Esta crónica que va a
continuación suena tal vez a vieja. ¿Porque los hechos han quedado ya en un
pasado que me gusta que suene a olvido? ¿Porque estoy acostumbrado a pedir y me
escuece que me pidan? ¿Porque me queda lejos y a mí no se me ha perdido allí
nada? ¿O porque soy sordo de oído, sórdido de corazón y lento para el verdadero
amor, el del que da la vida por el otro?
“El terremoto de 7,4º
que se ha vivido en Nepal, hoy ha hecho que la población entre en pánico”,
advierten los misioneros salesianos que están trabajando en Katmandú. Aún no ha
sido posible realizar un balance de la magnitud de los daños, ni cuantificar
las víctimas, ni los heridos entre la gente. Lo mismo sucede con los Salesianos
en Biratnagar, en Nepal sureste. Un nuevo terremoto más fuerte que el
anterior se ha dejado sentir; sin embargo en Biratnagar no se han
señalado grandes daños o heridos. Este segundo terremoto ha tenido lugar en dos
de las zonas más afectadas por el anterior seísmo del 25 de abril: Dolahka y
Sindhupalchok. Ni los misioneros ni las instalaciones salesianas han sufrido
nuevos daños. “La realidad era ya muy dura y ahora tendremos que esforzarnos
más para ayudar a la población que más ha sufrido”, explican los misioneros.
Refugio, alimentos,
agua y medicinas son las necesidades básicas y los misioneros salesianos están
concentrados en llegar al mayor número de personas afectadas.
Justamente el 11
de mayo, profesores, alumnos y personal de las escuelas salesianas en Nepal
llegaron al distrito n° 15 de Shankapur Nagarpalikka para ayudar a las familias
más necesitadas.
“No se trata
solamente de dar nuestra ayuda, sino sobre todo de estar junto a las personas golpeadas
por el terremoto. Las cosas que hemos hecho llegar a la gente cualquier
organización no gubernamental lo habría podido hacer: pero estos comestibles
que han sido donados por profesores, alumnos y personal de las escuelas, fueron
recolectados a partir de sacrificios y privaciones concretas que han hecho cada
uno de ellos” nos indica un religioso.
“No han dado solamente una ayuda, se han
puesto a disposición de las personas para escucharlas y confortarlas, aun
siendo también ellos víctimas del terremoto. Han compartido con jóvenes, niños
y ancianos del pueblo. (…) La gente del lugar ha quedado impactada por el
sacrificio y la generosidad de los participantes de la iniciativa de ‘Don Bosco
Nepal’. Algunas personas ancianas comentaban con los más jóvenes: ‘Ven como
estos estudiantes de Don Bosco Nepal se mueven y se preocupan por los demás…
¿ustedes podrían hacer lo mismo?”