos presenta en él esta poesía de Francisco de Asís para las Clarisas de San Damián: “También en aquellos días y en el mismo lugar, después de haber compuesto Francisco las alabanzas al Señor por sus criaturas, dictó también algunas palabras con melodía, para mayor consuelo de las Pobres Señoras del monasterio de S. Damián, sobre todo porque sabía que estaban muy tristes por su enfermedad. Y dado que, a causa de su enfermedad, no las podía visitar y consolar personalmente, quiso que sus compañeros llevasen e hiciesen oír a las que estaban en clausura aquel canto".

Escuchad, pobrecitas, llamadas por el Señor,
que de muchas partes y provincias os habéis reunido.
Vivid siempre en verdad
que en obediencia moráis.
No miréis la vida de fuera
porque la del espíritu es mejor.
Yo os pido con gran amor
que tengáis discreción con las limosnas
que os da el Señor.
Las que están gravadas por la enfermedad
y otras que, por sí mismas, están fatigadas,
todas lo sobrellevéis en paz
para que tengáis como querida esa fatiga
porque cada una será coronada como reina en el cielo
con la Virgen María.

Emociona a quien, como Francisco, vive profundamente el sentido del otro, la necesidad de regalar y regalarse por ello, la necesidad de convertir en canto el fastidio  de la enfermedad, ese rasgo de cariño hacia hermanas que, llamadas por el Señor, viven en verdad y moran en obediencia. A nosotros nos hace bien conocer el motivo por el que procedió a escribir y subrayar con música, las palabras, aunque no nos haya llegado la melodía que él mismo compuso.

domingo, 20 de noviembre de 2016

A la cabeza!!

La aventura (¿aventura?) de Napoleón Bonaparte en Egipto fue un cambio de ruta en el proyecto del Directorio de invadir Inglaterra: en vez de la metrópoli, su grandeza en  África.
Recuerdas todo sin duda mejor que yo, por lo que solo me detengo en dos puntos muy sencillos y muy prácticos para nuestro intento. El primero es archiconocido, pero tan romántico y tan excitante que vale la pena traerlo también aquí. Se trata de la conocidísima arenga del gran general ante las pirámides y antes de lanzarse a la conquista: «Soldados. Vinisteis a este país para salvar a sus habitantes de la barbarie, para traer la civilización a Oriente y sustraer esta bella parte del mundo a la dominación de Inglaterra. Desde lo alto de estas pirámides, cuarenta siglos os contemplan». Era julio de 1798.
Cuando en la batalla, que resultó definitiva, se iban a encontrar con un ejército  de 54.000 soldados árabes salpicados de jenízaros y los temibles 6.000 mamelucos (los hombres de la cimitarra,  herederos del ardor de los 12.000 jóvenes comprados en 1230 en el Cáucaso por un decidido sultán) los oficiales franceses recordaron a sus soldados que, al apuntar el tiro, disparasen a la cabeza de los caballos y de ese modo «los caballos recularían, desmontando a su jinete».    
¿Conducimos así el ejército de nuestros muchachos? ¿Somos capaces de hacer que nuestra propia vida, nuestro estilo de convencer, nuestro modo de expresarnos sea una arenga vital que contagie a nuestro “ejército”? Puede suceder que no creamos en lo que pedimos o exigimos, ni creamos en nuestra capacidad de transmitir entusiasmo, ni estemos convencidos de que les resulte de algún modo atractivo el plan de guerra común. Y si, además, no apuntamos a la cabeza, si no herimos el corazón, si no somos capaces de sembrar entusiasmo en sus vidas, el resultado de la campaña de nuestra educación será bien pobre. Si es que es. 

martes, 15 de noviembre de 2016

Pylos, un ejemplo de arqueología.

El empresario prusiano Johann Ludwig Heinrich Julius Schliemann (1822-1890) soñó con comprobar que lo que se lee, por ejemplo, en la Ilíada, fue real y que aquella realidad se vivió en Troya, Micenas, Tirinto, Orcómono… Y a Troya y Micenas se fue para excavar la tierra y descubrir que su sueño era acertado.  
Con menos medios y más método se sigue excavando y excavando en muchos lugares del mundo. La arqueología se viste con la nobleza de descubrir el pasado. Y hace un año (mayo de 2015) un equipo de arqueólogos (Jack L. Davis y Sharon R. Stocker, de la Universidad de Cincinnati) encontró en las ruinas de Pylos, en el sudoeste de Grecia, la tumba de un guerrero que fue enterrado allí hace unos 3.500 años en una fosa a 2,50 metros de profundidad, dos metros de ancho y cuatro de largo. Guerrero importante si tenemos en cuenta el hallazgo: un ataúd de madera con los huesos de un hombre joven de entre 30 y 35 años. A la izquierda estaban las armas: una espada de bronce con empuñadura de marfil y oro y una daga con oro. A la derecha, cuatro anillos de oro con finas tallas minoicas y cerca de 50 sellos de piedra con imágenes de dioses y toros. Entre sus piernas había una placa de marfil en la que estaba tallado un grifo, criatura mitológica cuya parte superior es de águila y la inferior de león, que protegía a los dioses y a los reyes. También se encontraron copas de oro, plata y bronce, un espejo de bronce con mango de marfil y seis peines del mismo material. Todo lo que parecía que iban a necesitar para navegar con seguridad por el difícil camino del más allá.
¿Y a cuento de qué viene esta vieja historia para nuestra vida? A mí se me ocurren estas dos nimiedades: ¿Organizan los padres y formadores el futuro de sus pupilos de modo que en su futuro sobre la tierra esté provisto de todo lo que van a necesitar para vivir con dignidad su condición de hijos y de discípulos? Me refiero a la honradez, probidad, sentido de la justicia, grandeza ánimo, fortaleza, tesón, generosidad, tenacidad, limpieza de conciencia… Es decir, todo eso que cuando miramos  a nuestro alrededor o en nosotros mismos echamos de menos y nos gustaría no tener que echarlo así? ¿Intentamos despertar en ellos aprecio por esas condiciones de hombres maduros, estimulamos el deseo de crecer en estatura intelectual, perfección de alma, belleza de conducta, luminosidad de obras? 

jueves, 10 de noviembre de 2016

A la cola...

Den Grimme ælling es el título original danés del precioso cuento El patito feo que Hans Christian Andersen escribió en 1844. Andersen (1805-1875) nació en una familia muy pobre y un poco desquiciada, y vivió sus primeros años en la pobreza. La publicación de sus primeros cuentos (escribió 168) le permitió entrar muy merecidamente en la estima social, aunque sus obras “mayores” no tuvieron el mismo eco. Viajó mucho (le encantaron - ¿cómo no? - Málaga, Granada, Alicante y Toledo) y dejó memoria en sus libros de viajes de los que El Bazar de un poeta (1842) es su mejor escrito según algunos críticos:  
Intentó ser cantante  y danzarín de ópera, dramaturgo, ser estimado por sus escritos más que por sus cuentos, pero en nada de esto encontró éxito. Y sobre todo sufrió mucho en amor a lo largo de su vida.
Alguno ha creído verlo en algunos de los personajes que creó. Y puede que El patito feo encierre algo de eso: ese “pollito” raro, grandote y extraño que sale de un huevo de cisne perdido entre unos cuantos de pato; que sufre porque se burlan de él; que deja su “hogar” equivocado y que, por fin, se une con miedo a otros cisnes que lo acogen y aprecian.
Todo niño (y aun algún adolescente) es, un poco o mucho, un pato inseguro de su propia valía, de la estima de sus padres y educadores, del amor de su familia, de su capacidad de salir de esa negrura que le entristece, del acierto en sus sueños y proyectos. Cuando un padre, una madre, un educador… percibe ese aire de despiste de su hijo o de su educando, debe desplegar el precioso velo de la amistad. El niño o muchacho que se siente amigo, es decir, aceptado, querido, estimado empieza a ser lo que se desea que sea. 

sábado, 5 de noviembre de 2016

Thomas Oliver Chaplin

Cantaba espléndidamente con la banda inglesa Keane a lo largo de ocho años hasta que en 2006 se hundió en el fango. Del fango logró salir para volver a caer otra vez nueve años más tarde. Él mismo dice que a comienzos de 2015  estuvo a punto de morir tras varias noches de alcohol y cocaína.
El que lee esta breve historia estará pensando que el cliché de ese viaje se repite en la historia de la música moderna como si triunfar fuese el principio de una carrera hasta el precipicio: ¿Por qué un buen cantor tiene que convertirse en una piltrafa de hombre? 
Escuchemos ahora a Chaplin, ya con 37 años, cuando presenta su primer disco en solitario, «The Wave»: “Hay algo de milagro en todo esto, porque mi vida se había convertido en un completo desastre, estuve a punto de perderlo todo y hasta de morir. Tras un enorme desfase de drogas de varios días, me dije: «Tengo que cambiar, tengo que hacer algo». Afortunadamente, por la mañana, esta vez, seguía pensando igual. Estaba exhausto tras tantos años viviendo así… Probablemente el deseo de ser cantante fuese ya una forma de autodefensa. Yo era un tipo agradable y educado, como tú dices, pero por dentro no me sentía así. Me sentía triste, ansioso y temeroso del mundo. No sabía quién era. Lo que se veía por fuera no era yo... Ahora me siento muy diferente. He cambiado como persona, algo que es muy difícil… Yo creo que sí tenemos posibilidades de elegir. Si hubiese seguido siendo como era, tomando drogas, medicándome a mí mismo, estaría arruinado o muerto. Me vi forzado a cambiar como persona. Mi vida es ahora tan buena… ¡Tengo tanto por lo que vivir después de estar casi muerto! Aprecio la vida más que nunca antes. Aquello fue algo horrible de experimentar, pero también puede tener una parte útil si logras superarlo. Cada día me levanto con energía, con apetito por ver qué puedo hacer hoy. Realmente tuve mucha suerte al sobrevivir”.
En el disco sonríe una niña rubia, de dos años: “Es mi hija. El álbum realmente cuenta una historia, un viaje de la oscuridad a la luz, y yo quise que cada canción se reflejase en una foto. Trabajé con un fotógrafo muy veterano, que lo hizo. En el caso de la de mi hija, quería contarle mi visión de la vida, que hay momentos brillantes, pero también otros de mierda. No quería contarle que la realidad es solo azúcar, como hacen muchos padres, quería que supiese que también existe la resaca. Pero en esa canción hay algo más. En el primer año de su vida yo realmente no estaba. No era un buen padre para ella, andaba fuera y con mi adicción. Ahora soy mejor y le he hecho una promesa: «Siempre estaré ahí si me necesitas». Hoy puede confiar en mí por completo. Para mí es importantísimo poder decir algo así”.

lunes, 31 de octubre de 2016

Austero yo?

Fue Décimo Junio Juvenal quien escribió en el puente del siglo I al II, en su sátira 10, esta frase que tanto repetimos los viejos: … nam qui dabat olim imperium, fasces, legiones, omnia, nunc se continet atque duas tantum res anxius optat, panem et circenses…. Que viene a decir (pero no te contentes con mi traducción un poco rastrera): … pues quien daba en el pasado el poder, la justicia, el ejército, todo… ahora se contenta afanosamente con sólo dos cosas: pan y circo. Ya sabes: circo eran los espectáculos que se regalaban al pueblo para tenerlo contento; y pan el remedio del descontento de los pobres que habían visto subir el precio del trigo y necesitaron convertirse en paniaguados del Estado.
La annona era un derecho. Había empezado, como sabes, siendo una diosa (con mayúscula, por tanto: Annona), protectora de las trojes oficiales. Y se convirtió en el sustento gratuito o casi gratuito que, desde Cayo Sempronio Graco el año 123, recibía el pueblo. Treinta y dos años más tarde 40.000 ciudadanos romanos tenían ya derecho al sustento público. Augusto se encontró en Roma, cuando estrenaba siglo (nuestro siglo I), con  200.000 de estos. Se alegraba de haber podido robustecer al Estado y a 50.000 de sus sustentados al quitarles el pan y hacer que se lo ganasen. 
Pero poco más tarde, Septimio Severo se dijo que por qué los de su pueblo (Leptis Magna, en África: hoy Lebda a 130 kilómetros al Este de Tripoli) no iban a tener los mismos derechos que los romanos de Roma. Y el número de los beneficiados subió hasta 320.000. Septimio Severo Alejandro mejoró la cesta de la annona y en vez de trigo, para ahorrar trabajo a su sudoroso pueblo, le dio trigo hecho ya pan. Y Aureliano, en el alba del siglo III, daba ya pan y medio por cabeza. ¡Y vino! ¡Y carne de cerdo!
Este fue el Aureliano (Lucio Claudio Domicio Aureliano, que era húngaro, es decir, de la Panonia romana) que dejó su nombre en la muralla de ladrillo, todavía visible en Roma,  que levantó por miedo a los bárbaros que venían despeñándose desde lejos. Y no se daba cuenta de que los bárbaros que estaban acabando con el Imperio estaban dentro. Y que fueron estos bárbaros domésticos, con sus regidores, los que llevaron a Roma al derrumbe económico y a su desintegración y desvanecimiento.
Y como esta historia es de por sí elocuente para todos los tiempos, ¡ojalá que valga para el nuestro!

miércoles, 26 de octubre de 2016

Jack.

Jack Andraka, a los 19 años (lo has sabido por los medios), ha dado ya una aportación científica que puede salvar millones de vidas. Ha dicho: “¿Han experimentado alguna vez en su vida un momento tan confuso y doloroso que todo lo que quieren es aprender lo más posible para encontrar sentido a lo ocurrido? Cuando tenía 13 años, un amigo cercano de mi familia, que era como un tío para mí, falleció por un cáncer de páncreas. Cuando la enfermedad golpeó tan fuerte en casa, supe que necesitaba saber más”.
Su descubrimiento: un test que puede detectar el cáncer de páncreas, ovarios y pulmón en pocos minutos y con un coste de pocos céntimos de euro. El cáncer de páncreas es uno de los tumores más letales porque parece que no se puede detectar al comenzar su proceso. El procedimiento de Jack ha llegado a ser efectivo al 100% en las pruebas hechas.
Jack dedicó mucho tiempo de su joven vida a leer en internet todo lo que pudo de lo publicado sobre este mal. A los 15 años manifestó su certeza que le llevó a un camino consolidado en el laboratorio. 
Y anima a los jóvenes con estas palabras: “La imagen de la ciencia como algo aburrido que consiste en memorizar y después arrojar datos es errónea. La ciencia no va por ahí. La ciencia consiste en utilizar tu curiosidad y creatividad para explorar y mejorar el mundo que te rodea”. Y asegura que entregará su vida a la ciencia con el deseo de ayudar a salvar las de otros muchos.
¿Qué hace arder el corazón de nuestros hijos, de nuestros niños, de nuestros jóvenes? “Cuando la enfermedad golpeó tan fuerte en casa, supe que necesitaba saber más”. El motor en la vida de Jack ha sido salvar la vida de otros. No pudo hacerlo con su “tío”. Pero sintió la necesidad de imponerse un rumbo tenaz, trabajoso, grande en favor de los que pudiesen salvarse, atajando un mal que podría diagnosticarse a tiempo. 

viernes, 21 de octubre de 2016

Los Bradypus (pies lentos).

Los bradipos tridáctilos, cuyo nombre griego significa, más o menos, de pies lentos con tres dedos, comparten su mundo con sus parientes más próximos, los bradipos didáctilos, de dos dedos. Son solitarios, tal vez porque necesitan dormir unas 19 horas al día. Con tan lento ritmo (se mueven a 0’24 km por hora) y tanto sueño, llegan a vivir alrededor de 12 años.
No son capaces de mantener una temperatura corporal constante, como sucede en otros muchos mamíferos. Y por eso necesitan vivir en un ambiente tropical húmedo de clima suave constante de 22º C. Los machos viven toda su vida en un árbol, siempre el mismo. Y lo dejan solo para cumplir con sus deberes de macho, entre marzo y abril desde que tienen tres o cuatro años, hecho lo cual vuelven a las ramas de su árbol-domicilio. Las hembras atienden a su único cachorro, de unos 400 gramos, que come ya desde el primer mes de vida. Con seis meses se convierte en el rey del árbol que la madre tiene que abandonar.
Parecen monos, monos perezosos, pero no lo son. Son xenatros, es decir, de brazos raros. Y no tienen dientes. Sí, son los llamados injustamente perezosos. Y debemos decir injustamente, porque ¿qué van a hacer los pobres si son lo que son?
En la sociedad humana nacen también, crecen y se afianzan como tales, porque heredan los modos o porque se los infunden sus padres con una educación  manca de sentido de la convivencia, del “sentido del otro”, perezosos. Se los ve ocupados en roer y no hacer nada el tiempo en que no duermen; distraídos del quehacer familiar o comunitario cuando hace falta hincar el codo; en cambio, cuando tocan a fajina aciertan siempre con el mejor  bocado.
Mimar significa halagar. Pero también expresar, enseñar algo en silencio, con gestos. ¿Estoy seguro de que, mientras trato a mis hijos, a mis “pupilos”, cultivo el agrado de vivir con ellos y para ellos, juntamente con el ejemplo que les haga aprender de mi conducta el descubrimiento de que existen otros y de que, por tanto, debo tener en cuenta, en mis sentimientos, actitudes y acciones, al otro? Difícilmente una conducta en los padres y en el educador queda baldía cuando está adornada de prontitud, teñida de diligencia, embellecida por la generosidad y el afán de servir. 

domingo, 16 de octubre de 2016

Cristianos nuevos.

Papúa Nueva Guinea ocupa la mitad oriental de la isla de ese nombre y numerosas islas cercanas. Su capital es Puerto Moresby. En 1527 Jorge de Meneses, que pasaba por allí, la llamó Papúa, que en malayo significa rizado, como el pelo de los melanesios. Y veinte años más tarde Yñigo Ortiz de Retez añadió lo de “Nueva Guinea” porque, decía, sus habitantes se parecían a los de la costa de la Guinea africana. Está al norte de Australia, tiene 7 millones de habitantes y se hablan 836 dialectos y tres lenguas oficiales: el tok pisin, el hiri motu y el inglés.
Se ha incrementado la minería, aunque la pobreza sigue siendo muy dilatada.
Los Salesianos llegaron hace treinta años. Y ahora acompañan a los jóvenes en su crecimiento integral en seis obras: de Oeste a Este Kumgi Kundiawa, Araimiri, Badili, East Boroko (2 obras) y en la Isla East New Britain, Vunabosco (bonito nombre, ¿verdad?).  
En Boroko, el pasado 24 de mayo de 2016, 32 estudiantes de la escuela “Don Bosco Technical School” en Gabutu recibieron los sacramentos de la iniciación cristiana con ocasión de la fiesta de María Auxiliadora, que se celebró en el santuario Mariano en Boroko en una ceremonia presidida por Mons. Rochus José Tatamai, MSC, Obispo de Berina, a la que asistieron 1.100 personas. Por la tarde se celebró una Misa presidida por Mons. John Ribat, Arzobispo de Port Moresby.
Nuestro mundo es un mundo familiar, un mundo de hermanos. Y aunque nos separen millas, lenguas y costumbres no podemos dejar que otras diferencias nos hagan sentir que estamos encerrados en el ridículo recinto de nuestras reservas y egoísmos. Cuando Lucio Domicio Aureliano, emperador de la imponente Roma, empezó a encerrarla el año 270 con 19 kilómetros de muralla en defensa de los temibles “bárbaros”, no había descubierto que la descomposición de su imperio había ya comenzado mucho antes en lo más íntimo de su raquítico corazón.  

martes, 11 de octubre de 2016

Macaca Fuscata.

O, lo que es lo mismo, pero en lenguaje inteligible, Macaco de cara oscura. Vive, además de otros lugares del Japón, en un amplio paraje de montaña en la localidad de Jikogudani (Valle del Infierno), cerca de la ciudad de Nagano, al norte de la isla de Honshû, la más grande de las islas del Japón. Allí el  invierno es muy crudo y para defenderse de la crudeza están dotados de un pelaje tupido y largo. Pero las partes no cubiertas están recorridas por un sistema de riego sanguíneo muy intenso que se manifiesta especialmente en la cara. Y de ahí el nombre de fuscata, en Latín oscurecido o algo parecido.
Se defienden, además, sumergiéndose en las aguas calientes de las pozas de aguas termales, donde se lo pasan muy bien, calentándose, desparasitándose y riéndose con una cara muy seria de los turistas que los visitan y admiran y a los que no hacen caso.
Tienen un estilo de vida familiar intensa en la que cuidan de modo especial a la última cría habida en la pareja. Y se abrazan para resguardarse del frío poniéndose muy juntos y colocando al último llegado a la familia, calentito, en el centro.
Los japoneses los llaman con orgullo Nihonzaru, Mono del Japón (el nombre de Japón para los japoneses es Nippon o Nihon y ya has intuido que saru es mono). Porque esta familia de monos solo se da en Japón y si hay alguno fuera (por ejemplo en Laredo, Texas, Estados Unidos) es que se lo han llevado de aquí.
Moraleja: ¿Nos queda algo que aprender de estos amigos nuestros? Subrayo lo ya apuntado: la fidelidad en la “familia” y el mimo en la “educación” de los hijos. En ellos y en nosotros es instintivo, pero en nosotros es, además, inteligente. Nos necesitamos, nos necesitamos siempre. Pero la necesidad que sentimos debe brotar, no de la costumbre y ni siquiera sólo del deber, sino del amor que debe alimentarse sabiamente y de un modo constante y creciente. 

jueves, 6 de octubre de 2016

Acierta!

Acabo de recibir un correo que me trae estas verdades que te regalo.

Cuando un pájaro está vivo, se come a las hormigas, pero cuando muere, son las hormigas las que se lo comen a él. El tiempo y las circunstancias pueden cambiar en cualquier minuto. Por eso, no desvalorices nada en tu vida.  Puedes tener el hoy, pero acuérdate: el tiempo es mucho más poderoso que cualquiera de nosotros. 
¿Sabías que de un árbol se hace un millón de fósforos, pero que basta un fósforo para quemar millones de árboles? Por lo tanto se bueno. !Haz el bien!
El tiempo es como un río: Nunca podrás tocar el mismo agua dos veces, porque el agua que ya pasó nunca pasará nuevamente. Aprovecha cada minuto de tu vida y acuérdate.
Nunca busques buenas apariencias, porque cambian con el tiempo. No busques personas perfectas, porque no existen. Es mejor buscar sobre todo a alguien que sepa tu verdadero valor. Y ya sabes quién conoce de verdad lo que vales.
Ten cuatro amores: Dios, la Vida, la Familia y los Amigos.
Dios porque es el dueño de la vida. La Vida porque es corta. La Familia porque es única. Y los Amigos porque son contados.

domingo, 2 de octubre de 2016

Gerónimo no se llamaba Jerónimo.

Gerónimo no se llamaba Jerónimo, sino Goyahkla, expresiva palabra que significa Elquebosteza. Y pertenecía a los apaches del Oeste o chiricauas. En 1859, cuando Goyahkla tenía unos 30 años, un grupo de chiricauas acudió al campamento militar mejicano cercano a Sonora para comprar y vender. Militares mejicanos aprovecharon la ausencia de hombres en el campamento apache y asesinaron a todos los que pudieron. Entre ellos la madre, la mujer y tres hijos de Goyahkla. Y empezó la leyenda de Goyahkla al que ya llamaron Jerónimo. Bajo la persecución de los mejicanos, primero, y después de los norteamericanos, huye, ataca, es herido a muerte, es respetado como chamán que adivina, entona canciones misteriosas, posee clarividencia sobre hechos y personas, interpreta los signos de la Naturaleza... Y decía que no había bala capaz de matarle.
Cuando en 1876 el gobierno de los Estados Unidos decidió trasladar a los apaches de reserva en reserva de Arizona y Nuevo Méjico, Jerónimo volvió a ser lo que había sido: fue objeto de persecuciones y detenciones y sujeto de fugas y desapariciones… Se dice que hubo unos meses en los que hasta 5.000 soldados norteamericanos y 3.000 mexicanos intentaron acabar con él. Y los periódicos le convirtieron en el villano más temible y detestable de la nación.
Durante una de estas persecuciones, Jerónimo y sus hombres consiguieron tender una emboscada a la patrulla del ejército americano que los perseguía mandada por el teniente Marion P. Maus. Y para el teniente Marion Maus le pidió  en una carta a su General que le concediese a Gerónimo una condecoración por la valentía y el arrojo manifestados en el choque. 
En 1886 se rinde junto con un reducido grupo de 450 apaches. Se los traslada a una reserva en Florida y después a Alabama, donde una gran parte de ellos muere de tuberculosis y por fin a la reserva de Fort Sill (Oklahoma). Allí se hace cristiano, hace escribir su autobiografía y va a caballo a Washington para pedir al presidente Roosevelt que deje a su pueblo volver a Arizona. Murió en 1909 con más de 80 años tras la caída del caballo y haber pasado la noche en una zanja. 
Y repasados algunos pasos de Jerónimo, escuchemos algunas de sus palabras, llenas de la sabiduría de un hombre grande de espíritu que, sin duda, se manifestó violento solo para defender la dignidad de su pueblo: Cuando se abata el último árbol, la última playa quede envenenada y se pesque el último pez, el hombre se dará entonces cuenta de que el dinero no se come.

martes, 27 de septiembre de 2016

Ositos de agua.

Johann August Ephraim Goeze llamó, en 1773, Ositos de agua a unos animalitos diminutos (no pasan, los adultos, de medio milímetro) que viven sobre el musgo, el liquen y los helechos. A lo mejor ya los conoces. Son muy feos de aspecto y muy lentos en sus movimientos por lo que, cuatro años más tarde, Lazzaro Spallanzani los englobó con sus congéneres (más de mil especies) en el grupo de los Tardígrados, es decir lentos al moverse, como los osos. Y ya sabemos que Goeze los encontró con aspecto de osos. 
Pero no vendrían aquí si no fuese porque parece que son los seres vivos que más aguantan: la presión de 6.000 atmósferas; temperaturas entre los 200º bajo cero hasta los 150º por encima; pueden deshidratarse y vivir sin agua más de 10 años; soportan una radiación ionizante; sobreviven en alcohol puro y éter; van a la estratosfera (se los ha situado en el exterior de cápsulas espaciales) y vuelven de ella tan campantes; soportan la congelación como si tal cosa. Y pueden demostrar que siguen vivos después de 120 años en estado de criptobiosis, es decir, más o menos, vida aparente.
¿Cómo educamos, padres y educadores? ¿Tendemos a facilitar las cosas, la vida en sus diferentes manifestaciones? ¿Buscamos ahorrar a nuestros hijos el dolor que da crecer como árboles sanos, fuertes, retadores a pesar de que no todo lo que los rodea sea grato? “¡Que no sufra, pobrecito!”. “Si hoy ya hay aparatos que dan todo hecho”… Así resumimos muchas veces nuestra incapacidad de entender que no será grande el hombre al que nos hemos empeñado en criar como canijo.

jueves, 22 de septiembre de 2016

Jakutia- Sakha.

La república autónoma de Jakutia-Sakha cubre tres millones de kilómetros cuadrados donde vive una población de un millón de gente sencilla y con problemas. Se trata de Siberia (Rusia). Allí los salesianos llevan sirviendo 23 años en dos pequeñas obras de atención a sus habitantes: Jakutsk y Aldán, separadas por 600 kilómetros, en las que cinco salesianos, secundados por gente muy cercana, han creado comunidades católicas pequeñas, pero de gran vigor, con cambios sociales y religiosos notables. Y en Jakutsk han terminado por fin la primera iglesia parroquial católica.    
El trabajo allí, esperanzador y entusiasta, se encuentra con dificultades y retos. Durante casi nueve meses la temperatura es de 50 grados bajo cero de la Escala Celsius. La permanencia de los misioneros no es prolongada, por lo que se deben sustituir con relativa frecuencia. La distancia de la Inspectoría salesiana “madre”, Eslovaquia, que tiene 23 obras en su propio territorio y una en Azerbaiyán. El ambiente multicultural y pluri-religioso (11 religiones diferentes: una tercera parte de cristianos ortodoxos, otro tanto de animistas, algunos ateos, musulmanes, cristianos de otras confesiones). Población juvenil numerosa, alcoholismo frecuente, crisis familiar muy extendida y minoría católica, de unos 500 bautizados, en diáspora natural. Unos cien misioneros laicos voluntarios, casi todos eslovacos, se han sucedido en la ayuda a las dos pequeñas comunidades a lo largo de estos 23 años.
Para los que leen estas páginas y se animen a ir, ellos también, al menos tres meses seguidos y conocimiento suficiente de ruso, tienen por delante estas bellas tareas: ayudar a profundizar en la fe, fortalecer la comunidad católica, vivir abiertos a los que los necesiten, dar testimonio de vida, servicio y educación, especialmente a los jóvenes pobres y a sus familias y cuidar la propia formación misionera y la de la comunidad internacional. 

sábado, 17 de septiembre de 2016

Mi dirección...

Bernard Kaiau es un joven salesiano de Papua Nueva Guinea. Se prepara, madurando su respuesta a la llamada de Dios, al servicio como salesiano de sus connacionales.   Leer su testimonio nos puede hacer bien. Sobre todo a los que sienten cansancio por el mucho tiempo que llevan esperando respuestas como esta. 
“Procedo de una familia católica. Mi padre es profesor y mi madre ama de casa. Mi interés por la vocación nació ya en tierna edad, gracias a los principios cristianos recibidos de mis padres: nos llevaban a los rosarios organizados en los diferentes grupos de cristianos, sobre todo en el mes de octubre; y todos los domingos a la Misa.
He crecido tratando siempre de portarme bien y corrigiendo a mis amigos cuando se equivocaban. Las señales de una vocación ya estaban, pero todavía no estaba clara la dirección hacia la vida religiosa.
Esta se hizo clara en el 2003, en la escuela técnica Don Bosco Vanimo. Estuve en ella cuatro años como estudiante interno. El ambiente positivo facilitaba el aprendizaje y me ayudó a crecer en todos los aspectos de mi vida. Lo que me orientó hacia la vida religiosa fue el rosario diario, la disponibilidad de los sacerdotes para confesiones y retiros, los pensamientos de los 'buenosdías’ y de las 'buenasnoches', además de la continua presencia de los Salesianos entre nosotros los muchachos en las excursiones, en los patios, y en otras actividades….
Así decidí unirme al grupo de vocaciones y en 2006 entré en el seminario Savio Haus. Pero en mayo de 2007 me afectó gravemente la malaria cerebral y quedé hospitalizado durante una semana. Pensé que era el final de mi vocación y de mis estudios".
Para Bernard, aun después de volver a los estudios y a su vida de aspirante, las dificultades no habían acabado: la familia le pidió que emprendiese un trabajo y él  mismo tuvo dudas porque se sintió atraído hacia una amiga universitaria. Pero al final la llamada fue más fuerte. Con la oración, la comprensión de su familia y el apoyo de los Salesianos fue a hacer su curso de pre-noviciado a Cebú, al que siguió la etapa del noviciado.
“Los dos años de formación me ayudaron a mirarme más profundamente a mí mismo y con la ayuda de Dios tomé la decisión de ser Salesiano de Don Bosco… Lo que verdaderamente me motivó fue el esfuerzo incansable de los misioneros salesianos que aquí, en nuestro país, siguen ayudando y formando a los jóvenes para que se hagan buenos cristianos y honrados ciudadanos.

lunes, 12 de septiembre de 2016

Roma.

Por lo que sea este verano de 2016 Roma, una ciudad que fascina por su historia, su nobleza y su belleza, está resultando especialmente insoportable por la presencia de animales extraños en la ciudad y extrañamente atrevidos. Las crónicas refieren la actividad de gaviotas, ratas y ratones, moscas, mosquitos y otros insectos y hasta zorros y jabalíes – dicen – en sus aledaños. Y tres semanas más tarde, incendios espontáneos o provocados.
Hace muchos siglos Roma era una ciudad en la que la aglomeración y el ocio de muchos de sus habitantes hacían imposible transitar por las vías Appia y Flaminia. El Argileto, el Vicus Tuscus y la Suburra eran un frenesí, un ruido inacabable, un estrépito inaguantable. Y los peligros se cernían sobre los viandantes por la noche. Juvenal lo describía de este modo mordaz: “¡A la calle lo que sobra!”.
De mucho tiempo antes de ahora, nos dice Marcial: “No te dejan vivir; de noche los panaderos; por la mañana los maestros de escuela, a todas horas los caldereros que golpean con su martillo: aquí es el banquero que, no teniendo otra cosa que hacer, revuelve sus monedas en sus sórdidas mesas; allí un dorador que con el bastoncito da en una piedra reluciente. Sin interrupción los sacerdotes de Belona, poseídos de la diosa, lanzan gritos furibundos… El náufrago, con un trozo de madera colgado al cuello, no acaba nunca de repetir continuamente su historia; el pequeño hebreo, amaestrado por su madre, de pedir limosna lloriqueando; el revendedor legañoso de ofrecerte las pajuelas para que se las compres, y cuando las mujeres con sus sortilegios de amor hacen que se oscurezca la luna, todo el mundo halla a mano algún objeto de cobre que aporrear, hasta que se desvanece el hechizo”. Y Juvenal remacha: “¡Cuesta una fortuna dormir en Roma!”. 
Las cosas no son nuevas en la historia. Pero lo que es siempre viejo es la inercia que nos lleva a comportamientos que no son humanos. Basta repasar la crónica social de las ciudades en nuestro siglo XXI para descubrir que las grandes ciudades (sobre todo las grandes) se han convertido (sobre todo en algunos barrios) en zoos humanos donde la convivencia se hace difícil, si no imposible, a no ser que asumas o al menos mimetices el comportamiento de los que las dominan. ¡Y eso nunca! Nunca “¡A la calle lo que sobra!”.

martes, 6 de septiembre de 2016

Ciao Piccola!

CIAO PICCOLA, YO SOLO ECHÉ UNA MANO PARA SACARTE DE AQUELLA PRISIÓN DE ESCOMBROS. PERDONA QUE HAYAMOS LLEGADO TARDE. POR DESGRACIA HABÍAS DEJADO YA DE RESPIRAR, PERO QUIERO QUE SEPAS ALLÁ ARRIBA QUE HEMOS HECHO TODO LO POSIBLE PARA SACAROS FUERA DE ALLÍ. CIAO GIULIA. CUANDO VUELVA A MI CASA EN LA AQUILA SABRÉ QUE HAY UN ÁNGEL QUE ME MIRA DESDE EL CIELO Y DE NOCHE SERÁS UNA ESTRELLA LUMINOSA. CIAO, GIULIA. AUNQUE NUNCA ME HAYAS CONOCIDO, TE QUIERO MUCHO.
ANDRÉS
Así se desahogaba un bombero con un saludo emocionado que dejó sobre el ataúd de una niña, Giulia, muerta en el terremoto del pasado 24 de agosto en Pescara del Tronto. Giulia, que había muerto cubriendo y salvando la vida con su cuerpo a su hermana Giorgia, de 4 años. 
¿Para qué añadir palabras que no dicen nada y que profanan la tristeza ante una niña muerta y la impotencia de un hombre valiente, sensible, que llora con ternura la inutilidad de su deseo? Cada uno de los que leemos esa preciosa oración a Julia sentimos que el mundo necesita más honradez en la construcción del techo que nos cobija y, sobre todo, más corazón para los demás, más identificación con su debilidad y más decisión, seriedad y entrega para llegar al fondo de los problemas de los demás, del mundo y de su historia.

No hace falta añadir nada más. 

jueves, 1 de septiembre de 2016

Educar.

Acabo de leer la reseña en La Vanguardia de una entrevista a la catedrática de Español y asesora del Ministerio de Educación sueco Inger Enkvist. Se refiere a los cimientos de la educación en Occidente. Y afirma, por ejemplo: "Se ha creído que la educación era un bien ya conquistado y han dejado de exigir esfuerzo a los alumnos". Dicho de otro modo, sin duda peor: el esfuerzo no es una actitud que se considere fundamental (de “fundamento”, es decir, cimientos) en la consolidación de la personalidad de los hijos y alumnos. O, traducido a otro modo, nuestros hijos y alumnos no maduran. Probablemente porque en la maduración de los padres y educadores ha faltado la convicción de que sólo crece el árbol que lucha por su propia vida, de que la “selección natural” es un proceso inevitable. “Que no sufra”, “Que no tenga que esforzarse”, ”¡Pobrecito! ¡Es tan pequeño!”. Y lo logran: pequeño se queda aunque le crezca al cuerpo, el mal genio, las exigencias y las ganas de que le den las cosas hechas.
Cree Inger “que es un error considerar que todos los alumnos se esfuerzan y por eso no exigir resultados, motivo por el que ahora, el alumno se percibe como algo «intocable». Sigo copiando lo que nos dice la profesora Enkvist: "… para que haya inclusión todo el mundo tiene que aceptar hacer su trabajo. Si anteponemos la convivencia al aprendizaje se hunde todo". Y "el aprendizaje mejora la convivencia" y no al contrario.
De Finlandia elogia: "… preparan muy bien a los niños en primaria, establecen buenas costumbres de trabajo con apoyo inmediato al alumno que lo necesita para que no acumule retraso". Lo que hay que hacer es dejar claro a los alumnos que "no pasarán de curso si no se saben las materias". "…Si el alumno no llega al segundo ciclo sabiendo leer de manera fluida y no tienen un conocimiento del mundo, están completamente perdidos en el entorno educativo, en su mundo privado y lo estará en el laboral".
Sigue afirmando que la educación debería primar la calidad de la enseñanza sobre la cantidad de horas que se pasa en el colegio -"los finlandeses están 5 horas en el colegio y no tienen demasiados deberes porque en casa se dedican a leer". Y  destaca que "la educación no debería ser una cuestión política…. Se debería permitir a la familia elegir la lengua vehicular si lo que queremos priorizar es el dominio del lenguaje".
"Lo más importante es que los niños tengan vocabulario y conocimientos, y para eso escuela y padres deben estar de acuerdo y fortalecer la lengua materna, así es más fácil aprender el otro idioma, pero como materia. En mi país se dan tres clases de sueco por semana en sueco y todo el mundo habla sueco", porque hay que tener claro, dice esta catedrática de español, que "la lengua es un instrumento, no una meta". "Si una sociedad se cierra está quitándole oportunidades a sus jóvenes".
“Destaca la necesidad de tener buenos profesores y recuerda que en países como Finlandia, «a los profesores de preescolar se les exigen una nota de corte muy alta, y todos tienen un máster. Los padres saben que están muy preparados y los alumnos que ser profesor es muy difícil y que los suyos están entre los mejores del mundo. De un buen profesor no te olvidas jamás».

martes, 23 de agosto de 2016

La Jornada Mundial de la Juventud en Alepo (Siria).

La nota que nos llega de Alepo (Siria) donde el corazón late fuerte, no solo por la amenaza de los bombardeos, sino en otra esfera donde siguen siendo posibles el amor y la esperanza, nos llena de admiración y nos anima a una solidaridad más valiente.
“Los Salesianos en Alepo, junto con las iglesias locales y alrededor de 30 asociaciones y grupos scout, organizan el 29 y 30 de julio, coincidiendo con el Día Mundial de la Juventud en Cracovia, la JMJ de Alepo con el título “Mover el corazón”, que tendrá las participación de más de 1.200 jóvenes.
La presencia salesiana en Alepo, a pesar de la guerra, se mantuvo cerca de la población y continúa su trabajo educativo pastoral especialmente con los jóvenes y con el espíritu de Don Bosco. Una vez que finalizaron las actividades de verano, que involucró a unos 950 jóvenes y 85 animadores, el oratorio se mantiene abierto y muy activo.
No pudiendo estar presentes en la JMJ en Cracovia, los Salesianos de Alepo han decidido organizar un evento que de alguna manera podría hacer llegar la JMJ hacia Alepo. De esta manera ha partido la idea de hacer una JMJ en Alepo, con el tema “Mover el corazón”, que la organizan las iglesias locales, con la aceptación de los Obispos de las Iglesias Orientales e Iglesia Católicas de Alepo y con la participación de 30 asociaciones y grupos scout.
El P. Pier Jabloyan, SDB, vicario de la obra Salesiana de Alepo Salesiana, explicó a Vatican Insider: “Mover el Corazón”, significa el movimiento del corazón que tuvo Jesús con la gente pobre que ​​es una invitación abierta a los jóvenes para asimilar los sentimientos de Jesús para con los otros. Hasta la fecha no tenemos un vínculo con el evento mundial, aunque nos gustaría hacer llegar la voz de los jóvenes de Alepo al Papa.
La misericordia en mi país - continúa el P. Jabloyan - y especialmente en mi ciudad de Alepo, se manifiesta diariamente a través de las personas de buena voluntad que realizan verdaderos actos de piedad y muestra cómo el Señor resucitado es verdaderamente el Señor de la vida. No tenemos mucho que decir, tratamos de hacer el bien en función de las posibilidades que tenemos y frente a la situación que estamos viviendo, porque aquí nada es seguro”.
"Asistimos al golpe de los morteros, escuchamos las bombas, los proyectiles perdidos y las ametralladoras... No podemos acostumbrarnos a una guerra que recoge cada día vidas inocentes". Concluye el P. Pier “En estos tiempos de guerra, hay que tomar en serio la piedad, la misericordia y el perdón, porque sin misericordia y sin perdón la guerra no tendrá fin”.