Conocí a Chiara Amirante hace catorce años. Cuando nos hablaba de su experiencia personal y de fundadora tenía unos 32 años y había fundado ya la Comunidad Nuovi Orizzonti. Once años antes estudiaba en la Universidad La Sapienza de Roma, ciudad en la que había nacido en 1966, cuando le diagnosticaron una ceguera para la que no había solución. Ofreció a Dios su vida si le concedía la vista y poder así servirlo. Al día siguiente se encontró curada.
Y pensó que en la Estación Termini de su ciudad podía dar con las personas a las que se sintió llamada a servir. Una drogadicta, a la que albergó aquella noche en su casa con susto por parte de su madre, y otra más al día siguiente, fueron las primeras piedras vivas de su obra que nacía de un modo casi espontáneo. Muchachas (y más tarde muchachos) con problemas de drogodependencia, alcohólicas, prostitutas, enfermas de SIDA, recién salidas de la cárcel…. Fueron engrosando una familia muy peculiar marginados sociales, especialmente jóvenes, que encontraban cariño y guía para poder mirar el sol. La Comunidad Nuevos Horizontes tiene un programa pedagógico rehabilitador propio con el que se empeñan y logran en muchos casos la reconstrucción integral de la persona uniendo la dimensión psicológica a la espiritual y humana.
Dieciocho años más tarde cuenta con unos 20.000 colaboradores, miles de simpatizantes y más de 150.000 Caballeros de la luz que realizan diferentes acciones para la evangelización de la calle. Y, como corresponde a su espíritu, se han constituido más de 500 grupos de oración.
En el Evangelio de Juan encuentra el faro para su entrega en la noche de tantos ciegos de amor: «Como el Padre me amó yo también os he amado a vosotros. Permaneced en mi amor. Si guardáis mis mandamientos, permaneceréis en mi amor como yo he guardado los mandamientos de mi Padre y permanezco en su amor. Os he dicho esto para que mi gozo esté en vosotros y vuestro gozo sea colmado. Este es mi mandamiento: que os améis los unos a los otros como yo os he amado». Y con esa luz experimentó la plenitud de la alegría en el sufrimiento y decidió llevarla a todos los desesperados. El Arte de Amar es su camino. Algunos de los “convertidos” han querido formar parte del núcleo animador de la obra con promesas de pobreza, castidad, obediencia y alegría.
En 1996 puso en marcha el proyecto Ciudadela Cielo, del que hoy hay cinco centros de ese carácter en Italia, Brasil y Bosnia Erzegovina. Además de 142 centros de acogida, formación y orientación; 101 centros de servicios para la Prevención y Sensibilización, Comunicación y sus medios, Espectáculo y animación, Formación, Promoción de la Cultura, Editorial, Servicios Sociales y Cooperación Internacional, Economía y Trabajo, Expresiones artísticas, Espiritualidad y oración.
Hoy Nuovi Orizzonti es una Asociación internacional privada de fieles de derecho pontificio.
¿Cómo es posible todo esto? Jesús lo anunció: «He venido a arrojar un fuego sobre la tierra y ¡cuánto desearía que ya estuviera encendido!». Chiara se dejó encender.