domingo, 16 de agosto de 2015

Como... Con... Para...

¿Qué mejor buenas noches para celebrar los doscientos años que Don Bosco lleva viviendo entre nosotros que las primeras líneas (¡ojalá sigamos leyendo también las siguientes!) de la carta que el Papa Francisco escribió el pasado 24 de junio a nuestro Rector Mayor Ángel Fernández Artime?
Como Don Bosco, con los jóvenes y para los jóvenes
Está viva en la Iglesia la memoria de san Juan Bosco como padre de la familia Salesiana… Igualmente está viva en la Iglesia su memoria como santo educador y  pastor de los jóvenes que ha abierto un camino de  santidad juvenil, que ha ofrecido un método de educación que es al mismo tiempo una espiritualidad, que ha acogido  del Espíritu Santo un carisma para los tiempos modernos.
En el bicentenario de su nacimiento he tenido la alegría de encontrar a la Familia salesiana reunida en Turín, en la Basílica de Santa María Auxiliadora, donde reposan los restos mortales del Fundador. Con este mensaje deseo unirme nuevamente a vosotros en el agradecimiento a Dios y, al mismo tiempo, subrayar los aspectos  esenciales de la herencia espiritual y pastoral de Don Bosco y animaros a vivirla con valentía…
Italia, Europa y el mundo en estos dos siglos han cambiado mucho, pero el alma de los jóvenes, no: también hoy los muchachos están abiertos a la vida y al encuentro con Dios y con los otros, pero hay muchos que corren el riesgo del desánimo, de anemia espiritual, de marginación.
Don Bosco nos enseña ante todo a no quedarnos mirando, sino a ponernos en primera línea, para ofrecer a los jóvenes una experiencia educativa integral que, sólidamente basada en la dimensión religiosa, implique a la mente, a los afectos, a toda la persona, considerada siempre como creada y amada por Dios. De aquí deriva una pedagogía genuinamente humana y cristiana, animada por la preocupación preventiva e inclusiva, especialmente para los muchachos de las clases populares y de las zonas marginales de la sociedad, a las que ofrece también la posibilidad de la instrucción y de aprender un oficio, para hacerse buenos cristianos y honrados ciudadanos. Trabajando por la educación moral, cívica y cultural de los jóvenes, Don Bosco ha actuado por el bien de las personas y de la sociedad civil, siguiendo un proyecto de hombre que conjuga unidos alegría - estudio – oración o, también, trabajo – religión - virtud. De ese camino forma parte integrante la maduración vocacional, para que cada uno asuma en la Iglesia la forma concreta de vida a la que el Señor lo llama. Esta amplia y exigente visión educativa, que Don Bosco concentró en el lema "Da mihi animas", ha hecho que hoy lo expresemos con la fórmula «educar evangelizando y evangelizar educando»".

viernes, 14 de agosto de 2015

Don Bosco, sacerdote.

Italia tiene como capital a Roma desde 1870. Pero el Estado italiano de los Saboya, cuya sede estuvo con anterioridad en Turín, se trasladó a Florencia en 1864 durante poco más de cinco años. Tal vez porque el esplendor de la bellísima ciudad podría aumentar la  prestancia internacional de la monarquía.
Las relaciones entre esta y el Vaticano no eran ni mucho menos fluidas. Y estaban pendientes cuestiones graves para la vida de la Iglesia, especialmente el riesgo de la supresión de algunas diócesis y la provisión de obispos que necesitaban el llamado exequatur o vistobueno del Gobierno para diócesis que llevaban varios años de orfandad.
El tiempo y la investigación después del tiempo pasado permitirán conocer, al menos en  parte, las gestiones que hechas, como enlace oficioso de la Santa Sede, por Don Bosco ante las autoridades civiles, sobre las que el santo mantuvo una reserva celosa.  
El 12 de diciembre de 1866 (era rey Víctor Manuel II: 1864-1871) Don Bosco visitó al Presidente y Ministro del interior Bettino Ricasoli para iniciar una labor de mediación entre la Iglesia y el Estado italiano sobre esos temas, en particular sobre el nombramiento de  obispos en Italia. Antes de entrar en el fondo de las negociaciones, Don Bosco dijo al ministro: “Excelencia, sepa que Don Bosco es sacerdote en el altar, en el confesonario, entre sus jóvenes, sacerdote en Turín como en Florencia, sacerdote en la casa del pobre, en el palacio del rey o en la casa de los ministros”. El ministro le aseguró que podía estar tranquilo y confiado: nadie había pensado en propuestas que no estuviesen de acuerdo con sus convicciones.
Cualquiera diría, acercándose a la biografía de Don Bosco, que toda su ilusión, desde niño, fue llegar a ser sacerdote. Pero si ese cualquiera ahonda en su espíritu y su conducta y conoce su grave temor de no ser apto para ello en sus primeros años de seminarista, o su sufrimiento que le hirió en sus relaciones con su superior eclesiástico que no le entendía, descubrirá que su vida estuvo continuamente conducida por la docilidad a la llamada de Dios para que fuese constante y totalmente sacerdote según el corazón de Cristo, sacerdote ayer, hoy y siempre. 

lunes, 10 de agosto de 2015

Del Papa (y 2).

EDUCAR: «Educar a los jóvenes a salir, a ir, a ser callejeros de la fe, andarines de la fe. Así hizo Jesús con sus discípulos: no los retuvo pegados a sí, como una clueca con sus pollitos. Los envió. Empujemos a los jóvenes para que salgan. ¡Claro que harán disparates! ¡No tengamos miedo! Los Apóstoles los hicieron antes que nosotros. ¡Empujémoslos a salir!» (27 de julio de 2013, Río de Janeiro, catedral de San Sebastián).
FE: «La fe es entera, no se bate. Es la fe en Jesús. Por favor, no batáis la fe en Jesús. Existe el batido de naranja, existe el batido de manzana, existe el batido de plátano, pero por favor no bebáis batido de fe» (25 de julio, Río de Janeiro, playa de Copacabana).
GOZO: «El cristiano es alegre, no está nunca triste. El cristiano no puede ser pesimista. No tiene la cara del que parece estar de luto perpetuo. Si de verdad estamos enamorados de Cristo y sentimos cuánto nos ama, nuestro corazón se inflamará con un gozo tal que contagie a todos los que están cerca de nosotros» (24 de julio de 2013, Santuario de Aparecida).
ÍDOLOS: «Es verdad que hoy un poco todos y también nuestros jóvenes sienten el encanto de tantos ídolos que se ponen en el lugar de Dios y parecen dar esperanza: el dinero, el éxito, el poder, el placer. Con frecuencia una sensación de soledad y de vacío se abre camino en el corazón de muchos y conduce a la búsqueda de compensaciones, de esos ídolos pasajeros» (24 de julio de 2013, Santuario de Aparecida).
LAZOS DE SORPRESA: «Dios actúa  y nos sorprende. La historia de este santuario de Aparecida es un ejemplo de ello. Tres pescadores, después de una jornada vacía, sin lograr pescar, en las aguas del rio Parnaíba encuentran algo inesperado: una imagen de Nuestra Señora de la Concepción. ¿Quién hubiera imaginado que el lugar de una pesca infructuosa se habría convertido en el lugar en el que todos los brasileños pueden sentirse hijos de una misma Madre? Dios siempre sorprende. ¡Dios siempre reserva lo mejor para nosotros! Pero pide que nos dejemos sorprender por su amor, que acojamos  sus sorpresas» (24 de julio de 2013, Santuario de Aparecida).

miércoles, 5 de agosto de 2015

El Papa.

Si lo que sale en estas páginas vale para algo, lo que sigue, sin duda alguna, vale. Por su autoridad, su valentía, su claridad, su inmediatez…
ATENCIÓN: Ayudemos a los jóvenes. Tengamos el oído atento para escuchar sus ilusiones, para escuchar sus éxitos, para escuchar sus dificultades. Tenemos que sentarnos, escuchando tal vez el mismo libreto, pero con una música diferente, con identidades diferentes. ¡La paciencia de escuchar! Esto os lo pido con todo el corazón. (27 de julio de 2013, Río de Janeiro, catedral de San Sebastián).
BOTA FE: «“Echa fe”, ¿qué significa? Cuando se prepara un buen plato y ves que falta la sal, entonces tú “echas” la sal. Falta el aceite, entonces tú “echas” el aceite. Echar, es decir, poner, verter. Así es también en nuestra vida: si queremos que tenga de verdad sentido y plenitud, digo a cada uno: “echa fe” y la vida tendrá un sabor nuevo, la vida tendrá una brújula que indica la dirección. Echa esperanza y cada día tuyo estará iluminado. Echa amor y tu existencia será como una casa construida sobre la roca» (25 de julio, Río de Janeiro, playa de Copacabana).
CLAMOR: «Quiero que os dejéis oír en las diócesis, quiero que se salga fuera, quiero que la Iglesia salga por las calles, quiero que nos defendamos de todo lo que es mundanidad, inmovilismo, de lo que es comodidad, de lo que es clericalismo, de todo lo que es estar cerrados en nosotros mismos» (25 de julio, Río de Janeiro, playa de Copacabana).
DIFICULTADES: «Cuántas dificultades hay en la vida de cada uno, pero por muy grandes que nos puedan parecer, Dios no deja nunca que nos anonaden. Ante el desánimo que pudiera haber en la vida querría decir con fuerza: tened siempre en el corazón esta certeza: ¡Dios camina junto a vosotros, en ningún momento os abandona!. ¡No perdamos nunca la esperanza! ¡No la apaguemos nunca en nuestro corazón!». (24 de julio de 2013, Santuario de Aparecida).

viernes, 31 de julio de 2015

De viaje con...

No he estado nunca en Seabeck, Estado Federal de Washington, donde el agua y la tierra se abrazan y se aficionan dibujando costas acogedoras y curvas entrañables.
Pues en Seabeck, donde el hombre y el mundo se distienden para la contemplación, un aficionado a la fotografía, Phoo Chan, consiguió esa secuencia admirable.
Como ves, el cuervo va de camino – caminos los del cuervo, caminos en el aire – y ve pasar a un águila calva en su misma dirección. Y se dice: “¡Esta es la mía! No peso mucho. El águila siempre es noble. No creo que me rechace”. Y muchas más cosas que dijo el cuervo y que tú intuyes. Vuelo de aproximación, tanteo en el posarse, ¡buen viaje! y… “¡Gracias!”. ¿Cómo no?  
Esta imagen debería ser la de nuestra propia vida. Recuerdo que, siendo yo muy joven y ante la necesidad de hincar el diente en algo poco agradable, oí por primera vez: “¡Que cada palo aguante su vela!”. Una afirmación muy humana pero, como ves, poco propia de quienes en la vida se sienten águilas y no lo son.
Y recuerdo igualmente, cuando ya era menos joven, la lectura que hice en un periódico de un hombre que, en la Roma de 1945, empobrecida por la guerra, cada tarde, después de su trabajo diario, cargaba su furgoneta y llevaba a quien sabía que lo necesitaba, un colchón, un mueble, un poco de comida, ropa, carbón o leña, una medicina…       
No vivimos solos. Ni convivimos solo con los que nos halagan, nos jalean, nos aprecian y hasta nos envilecen contagiándonos con su indiferencia. No podemos creer que la carretera de la vida es solo para nosotros y que la calle que con tanto gusto pisamos la han tendido para que desfilemos insensibles junto a los que no nos importan.
Debiéramos hacer ejercicio de águilas calvas para que nuestros vuelos no sean solo un cambio de destino, sino una oportunidad de ser verdaderamente grandes porque los demás nos interesan. 

sábado, 25 de julio de 2015

Botrytis.

Se cuenta (y a lo mejor es verdad y ya lo sabes) que en el Otoño de 1650 se dio orden a los viticultores de las colinas Kopasz, en el Nordeste de Hungría, de que no comenzasen la vendimia de sus vides ante el temor de que los turcos avanzasen hacia aquellas tierras de Transilvania. Y así se hizo, es decir, no se vendimió. Cuando al cabo de un mes las lluvias hicieron imposible la invasión turca, se comenzó a vendimiar. Pero con la decepción de comprobar que, por la humedad, un hongo, el botrytis cinerea, había enmohecido la parte inferior de los racimos.
Todo parecía perdido, pero alguien comprobó que los granos afectados producían un líquido que enriquecía con un toque especial el vino sacado del resto. Y comenzó a producirse el celebrado vino Tokaji Aszú. Se cuenta que el rey Luis XIV de Francia exclamó al probarlo: "Este es el vino de los reyes y el rey de los vinos" (en latín – VINUM REGUM 1650 REX VINORUM, como se lee en la etiqueta, debajo de una  corona formada por tres hojas de vid).
Lo anterior no es una invitación a que lo pruebes. Cuando conozcas el precio desistirás de hacerlo. El de 6 puttonios (los serones de las uvas “cenizas” – cinerea significa cenicienta) que se añaden al vino nuevo, es el más caro. El de 3 es el más modestito en sabor y precio.
Si quieres, brindamos con el rubio Tokaji. Pero yo prefiero hacer este otro brindis: ¡Cuántas veces en la vida, en la historia, que es la vida de todos, neciamente, se deshecha como inútil algo o, lo que es más triste, a alguien, porque parece que no vale la pena, que no va a funcionar, que no cabe en mis esquemas personales de utilidad o de provecho. Si se trata de un algo, menos mal. Pero siempre mal.
Cuando Gertrudis, la reina fingidora, le reprocha a su hijo Hamlet que su dolor parece mayor que el de todos, el príncipe enajenado le responde: “¡Yo no sé parecer, sino ser, madre, ser!”       
Vivimos en una sociedad en la que, para muchos, parecer es mucho más importante que ser. La belleza física, por ejemplo (muchas veces belleza vacía o, peor, rellena de miseria interior) se cotiza como valor en alza, como valor único, como valor definitivo.
Y como este sistema de cotización se impone (¡y cómo!) los árboles que dan fruto, que podrían dar fruto, quedan olvidados. Y las despensas de la fruta sana y buena se llenan de vulgar apariencia.

lunes, 20 de julio de 2015

Roccacerro.

Roccacerro es un anejo del ayuntamiento de Tagliacozzo en la Provincia de L’Aquila, Italia, a 1.170 metros de altura, como ves en el cartel anunciador de su cercanía. Queda un poco lejos de su núcleo oficial, pero cerca de bellos parques de los Apeninos como el Sirente-Velino, el de los Montes Simbruini o el del Monte Cervia. El Ayuntamiento ha recogido la petición de la Asociación Pro-loco que nos hace saber que la tecnología no ha dejado a sus muchachos presos ante las pantallas de los ordenadores y las ondas impersonales de la tecnología. Es decir, no ha ahogado las ganas de sus niños de jugar en la calle y en la carretera. Y lo hace notar con claridad: RALLENTARE, es decir REDUCIR LA VELOCIDAD. ¿Por qué?: IN QUESTO PAESE I BAMBINI GIOCANO ANCORA PER LA STRADA. (EN ESTE PUEBLO LOS NIÑOS JUEGAN TODAVÍA POR LA CARRETERA).
¡Cuántas reflexiones! ¡Cuántos sentimientos! En Roccacerro los niños son más importantes que los coches. Y las carreteras no son primordialmente para lo que parece que se hacen, sino para que, a falta de canchas y con sobra de árboles, los niños las puedan convertir en lugar propio de sus juegos. En Roccaferro las autoridades velan también por sus niños en los actos más preciosos de sus vidas: cuando juegan. No solo cuando estudian y se ponen serios.  Roccaferro no impone una reducción precisa de la velocidad a los automóviles. No solo porque no son ordenancistas, sino porque si hace falta que el coche se pare porque están tirando un penalti, se pare.
Sin embargo produce un poco de pena la palabra ANCORA (TODAVÍA). ¿Teme acaso la autoridad que va a llegar un tiempo en que la espontaneidad, la libertad, la expansión, el derecho… queden ahogados por las incontenibles prisas con que malgobiernan los mayores y con las que se encadenan?  

miércoles, 15 de julio de 2015

Mitocondrial.

Ya sabes lo que ha dicho Neil Gemmel, de la Universidad de Otago (Nueva Zelanda),  a propósito del hecho comprobado de que las mujeres vivan más que los hombres (aquí en España, por ejemplo, las estadísticas dicen - y supongo que cuentan bien - que la vida media de las mujeres es de 86 años mientras que la de los hombres queda en 80). En el laboratorio de Gemmel, se anuncia en su presentación “se investiga combinando la genómica con la ecología, la población, la conservación y la biología evolutiva para examinar problemas en organismos que van desde los invertebrados hasta los mamíferos”.
Gemmel ha dicho en el reciente encuentro anual de la Sociedad Europea de Reproducción Humana y Embriología que esa diferencia se debe a que los hombres heredan una serie de genes defectuosos y que eso no les pasa a las mujeres, así como que, en el aspecto  genético, el hombre es el sexo débil. La culpa (o la causa) de ello la tendría el ADN mitocondrial que se hereda de la madre y que es el encargado de proporcionar energía a las células. Su mutación puede producir daños en la fertilidad, capacidad de conocimiento y en otros factores que se relacionan con su esperanza de vida.
Hace ya muchos años, cuando el alumbrado público se hacía todavía en algunos lugares con gas, Gregorio Marañón lo decía con más gracejo: “… la mujer está principalmente construida para realizar una completa función sexual primaria – concebir al hijo, incubarlo, parirlo y lactarlo - y el hombre,  por el contrario, cumple  esa función de un modo fugaz, como el farolero que toca la boquilla del gas con su pértiga y desaparece dejando la llama encendida”.
Hay un empeño constante, creciente y poco inteligente en afirmar y convencer de que la mujer y el hombre son iguales. Los que lo hacen se meten en la camisa de once varas de los estudiosos que dicen que ¡nanay! 

La mujer está construida para una función excelsa ante la que el hombre queda anonadado y con ganas de pujar para no quedarse insignificante ante ella. Y se dedica a practicar deportes en formas desmesuradas, a conquistar algo, sea lo que sea y como sea, aunque mejor si llama la atención,  para dejar así su nombre en las páginas de la historia.

La maternidad es algo tan alto que hay hombres – se lo he oído decir a alguno, en broma, claro, que le gustaría parir una vez, sin dolor, después de haber gestado a lo más tres días y sin tener que aguantar al niño después como un peso insoportable.

Espero que estos disparates que acabas de leer te parezcan, no una tomadura de pelo, sino una invitación a pasar de la constatación indolente de ver dar a luz a convertirte en luz que ilumine la grandiosidad de la madre.   

viernes, 10 de julio de 2015

No llores...

Sin duda se nos ha ocurrido, cuando hemos visto llorar o hemos llorado, cuántas son las fuentes de esas lágrimas. Desde el llanto de un niño que se ha caído o se ha sentido contrariado en sus caprichos. La mujer que ha perdido a su marido porque ha tenido que irse lejos, tal vez a un lugar peligroso. Las lágrimas sin consuelo de alguien que pensaba que aquel amor iba a ser eterno. Las que brotan de la compasión por una persona que sufre y llora por nuestra culpa.
Seguramente no nos hemos detenido nunca a pensar que las lágrimas son siempre iguales pero que sus causas pueden ser infinitas: cada persona y cada situación arranca una forma diferente de sentir y de llorar.   
Un célebre director de cine al que conoces le decía a una bella artista famosa que lloraba porque le habían robado un collar de perlas de su caravana cuando rodaban un exterior: “¡No llores nunca por quien no puede llorar por ti!”. Y la actriz confesaba al comentarlo lo que había aprendido de aquella sensata lección.
Sobre las lágrimas (sobre las propias, porque las demás nos son profundamente ajenas y nunca podríamos llegar a entender de qué fuente brotan) deberíamos hacer una reflexión que sería incomunicable, pero que nos enseñaría mucho de ese amasijo arcano de sentimientos con que está tejida la vida humana.
Un sabio final para esta leve consideración son los siguientes consejos del Papa Francisco para nuestra vida, en la que es posible que se levante alguna vez la angustia del llanto:
No llores por lo que perdiste, lucha por lo que te queda.
No llores por lo que ha muerto, lucha por lo que ha nacido en ti.
No llores por quien se ha marchado, lucha por quien está contigo.
No llores por quien te odia, lucha por quien te quiere.
No llores por tu pasado, lucha por tu presente.
No llores por tu sufrimiento, lucha por tu felicidad.
Con las cosas que a uno le suceden 
vamos aprendiendo que nada es imposible de solucionar:
Basta seguir adelante.

domingo, 5 de julio de 2015

Azul!!

Scott Kelly, norteamericano, desde la Estación Espacial Internacional, contempló y fotografió hace pocos meses este bello lago encaramado a 4.970 metros en la zona nordeste del Himalaya. De él dice Scott que es lo más azul que se ve desde tan arriba. Se llama, como seguramente sabes, Cuowomo. No te lo pongo en chino, porque no sé. Y porque seguramente no te interesa de momento.  Es relativamente pequeño, 22 kilómetros cuadrados, y parece un corazón clavado en lo alto como con ganas de que nadie lo contamine. Y así es, porque en la península o isla que hay en su centro solo hay una estación de referencia ordinariamente deshabitada: Duopanma.      
Otros lagos cercanos, el Chagala o el Qu Baqugu, por ejemplo, y que a lo mejor no se llaman así, además de más pequeños, son muchísimo menos azules. Y no creo que, si se da envidia entre lagos, ellos la tengan, porque al lado del Cuowomo no tienen nada que hacer.  
Referirme a este bello lugar me trae interrogantes que tal vez compartas. ¿Hace falta vivir apartado del mal para conservarse puro? ¿El mundo en que vivimos tiene que permitir (¡o hasta forzar!) el contagio de la sordidez o es posible, aun en medio de él, empaparse de luz y de color? ¿Existe un sistema de vacunación o trasfusión que haga pasar de corazón a corazón – de corazón de padres a hijos, de maestros a discípulos (“que aprenden”) – la paz personal, la paz con los demás, el respeto a lo que vale, el cultivo de las plantas más hermosas y nobles? ¿Por qué el modelo del hombre ha de ser, en forma humana, el cerdo? El egoísmo, la afición a revolcarse para encontrar alivio, el afán por hozar y saciarse, la holgazanería… no pueden ni aceptarse ni proponerse para crecer.  
Debemos estar más atentos y ser más exigentes en nuestra elección de metas, de métodos y de modelos. Más todavía: deberíamos no perder de vista que la auténtica educación se da cuando, con humildad, decisión y mesura,  nos convertimos en meta, en método y en modelo.

lunes, 29 de junio de 2015

Horizonte.

Conoces la foto y el hecho: en un reciente percance de carretera en Colorado “cuatro niños y su madre resultaron heridos mientras que el conductor y padre de la familia accidentada falleció en el acto”. Y mientras varios miembros de la Policía atendían a los heridos y estudiaban el modo de actuar, uno de ellos, Nick Struck, “se hizo cargo de la más pequeña, de solo dos años de edad. Para mantenerla al margen del terrible escenario, el agente la cogió en brazos y le cantó la canción 'Twinkle Twinkle Little Star' mientras señalaba algo con su dedo para que la pequeña estuviese distraída”. Decía después: «Cuando llegas al escenario y hay niños, lo primero que haces es reconfortarlos y mantenerlos a salvo. Tengo una niña de dos años; yo querría que alguien hiciera algo así por mí en una situación como esta».
Emociona ver acciones como la de Nick: sereno, inteligente, atento a lo más práctico, a lo más concreto que se podía hacer en aquel momento e identificado con las víctimas de la tragedia. 
Seguramente, ante la fotografía que has visto, se te han ocurrido cosas más sustanciosas que las que me han venido a mí, pero he pensado que estas pueden serte también útiles por modestas que sean.
Una niña que sufre un accidente en su vida queda desconcertada. El reventón de una rueda, el revolcón del coche saliendo de la carretera trastornan el aire de familia y de paz del que, sin duda, estaba gozando. O, más aún, si estaba dormida. Muchos hechos paralelos en la vida de los niños llevan a una realidad brutalmente distinta,  marcada cuando menos por el dolor.
¿Nos ha tocado acercarnos a acontecimientos parecidos? ¿He sabido cuál era mi papel y lo he asumido decididamente, con generosidad y con acierto? De la conducta del policía me agradan especialmente estos tres rasgos: la cercanía del abrazo que alivia la soledad que tan densa se hace cuando uno se siente solo; la canción que llena de un sabor positivo cuando todo sabe a tristeza; y su brazo extendido como un símbolo atinado de fe: hay un después, un más allá en el que cabe unir al dolor la belleza de la vida compartida con los que nos quieren.      

miércoles, 24 de junio de 2015

Buganvilla.

Fue el botánico Philibert Commerson el que dio el nombre de Louis Antoine de Bougainville a esa planta generosa que crece en lugares templados y que adorna profusamente los altos de un muro, la entrada a una casa sencilla o el ángulo protegido de un patio. Fue hacia 1768 y nos vino del Brasil. El nombre científico, por ser tan botánico, se cambió en algunos lugares con variantes como bugambilia y buganvilla. Pero más graciosos son otros nombres menos científicos y técnicos y más caseros como papelillo, Napoleón (¡sí!), veranera, trinitaria, Santa Rita...
Y es tan generosa que elige color, de modo que las hay de color blanco, amarillo, rosado, magenta, púrpura, rojo, anaranjado...
Traigo esta bella imagen de la bugambilia precisamente por su generosidad, constancia, humildad y alegría… Y por el buen ejemplo que puede tener para nuestras reservas, suficiencias, cicaterías, reticencias, condiciones, sigilos, precauciones… en el trato con los demás. ¿Exagero? ¡No! 
Cuando el 24 de julio de hace dos años, el Papa Francisco hablaba a los jóvenes en el Santuario de Nuestra Señora Aparecida de Brasil, durante las Jornadas Mundiales de la Juventud, les decía: «Los jóvenes no necesitan solo cosas, sino que tienen necesidad de que se les propongan los valores inmateriales que son el corazón espiritual de un pueblo: espiritualidad, generosidad, solidaridad, perseverancia, fraternidad, alegría. Son  valores que encuentran su raíz más profunda en la fe cristiana».
Se lo decía en el segundo templo católico más grande del mundo, desde 1980, con capacidad para 45.000 personas. Y aunque no se refería a la bugambilia, nosotros debemos tomar de las palabras del Papa y de la grandiosa, incansable, humilde y generosa belleza de la bugambilia, nacida en Brasil y multiplicada desde allí en todo el mundo, la decisión de educar no en la pobre búsqueda de las cosas, sino en el propósito de multiplicar la alegría y la disponibilidad hacia todos los que nos traten. 

viernes, 19 de junio de 2015

Francisco.

Una bocanada de aire fresco, limpio, nuevo en el lejano y pesado Medioevo de principios del siglo XIII fue la presentación en sociedad de un muchacho de poco más de veinte años que necesitó quedarse desnudo de pasado, de ataduras sociales, de conveniencias mundanas, de riquezas y herencias para ser libre de sí mismo y ante Dios que le reclamaba para sí. Se llamaba Juan, pero su padre le disfrazó de francés por ser francesa su madre Pica. Y con ese nombre, Francesito, Francisco, que entonces no era nombre, inauguró una etapa y un estilo en la vida de la Iglesia de Jesús, que perdura dichosamente.
El 16 de marzo de 2013 el anteriormente cardenal Mario Jorge Bergoglio y ya papa Francisco hablaba en el aula Pablo VI a los periodistas que habían seguido el cónclave de su elección. Sin duda lo recuerdas: «En la elección tenía junto a mí al arzobispo emérito de San Paulo y también prefecto emérito de la Congregación para el Clero, el cardenal Claudio Hummes: un gran amigo, ¡un gran amigo! Cuando la cosa se iba poniendo un poco peligrosa, él me animaba. Y cuando los votos subieron a dos tercios, llegó el aplauso acostumbrado, porque se ha elegido al Papa. Y él me abrazó, me besó y me dijo: ¡No te olvides de los pobres! Y esa palabra me entró aquí, aquí: los pobres, los pobres. Después, enseguida, en relación con los pobres, pensé en Francisco de Asís. Después pensé en las guerras, mientras el escrutinio seguía, hasta completar todos los votos. Francisco es el hombre de la paz. Y así me vino el nombre, a mi corazón. Francisco de Asís. Es para mí el hombre de la pobreza, el hombre de la paz, el hombre que ama y cuida lo creado».
Miserando atque eligendo es su lema. Lo había sido desde que tuvo que tener un “escudo”. Ser pobre, amar a los pobres, acercarse a los pobres, besar a los pobres y al mismo tiempo a Cristo, decidir llevar por los caminos de Pedro las sandalias pobres y cansadas del Maestro para buscar a los pobres es su indeclinable elección.    
Los pobres, toda clase de pobres. Aunque llamen más la atención los que llaman menos la atención porque buscan esconderse. Los pobres más pobres son los pobres de vida porque mueren abrumados por el dinero, el placer, por el abandono de la adorable vida del espíritu. Los que se asfixian de poder por usurpar la voluntad de los otros. Los que se hunden en el abismo del vacío porque se han hinchado del lastre de su insaciable yo.  
Bergoglio necesitó ser Francisco para ser fiel a la misión con que el Espíritu empapa su vida. Y desea que se empape la nuestra.

domingo, 14 de junio de 2015

Arte y amor.

Rogier de la Pasture, que había nacido en Tournai, Francia, tradujo su nombre al ir, jovencito, a vivir a Bruselas y allí se llamó Rogier van der Weyden, que es el nombre que seguramente te es más conocido. Era tan bueno pintando y conviviendo que le nombraron  pintor de la ciudad cuando tenía 35 años. Es fácil que sepamos identificar sus obras por su estilo, inconfundible. Trataba de presentar a sus personajes con  mimo, admiración, reverencia y compasión. Y lo lograba. Y añadía, tal vez para ello, una minuciosidad extrema hasta el punto de que, por ejemplo, daba relieve a las lágrimas y a los grumos de sangre, a los bordados, a los pequeños detalles en vestidos y particulares de la fisonomía. Como una exposición extraordinaria de su obra va a estar en el Museo del Prado hasta el 28 de junio es una buena ocasión para admirarla.
Peregrinó a  Roma en 1450, Año Santo ofrecido a los cristianos por el papa Nicolás V.
Poco después de su regreso y hasta su muerte en 1464 asumió, junto a otros ciudadanos ilustres, la administración del hospital Begijnhof van der Wijnaard para la atención de los pobres. Para su tumba en la capilla de Santa Catalina de la catedral de San Miguel y Santa Gúdula, Dominico Lampsone, filólogo y pintor, escribió un epigrama del que son estas palabras: «sus obras admirables en tiempos más atrasados que el nuestro… el recuerdo de tus últimas voluntades; esas riquezas amasadas por tu pincel dedicadas al consuelo de los necesitados».
En España tenemos el Tríptico de Miraflores, el Descendimiento del Prado y el Calvario del Escorial, tabla de 343 x 193 cm., comprado por Felipe II a la cartuja de Scheut, y del que se dice en el inventario de las obras entregadas al Monasterio en 1574: «Una tabla grande en que está pintado Christo nuestro Señor en la Cruz, con Nuestra Señora y Sant Juan, de mano de masse Rugier».
Gran maestro Rogier van der Weyden: en pintura, hasta el más mínimo y devoto  detalle; en fe, hasta peregrinar para gozar de los beneficios espirituales del Año Santo  de 1450; y en su entrega al servicio de los pobres hasta su prematura muerte en el hospital Begijnhof van der Wijnaard con sus «riquezas amasadas por su pincel dedicadas al consuelo de los necesitados».
Van der Weyden vivió y murió como los hombres grandes que viven aprendiendo y cumpliendo el precepto sabio y admirable del Maestro de maestros: “Dad al César lo que es del César y a Dios lo que es de Dios”.

martes, 9 de junio de 2015

Marion Booth

Esta es Marion Booth, canadiense, a la que ya conoces por la prensa. Setenta años después de hacer lo que hizo se le ha concedido, en Inglaterra, el premio «Bletchley Park» por su eficacísima colaboración, desde sus 17 años, en descifrar mensajes japoneses entre los buques de guerra de la Segunda Guerra Mundial. Y lo que hizo no se sabe, porque firmó un contrato de silencio sobre su labor.
Cifrar y descifrar es un trabajo pesado, casi penoso, y más si es en la guerra, fuera de su patria y a su edad. Y sin poder presumir de lo que hacía, como solemos hacer nosotros.
¿Y por qué fue? Lo cuenta ella: «Estaba sirviendo a nuestro país. Vi a hombres jóvenes, cuando estaba todavía en la escuela secundaria, que se marcharon con 16, 17 y 18 años. Solíamos ir a la estación para decirles adiós, y muchos de ellos nunca regresaron. No voy a olvidar eso. Por eso me fui. Tenía que hacer algo o ayudar a hacer algo». Se alistó en la marina canadiense y fue enviada a la «Women’s Royal Canadian Naval Service», en el servicio secreto como una de las primeras espías de su nacionalidad en ese tipo de trabajo
Al terminar la guerra regresó a Ottawa y decidió seguir en su papel de espía: «Los 20 o 25 dólares que ofrecían parecían bastante buenos”. Tenía que vivir, conocía ya el percal y aceptó ese magro sueldo mensual. 
Lo importante en este leve comentario ya está dicho un poco más arriba y lo copiamos aquí de nuevo: “… muchos de ellos nunca regresaron. No voy a olvidar eso. Por eso me fui. Tenía que hacer algo…”.
Es un buen punto de partida para nuestra reflexión de educadores. Conceptos, noticias, cálculos, fechas, personajes, métodos, procedimientos… y muchas más “cosas” (permitidme que hable así) llegan a la mente de  nuestros destinatarios para “amueblar” su vida. Pero si nosotros mismos (yo, tú…) no somos “un valor”, no habremos sido capaces de infundir “valores”, verdaderos valores, auténticos valores y no habremos cumplido con nuestra sublime misión de colaborar en la generación de personas, auténticas personas, valiosas, verdaderas.

jueves, 4 de junio de 2015

La débil tierra.

Esta crónica que va a continuación suena tal vez a vieja. ¿Porque los hechos han quedado ya en un pasado que me gusta que suene a olvido? ¿Porque estoy acostumbrado a pedir y me escuece que me pidan? ¿Porque me queda lejos y a mí no se me ha perdido allí nada? ¿O porque soy sordo de oído, sórdido de corazón y lento para el verdadero amor, el del que da la vida por el otro? 
“El terremoto de 7,4º que se ha vivido en Nepal, hoy ha hecho que la población entre en pánico”, advierten los misioneros salesianos que están trabajando en Katmandú. Aún no ha sido posible realizar un balance de la magnitud de los daños, ni cuantificar las víctimas, ni los heridos entre la gente. Lo mismo sucede con los Salesianos en Biratnagar, en Nepal sureste. Un nuevo  terremoto más fuerte que el anterior se ha dejado sentir; sin embargo en  Biratnagar no se han señalado grandes daños o heridos. Este segundo terremoto ha tenido lugar en dos de las zonas más afectadas por el anterior seísmo del 25 de abril: Dolahka y Sindhupalchok. Ni los misioneros ni las instalaciones salesianas han sufrido nuevos daños. “La realidad era ya muy dura y ahora tendremos que esforzarnos más para ayudar a la población que más ha sufrido”, explican los misioneros.
Refugio, alimentos, agua y medicinas son las necesidades básicas y los misioneros salesianos están concentrados en llegar al mayor número de personas afectadas.
Justamente el 11 de mayo, profesores, alumnos y personal de las escuelas salesianas en Nepal llegaron al distrito n° 15 de Shankapur Nagarpalikka para ayudar a las familias más necesitadas.
“No se trata solamente de dar nuestra ayuda, sino sobre todo de estar junto a las personas golpeadas por el terremoto. Las cosas que hemos hecho llegar a la gente cualquier organización no gubernamental lo habría podido hacer: pero estos comestibles que han sido donados por profesores, alumnos y personal de las escuelas, fueron recolectados a partir de sacrificios y privaciones concretas que han hecho cada uno de ellos” nos indica un religioso.
“No han dado solamente una ayuda, se han puesto a disposición de las personas para escucharlas y confortarlas, aun siendo también ellos víctimas del terremoto. Han compartido con jóvenes, niños y ancianos del pueblo. (…) La gente del lugar ha quedado impactada por el sacrificio y la generosidad de los participantes de la iniciativa de ‘Don Bosco Nepal’. Algunas personas ancianas comentaban con los más jóvenes: ‘Ven como estos estudiantes de Don Bosco Nepal se mueven y se preocupan por los demás… ¿ustedes podrían hacer lo mismo?”

sábado, 30 de mayo de 2015

Hombres grandes.

Una de las grandes “devociones” de Don Bosco (seguimos recordando que estamos - ¡ya casi al final! – en el bicentenario de su nacimiento) era la del Papa. No sólo porque trató, recurrió y agradeció de corazón la extraordinaria atención que prestaron a sus singulares obra y vocación los papas Pío IX y León XIII, sino porque Don Bosco fue un torrente de afecto hacia el “Divino Salvador”, como llamaba a Jesús de Nazaret y veía en el Papa su presencia histórica. 
Llena con su originalidad (la del Evangelio) y su cercanía (la de Jesús) el aire en el que se relaciona con quienquiera que sea el Papa Francisco. Pero mantiene hacia su predecesor Benedicto una actitud de aprecio, respeto, cariño y deferencia que muestran la grandeza de uno ante la grandeza del otro.         
Es bueno que repasemos algunos de los sentimientos que Benedicto tuvo a bien manifestarnos. Al dejar el pontificado recordaba el cercano y ya lejano 19 de abril de 2005 al recibir la herencia del que poco después sería san Juan Pablo II: «En aquel momento, como ya he expresado varias veces, las palabras que resonaron en mi corazón fueron: Señor, ¿por qué me pedís esto y qué me pedís? Es un peso grande el que me pones sobre los hombros, pero si Tú me lo pides, por tu palabra lanzaré las redes, seguro de que Tú me guiarás, a pesar de todas mis debilidades. Y ocho años después puedo decir que el Señor me ha guiado, ha estado junto a mí, he podido percibir cotidianamente su presencia».
«Me he sentido como San Pedro con los apóstoles en la barca sobre el lago de Galilea. El Señor me ha dado muchos días de sol y de brisa ligera, días en los que la pesca ha sido abundante; ha habido también momentos en los que las aguas estaban agitadas y el viento era contrario, como en toda la historia de la Iglesia, y el Señor parecía dormir. Pero he sabido siempre que en esa barca está el Señor y he sabido siempre que la barca de la Iglesia no es mía, no es nuestra, sino suya. Y el Señor no deja que se hunda; es Él el que la conduce, es verdad que por medio de los hombres que ha escogido, porque así ha querido. Esta ha sido y es una certeza que nada puede ofuscar».
Y es igualmente bueno que tomemos esa convicción advirtiéndola en nuestra vida. No puedo ser padre que transmite lo mejor de su ser ni maestro o educador que vierte lo mejor de su sentir si no estoy convencido de que es el Señor, ¡siempre presente!, el que guía mi barca que es suya y que comparto con otros la brega de remar y lanzar la red.     

domingo, 24 de mayo de 2015

En griego.

Uno de los lectores de unas Buenas Noches anteriores preguntaba si era posible tener el texto griego del papiro de Oxyrrinco con la oración Bajo tu amparo… (Sub tuum praesidium…). La pregunta denota, evidentemente, en el preguntador su conocimiento del griego, condición que no es la nuestra. Y, por si no ha tenido modo de hallarla por sí mismo, hela ahí arriba, como llegó a nosotros en un humilde papel egipcio. Y esto me sirve para un breve desahogo personal que quisiera de utilidad para el inteligente lector.
Hace varios años un buen amigo me hizo el regalo de dejarme leer un libro que él consideraba un maravilloso tesoro. Y lo fue también para mí. Lo había escrito el entrañable y eminente catedrático leonés (nacido en Canales, donde le llamaban familiarmente Manocho) Manuel Rabanal Álvarez. El título o subtítulo de ese libro era sorprendentemente “De cómo los griegos somos nosotros”. Y con el sabroso jugo con que los buenos maestros saben aderezar el alimento que nos dan, iba repasando palabras y palabras castellanas y haciéndonos ver el cómo el griego está en las entrañas de muchas de ellas. No me refiero a las que los científicos encuentran hoy (o encontraron ayer) en el diccionario griego, como apódidos (sin pies) para clasificar al vencejo; o esternocleidomastoideo (¡y cómo me costó llegar a decirla bien!) para definir al noble músculo que baja desde nuestro cuello hasta ocultarse bajo el cuello de la camisa. Sino a otras, como chirimbolo, que es el despojo en que ha quedado la designación de un “ostracon” entregado en mano como recibo de haber consignado una  mercancía.
Tuve que vérmelas yo, que no sé alemán, con un médico alemán, que no sabia español. Nos entendimos en Latín. Y me explicaba que en la preparación a la carrera de Medicina se estudia Latín. ¿Lo seguirán haciendo? 
Entiendo que los que trabajan en Informática y en Metalurgia no sepan Latín y Griego aunque el nombre de su profesión sea latino o griego y que la mayor parte de los instrumentos y conceptos que usan sean latinos o griegos. Y que las madres que daban a sus hijos Pelargón no supiesen que en Griego pelargós es cigüeña.
Pero no puedo entender que se deban desterrar del cuadro de estudios desde el comienzo esas Lenguas que llamamos Clásicas, pero que son Madres, que son Nobles, que ayudan a desentrañar no solo el pasado, sino el significado de nuestros lazos con el pasado que se dan, en gran parte, en la palabra.

martes, 19 de mayo de 2015

Auxiliadora.

El-Bahnasa es el nombre actual de la antigua ciudad egipcia de Per-Medyed a unos 150 kilómetros al sudoeste de El Cairo, en Egipto. Pero cuando los griegos llegaron allí, con la “dinastía” de los Ptolomeos en el siglo IV aC, la llamaron Oxirrincos, que significa, más o menos, morro agudo, nombre que atribuían a un pez, indecorosamente mordaz.       
La ciudad fue cuna de una vida y una cultura intensas y variadas hasta que, por falta de agua en su canal de Bahr-Yusef, fue poco a poco abandonada, hollada, saqueada y olvidada, sobre todo a  partir del año 641 con la invasión árabe.
Y llegó Napoleón en 1799 con sus soldados y sus estudiosos. Y uno de estos,  Vivant Denon descubrió bajo aquellas arenas, aquí y allá,  una prodigiosa fuente de cultura: que no llegaron a identificar.
Casi un siglo más tarde, 1897,  Bernard Pyne Grenfell y Arthur Surridge Hunt excavaron, descubrieron y se llevaron a Inglaterra miles de papiros con escritos apasionantes de comercio, filosofía, matemáticas, ciencias, historia, religión…: los Oxyrhynchus Papyri.

No interesaría mucho para este escrito todo lo anterior si entre los papiros de contenido religioso no se hubiese identificado uno con este contenido que, sin duda, te suena:

Bajo tu amparo nos acogemos,
santa Madre de Dios;
no deseches las súplicas
que te dirigimos en nuestras necesidades,
antes bien, líbranos de todo peligro,
¡oh siempre Virgen, gloriosa y bendita!


Vale la pena subrayar tres palabras del texto griego (según el estudioso Edgar Lobel del año 250, más o menos) eusplanjnían (tiernas entrañas), que es mucho más que “amparo” o “auxilio”; zeotóke (Madre de Dios); y, repetida dos veces, móne (la única), para apreciar la antigüedad, la delicadeza y la veneración del que compuso esta invocación y de los que, apreciando todo eso, la rezaron, la transmitieron y la copiaron.

martes, 12 de mayo de 2015

Don Bosco en Australia.

Nuestro Rector Mayor don Ángel Fernández Artime, llegará a Roma, de la mano de Don Bosco, el próximo día 18 de Mayo. Dejó la capital de Italia el 28 de Abril. Y volando de isla en isla (islas Fiji, Islas Salomon, Nueva Zelanda, Samoa, Tasmania y Australia) en el Mar de Oceanía, habrá visitado en aquellas lejanas tierras y mares de Australia a todos los Hermanos de la Familia Salesiana que respiran allí el aire de Don Bosco. La Inspectoría de Australia es una de las más jóvenes con poco más de sesenta años y son 72 los salesianos, secundados por los salesianos cooperadores,  que trabajan en ella por el Reino de Dios en 15 obras apostólicas (gran parte de ellas en Melbourne), especialmente parroquias, formación profesional, atención a emigrantes, a niños abandonados y  pastoral juvenil.  
Don Bosco soñó una noche que volaba desde Valparaíso hasta Pekín. Pero en aquel sueño del 9 de Abril de 1886 en Barcelona, no excluía ninguno de los lugares a los que habría de llegar poco a poco, año tras año, siglo tras siglo.
Cuando el Don Bosco vivo, el sucesor en su paternidad de la Familia Salesiana, pasa unas horas en alguno de los lugares donde están sus hijos se aviva el perfume de su presencia, que es siempre y por encima de todo, una presencia salvadora. 
Esta convicción (que es también o debe ser compromiso de las personas y de los grupos) debe florecer en la actitud que definió toda la vida de nuestro Padre, la entrega. 
Cuando Don Bosco escribía “Tengo prometido a Dios que incluso mi último aliento será para mis pobres jóvenes”. O “Me basta que seáis jóvenes para que os ame con todas mis fuerzas”. Y “Yo por vosotros estudio, por vosotros trabajo, por vosotros vivo, por vosotros estoy dispuesto incluso a dar mi vida” no escribía frases bonitas, ni para quedar bien o redondear el enunciado de un proyecto. ¡No: era su vida! Probablemente lo heredó de sus padres: de Francisco a quien no conoció, pero del que conoció las últimas palabras a su querida Margarita poco antes de morir: “Cuídalos tú, especialmente a Juan: ¡Es tan pequeño!”. Y de Margarita, la enamorada de los pobres y la pobreza, la madre de todos.
Y aquella mano de la Maestra recibida en su primer sueño, con la que le tomó de la suya y después puso sobre su cabeza, fue la garantía permanente para su entrega total, sin ahorro de esfuerzos ni sufrimientos. 
Don Bosco había leído con seriedad el Evangelio. Y en él había tomado de los labios de Jesús el programa de amar hasta dar la vida para que el amor que llenaba su vida fuese de verdad. 

jueves, 7 de mayo de 2015

Regalar felicidad.

Escuchaba en los pobres altavoces de mi ordenador la Obertura de los Maestros Cantores de Wagner y, curioseando, me encontré, entre otros, con este comentario que transcribo literalmente. Me emocionó de modo que creí oportuno hacerme eco de él. Con un breve añadido, si me lo permites. 
¡Cuántas concesiones al gusto hacemos con nuestros hijos y educandos! ¡Y cuántos errores cometemos cuando el gusto que complacemos es el inmediato, el que parece que les va a hacerse callar, el que hace que nos dejen en paz, el que cultiva en ellos la complacencia material, física o desviada de la auténtica felicidad!
El feliz “limpiabotas” de diez años que descubrió en su “casucha” la felicidad de fundirse con la música de su tocayo en primer lugar y con la de Mozart, Beethoven, Prokofief, Haydn… después nos enseña a descubrir la grandeza de uno de los caminos de la educación que se identifica con el grandioso ingreso en el espacio de la belleza con la música, el arte, la lectura, el conocimiento de todo lo que hay de verdaderamente grande en el inmenso mundo del espíritu.
“Cuando niño, (1983) lustraba zapatos en una ciudad de Sudamérica, cierto día un señor de barba blanca (desconocido) me obsequió cinco casetes originales (philips) Eran de Mozart sinf. 40 y 41, Beethoven La pastoral 6ta sinf., Prokofiev Pedro y el lobo+sinf 1,  Haydn El reloj y la sorpresa y Richard Wagner. lado A Tristan e isolda preludio y muerte de amor+ los Maestros cantores de Nuremberg,  lado B Idilio de Sigfrido y el Holandés errante. Cuando llegué a mi casucha, de todos los compositores escuché primero a Wagner por que yo me llamo Richard y era mi tocayo. Jamás había escuchado música de este tipo y fue los maestros cantores la que me gustó inmediatamente, También la pastoral de Ludwing. Le agradezco a ese desconocido haberle regalado tremendo tesoro a un niño de 10 años que lustraba zapatos para sobre vivir. Creo que es el mejor regalo que me hicieron en la vida, hoy me he convertido en un amante de esta música y de todos los compositores sin desmerecer a ninguno es Wagner mi preferido. Los casetes los guardo hasta hoy como muestra de que existen personas buenas en el mundo. Gracias por colgar este video haces lo mismo que aquel desconocido: regalar FELICIDAD”.

sábado, 2 de mayo de 2015

La Basílica.

En 1815, hace dos siglos, se celebró por primera vez, el 24 de Mayo, la fiesta litúrgica de María Auxiliadora. Así lo había dispuesto el Papa Pío VII al ser liberado, el 24 de Mayo del año anterior, de la prisión y destierro impuestos por Napoleón Bonaparte.
Tres meses más tarde, el 16 de Agosto de aquel mismo año, nació en I Becchi, cerca de Castelnuovo de Asti (Monferrato, Italia), Juanito Bosco Occhiena.
Y hace 150 años, el 27 de Abril de 1865, se puso la primera piedra de la Basílica de María Auxiliadora de Valdocco, Turín.
Los que seguimos esa brillante estela estamos de nobles e históricos centenarios y centenarios y medio y nos movemos en el amado aroma de la Madre y de su más decidido Paladín.
La piedra angular de la futura iglesia de María Auxiliadora fue bendecida por el obispo de Susa, Mons. Giovanni Antonio Odone, y colocada, como ya sabemos, con la presidencia oficial del Duque Amadeo de Aosta, hijo del rey Vittorio Emanuele II. Allí estaban también (a Don Bosco le gustaba que todos conociesen su obra, porque necesitaba la ayuda de todos) el gobernador, el alcalde y otras insignes y numerosas personalidades. Y la amada y alegre marea de sus hijos, salesianos y jóvenes, devotos de la Virgen, bienhechores y el pueblo turinés.
Don Bosco dio a conocer el hecho al gran público con un folletito conmemorativo y organizó una grandiosa lotería.
Los trabajos de construcción, confiados a la empresa del capataz Carlo Buzzetti, se habían comenzado casi dos años antes, en otoño de 1863. Una vez concluida la excavación, en abril de 1864, Don Bosco dijo a Buzzetti: “Quiero darte en seguida un adelanto para los grandes trabajos”. Y al decir esto sacó su portamonedas, lo abrió y dejó caer en las manos de Buzzetti su contenido: ocho monedas, ni siquiera media lira. “¡Tranquilo! La Virgen proveerá el dinero necesario para su iglesia”.
Veinte años antes, cuando Don Bosco soñaba despierto con llevar su Oratorio incipiente a todo el mundo, soñó, durmiendo, que la Virgen María se le presentaba como una Pastorcita y le invitaba a mirar hacia el Sur.  “Miré – escribía Don Bosco - y vi un campo sembrado de hortalizas. -  Mira otra vez – me dijo. Miré una vez más y vi una magnífica iglesia, muy grande. En su interior había una gran cinta blanca sobre la que estaban escritas, con grandes caracteres, estas palabras: «HIC DOMUS MEA, INDE GLORIA MEA» («Esta es mi casa, de aquí saldrá mi gloria»)”.
“En este Bicentenario del nacimiento de Don Bosco y de la institución de la fiesta litúrgica de María Auxiliadora es justo hacer memoria de la “Gloria” que María Auxiliadora ha manifestado desde su casa. Especialmente hoy María quiere que de esta su casa, su Gloria llegue hasta nuestras casas, renovando la vida de las familias según el diseño de Dios”.
Así se expresa don Pierluigi Cameroni, Postulador General de las Causas de los Santos de la Familia Salesiana y Consiliario mundial de las Asociaciones de María Auxiliadora.
“En esta perspectiva – continúa don Pierluigi - se sitúa la celebración del VII Congreso Internacional de María Auxiliadora, acontecimiento de toda la Familia Salesiana, que se celebrará en Turín y en el Colle don Bosco del 6 al 9 de agosto de 2015”.

lunes, 27 de abril de 2015

Mi DNI y mi D.C.I.

Es, cuando menos, curioso leer el camino que ha hecho el DNI desde su nacimiento hasta hoy. Nos dice la Historia que las epidemias en Europa con sus bajas en el siglo XVI, el envío de más y más soldados al Nuevo Mundo a partir de ese mismo siglo, la emigración que se produjo en la misma dirección casi inmediatamente, el intensísimo comercio con aquellas tierras hicieron que se impusiese una cédula de composición para identificar a los que viajaban desde estas partes.
Dos siglos más tarde, y para atajar los “frutos” y desmanes del bandolerismo, aparecieron las cédulas personales y cartas de seguridad, especialmente para los que realizaban alguna transacción o gestión oficial.
Y así, más o menos, hasta 1944, cuando apareció en sus primeros paños el actual DNI, que ha ido vistiéndose con los adelantos de la técnica y la exactitud.
¿He pensado alguna vez que mi vida, con todo lo que encierra, oculto y manifiesto, es un elocuente DCI de mi persona? Como no se trata de nada político, sino de honda raíz interior, lo podemos llamar así: DCI, es decir, Documento Cristiano de Identidad.
Los datos de mi DNI pertenecen a la esfera de mi vida y conducta social. Y lo conocen los agentes de esa esfera. Pero mi DCI lo guardo a veces tan celosamente, que nadie se entera de que lo tengo. ¿Es que toca ocultar lo que me hace más grande de verdad, más noble en mis intenciones y actos, más fecundo en obras y entrega?  

Mi ADN o, lo que es lo mismo, mi Ácido Desoxirribonucleico, es un documento más íntimo, más lleno de contenido, más yo mismo. Porque me sitúa en lo hondo de mi ser. Pero también aquí hay otro paralelo con mi otro Ser, el que ser alimenta de Fe y produce frutos de Amor. ¿De verdad que lo conozco? ¿De verdad que la identidad de mi persona es convertirme en regalo de Vida en mi encuentro con los demás? ¿De verdad que considero al otro, a cada otro, como el rostro en el que quiere Dios que le vea a Él?