Los
Celtas recurrían a las tríadas para formular su filosofía, sus programas, sus
deseos, sus invocaciones, su… vida.
Una
de ella es la que sigue y que me parece que viene bien para este momento de
nuestra vida, la Navidad de Jesús en cada año, en el que nos proponemos la
necesidad y el propósito de que sobre el mazo de nuestros esfuerzos y las manos
de nuestros aciertos y errores, esté y bendiga la protección de Dios que nos
quiere.
Concédenos, Oh Dios, Vuestra protección;
Y en la protección, la fuerza;
Y en la fuerza, el entendimiento;
Y en el entendimiento, la sabiduría;
Y en la sabiduría, el conocimiento de justicia;
Y en el conocimiento de justicia, el amor a ella;
Y en el amor a ella, el amor a todas las existencias;
Y en el amor a todas las existencias, el amor a Dios.
Dios y todo cuanto es bueno.
Y en la protección, la fuerza;
Y en la fuerza, el entendimiento;
Y en el entendimiento, la sabiduría;
Y en la sabiduría, el conocimiento de justicia;
Y en el conocimiento de justicia, el amor a ella;
Y en el amor a ella, el amor a todas las existencias;
Y en el amor a todas las existencias, el amor a Dios.
Dios y todo cuanto es bueno.