miércoles, 30 de enero de 2019

El Cardenal Spinola y Don Bosco.


Es sabido que el Papa Juan Pablo II (santo desde 2014) declaró beato al cardenal de Sevilla Marcelo Spínola en 1987. Y que el santo arzobispo de Sevilla había publicado en 1884 Don Bosco y su obra en la que deseaba presentar la vida, la santidad y la entrega de un santo y humilde sacerdote consagrado totalmente a los jóvenes y hacia quien el joven Spínola sentía un afecto profundo.      
De esa biografía tomamos las líneas que siguen y que se bastan para delinear la sensibilidad de Don Bosco ante un hombre ya muy anciano, triste y en búsqueda de la luz, del que se alababa la grandeza de sus relatos.  

“ - Pero el que usted acompañaba hace un momento ¿no era Victor Hugo?
- Sí, pero cállese, no diga nada a nadie. Quería hablar con Don Bosco y vino a verle secretamente a mi casa. Le ha atraído la actividad filantrópica de este apóstol de la juventud.
Pocos minutos después el abogado Boullay se presentó a Don Bosco, que le bendijo a él y a sus niñas. Después, hechos los cumplidos de circunstancia y roto el hielo, se animó a decirle: - Usted, Padre, ha hablado hace poco con un pez gordo.
- ¿Quién se lo ha dicho?
- El abate Roussel.
- Si es así, yo puedo decirle que sí: he hablado con Víctor Hugo. Ha hecho profesión de fe espiritual; pero yo creo que si vuelve atrás depende del respeto humano. Lo que le rodea, como él mismo me ha dejado entender, es hostil a cualquier idea religiosa... Eh, ¡ya es viejo!... No hay que abusar de la gracia de Dios. Se lo he dicho también a él...”

viernes, 25 de enero de 2019

Fieles, fieles, fieles...


No sé cómo se llaman ellos, pero sé que su amigo, el mendigo  a quien esperan, se llama César, un sintecho de Rio do Sul - un ayuntamiento de Brasil en el Estado de Santa Catarina - que está en el hospital para una cura que no interesa para nuestro fin.
Es medianoche y ellos, los cuatro amigos, sin una voz, sin dar un paso donde saben que no deben, esperan que salga su amigo. Que lo quieren, que lo necesitan, que no se separarán de él porque le necesitan para vivir porque no pueden vivir sin él. Y no es por lo que les da, sino porque su vida, la de César, es la ellos, los perros amigos.
Si tienes ocasión búscalo en alguno de estos medios que nos asoman a la vida y podrás ver a César, sentado en la acera, casi ciego del ojo izquierdo, que es el lado hacia el que apunta su corazón que es todo cariño.     
Este hecho tan simple, tan profundo y tan clamoroso despierta sin duda en tu tesoro más grande que es el afecto, unas ganas tan sinceras, tan emocionadas, tan decididas, tan valientes, que a lo mejor se convierten en lágrimas de impotencia o rebelión contra ti mismo porque no haces nada.
En toda vida humana, con una respuesta u otra, desde la de los valientes que se lanzan, hasta la de los cobardes que envejecen preguntándose “¿Y yo qué voy a hacer?” hay siempre un momento en el que podríamos sentir el placer de dar un paso adelante, dejando atrás todo lo que nos ataba a nuestro afán de ahorrarnos. 

domingo, 20 de enero de 2019

La Flota de Calígula.


Como sabes, el joven emperador Calígula hizo construir, junto al lago de Nemi (celebrada por sus fresas), a unos veinticuatro kilómetros de Roma dos (o tres, pero el tercero no ha aparecido) lujosos barcos o algo parecido (de 73 y 71 metros de largo o eslora) para honrar a Diana en uno y celebrar fiesta en el otro.
Calígula (Cayo Julio César Augusto Germánico), emperador durante cuatro años (le asesinaron a los 29 años en el año 41) no pudo disfrutar mucho de aquel sueño. Y el Senado decretó, a su muerte, disipar su memoria. Y los barcos fueron al fondo.      
Los siglos recordaban el hecho y en ellos hubo intentos de recuperarlos. En 1928 Mussolini ordenó desecar el lago con un esfuerzo colosal y llevar los restos (después de reforzarlos por su vejez) a un museo construido al  efecto (1936). Pero el 31 de mayo de 1939 un incendio fortuito o provocado los convirtió en ceniza.
Los hechos narrados se me ocurren como una sólida invitación a contemplar la historia. Sí, es verdad, lo puedo hacer con tantos jirones o jalones de historia como se nos vienen a la memoria del pasado y, sobre todo, a la mente del porvenir.
Pero la contemplación de la historia (el pasado, el presente, el porvenir que le tejen) de los que me interesan, porque me los han confiado, debe ser una sana obsesión que haga arder toda mi vida. El proyecto lo llena todo: ¿Hacia dónde? ¿Con que pasos? ¿Con qué ayuda? ¿Con que convicciones? ¿Con cuánto entusiasmo? ¿Con qué seguimiento? ¿Con que cercanía? ¿Con cuáles respetos?

martes, 15 de enero de 2019

Kloster Maulbronn: un tono que me atrae.


El Monasterio de Maulbronn (Baden-Württemberg, en Alemania) fue declarado, en 1993Patrimonio de la Humanidad por la Unesco. La razón para ello fue que «El complejo de Maulbronn es el más completo que se conserva de un establecimiento monástico cisterciense en Europa, en particular debido a la supervivencia de sus amplios sistemas de manejo del agua de canales y embalses»
El joven Hermann Hesse ingresa en él como seminarista en 1891. Escribía en una carta (24 de febrero de 1892): "Estoy feliz, feliz y satisfecho. Hay un tono que me atrae”, pero el  7 de marzo huye (¡odia la gimnasia!). Un gendarme lo lleva de nuevo, se le castiga unas horas y en el mes de mayo siguiente lo abandona definitivamente.
Pero de aquel breve tiempo vivido allí volcó con cierta nostalgia, ya Premio Nobel (1946), su recuerdo en Bajo las ruedas.
El acercamiento a la historia, a la biografía de hombres grandes, a la admiración de la belleza en tantas formas como se nos ofrece, la veneración por la Historia que es la síntesis de un pasado que ha hecho grande el mundo en que vivimos, que es maestra de valentía, de generosidad, de fortaleza en superar el mal y la malicia sin dejarse contaminar por el derrotismo, deben ser lecciones que amemos, profundicemos, asimilemos, hagamos nuestras y ofrezcamos a nuestros hijos y a los que cerca de nosotros aprendan a ennoblecer la historia que les toque vivir. 

jueves, 10 de enero de 2019

Pinturas de Alta (Noruega).


La Humanidad goza con el patrimonio histórico y artístico que ha heredado desde el principio de la obra de los hombres. Uno de esos depósitos se encuentra en Noruega, en el municipio de Alta, en las orillas del Altafjorden, y se extiende por los espacios boscosos y la meseta de Finnmarksvidda. Allí un río, el Altaelva, ha formado a lo largo de los tiempos, desde la meseta hasta el fiordo,  uno de los más grandes cañones de Europa.
Las pinturas son, si no las más numerosas del mundo (tres mil en cinco puntos distintos) son casi las más, después de Chiribiquete. Son un recorrido sobre la vida de estas gentes que vivieron hace seis mil años y que se descubrieron hace menos de cincuenta.
La firma de nuestros antecesores es sagrada. Nos puede parecer ingenua, machaconamente repetida, muda, ya que no sabemos qué han querido decirnos. Pero esto sucede igual en la vida que llevamos adelante en el hoy y en la que no entendemos la lengua con que los hombres se expresan, que no debe preocuparnos si el lenguaje es inasequible.
Pero sí debemos vivir de modo que nuestra palabra construya. Que no sea un instrumento punzante en nuestras relaciones. Que quien nos oiga quede con el gusto y el deseo de volvernos a oír. 

sábado, 5 de enero de 2019

El Hummus: ser Yo mismo.


Como sabes, el hummus nos viene del antiguo Egipto, a través de los árabes, que lo consumieron tradicionalmente durante siglos. En Norteamérica (y con ese nombre cuyo origen tú conoces, aunque yo supongo que es el habitual árabe) se puso de moda hace unos años. Tan de moda que, aseguraban los entendidos, su adquisición pasó de una inversión de 5 millones de dólares a 530 en quince años.  
Descubrieron su riqueza alimenticia y su aportación de sustancias enriquecedoras de la salud como proteínas, hidratos de Carbono, ácido fólico, Omega 3 y su ayuda en regular la hipertensión, su efecto diurético, su abundancia en fibra… 
Como muy bien sabes, el hummus no es sino el garbanzo, el humilde garbanzo, el bienhechor garbanzo de generaciones y generaciones...
Ahora reflexiono sobre la moda. Moda es “lo que se lleva”. Para algunos de nosotros el garbanzo no fue moda, sino necesidad. Y acierto por todo lo expuesto. 
La moda, en cambio, es el fruto de la pérdida de mi personalidad. Hago esto, llevo esto,  compro esto porque… no voy a ser menos. Pues eres menos, menos tú mismo. Usas la decisión de los demás y dejas de decidir tú. Crees que te consideran raro si no sigues la corriente, aunque el raro es el que la sigue, porque de algún modo deja de ser el mismo para convertirse en elemento de una masa igual.     
Educar en este sentido es afianzar la convicción de que la persona se labra con criterios propios acertados, con decisiones propias adecuadas, con tenacidad propia inteligente.