viernes, 25 de enero de 2019

Fieles, fieles, fieles...


No sé cómo se llaman ellos, pero sé que su amigo, el mendigo  a quien esperan, se llama César, un sintecho de Rio do Sul - un ayuntamiento de Brasil en el Estado de Santa Catarina - que está en el hospital para una cura que no interesa para nuestro fin.
Es medianoche y ellos, los cuatro amigos, sin una voz, sin dar un paso donde saben que no deben, esperan que salga su amigo. Que lo quieren, que lo necesitan, que no se separarán de él porque le necesitan para vivir porque no pueden vivir sin él. Y no es por lo que les da, sino porque su vida, la de César, es la ellos, los perros amigos.
Si tienes ocasión búscalo en alguno de estos medios que nos asoman a la vida y podrás ver a César, sentado en la acera, casi ciego del ojo izquierdo, que es el lado hacia el que apunta su corazón que es todo cariño.     
Este hecho tan simple, tan profundo y tan clamoroso despierta sin duda en tu tesoro más grande que es el afecto, unas ganas tan sinceras, tan emocionadas, tan decididas, tan valientes, que a lo mejor se convierten en lágrimas de impotencia o rebelión contra ti mismo porque no haces nada.
En toda vida humana, con una respuesta u otra, desde la de los valientes que se lanzan, hasta la de los cobardes que envejecen preguntándose “¿Y yo qué voy a hacer?” hay siempre un momento en el que podríamos sentir el placer de dar un paso adelante, dejando atrás todo lo que nos ataba a nuestro afán de ahorrarnos. 

domingo, 20 de enero de 2019

La Flota de Calígula.


Como sabes, el joven emperador Calígula hizo construir, junto al lago de Nemi (celebrada por sus fresas), a unos veinticuatro kilómetros de Roma dos (o tres, pero el tercero no ha aparecido) lujosos barcos o algo parecido (de 73 y 71 metros de largo o eslora) para honrar a Diana en uno y celebrar fiesta en el otro.
Calígula (Cayo Julio César Augusto Germánico), emperador durante cuatro años (le asesinaron a los 29 años en el año 41) no pudo disfrutar mucho de aquel sueño. Y el Senado decretó, a su muerte, disipar su memoria. Y los barcos fueron al fondo.      
Los siglos recordaban el hecho y en ellos hubo intentos de recuperarlos. En 1928 Mussolini ordenó desecar el lago con un esfuerzo colosal y llevar los restos (después de reforzarlos por su vejez) a un museo construido al  efecto (1936). Pero el 31 de mayo de 1939 un incendio fortuito o provocado los convirtió en ceniza.
Los hechos narrados se me ocurren como una sólida invitación a contemplar la historia. Sí, es verdad, lo puedo hacer con tantos jirones o jalones de historia como se nos vienen a la memoria del pasado y, sobre todo, a la mente del porvenir.
Pero la contemplación de la historia (el pasado, el presente, el porvenir que le tejen) de los que me interesan, porque me los han confiado, debe ser una sana obsesión que haga arder toda mi vida. El proyecto lo llena todo: ¿Hacia dónde? ¿Con que pasos? ¿Con qué ayuda? ¿Con que convicciones? ¿Con cuánto entusiasmo? ¿Con qué seguimiento? ¿Con que cercanía? ¿Con cuáles respetos?

martes, 15 de enero de 2019

Kloster Maulbronn: un tono que me atrae.


El Monasterio de Maulbronn (Baden-Württemberg, en Alemania) fue declarado, en 1993Patrimonio de la Humanidad por la Unesco. La razón para ello fue que «El complejo de Maulbronn es el más completo que se conserva de un establecimiento monástico cisterciense en Europa, en particular debido a la supervivencia de sus amplios sistemas de manejo del agua de canales y embalses»
El joven Hermann Hesse ingresa en él como seminarista en 1891. Escribía en una carta (24 de febrero de 1892): "Estoy feliz, feliz y satisfecho. Hay un tono que me atrae”, pero el  7 de marzo huye (¡odia la gimnasia!). Un gendarme lo lleva de nuevo, se le castiga unas horas y en el mes de mayo siguiente lo abandona definitivamente.
Pero de aquel breve tiempo vivido allí volcó con cierta nostalgia, ya Premio Nobel (1946), su recuerdo en Bajo las ruedas.
El acercamiento a la historia, a la biografía de hombres grandes, a la admiración de la belleza en tantas formas como se nos ofrece, la veneración por la Historia que es la síntesis de un pasado que ha hecho grande el mundo en que vivimos, que es maestra de valentía, de generosidad, de fortaleza en superar el mal y la malicia sin dejarse contaminar por el derrotismo, deben ser lecciones que amemos, profundicemos, asimilemos, hagamos nuestras y ofrezcamos a nuestros hijos y a los que cerca de nosotros aprendan a ennoblecer la historia que les toque vivir. 

jueves, 10 de enero de 2019

Pinturas de Alta (Noruega).


La Humanidad goza con el patrimonio histórico y artístico que ha heredado desde el principio de la obra de los hombres. Uno de esos depósitos se encuentra en Noruega, en el municipio de Alta, en las orillas del Altafjorden, y se extiende por los espacios boscosos y la meseta de Finnmarksvidda. Allí un río, el Altaelva, ha formado a lo largo de los tiempos, desde la meseta hasta el fiordo,  uno de los más grandes cañones de Europa.
Las pinturas son, si no las más numerosas del mundo (tres mil en cinco puntos distintos) son casi las más, después de Chiribiquete. Son un recorrido sobre la vida de estas gentes que vivieron hace seis mil años y que se descubrieron hace menos de cincuenta.
La firma de nuestros antecesores es sagrada. Nos puede parecer ingenua, machaconamente repetida, muda, ya que no sabemos qué han querido decirnos. Pero esto sucede igual en la vida que llevamos adelante en el hoy y en la que no entendemos la lengua con que los hombres se expresan, que no debe preocuparnos si el lenguaje es inasequible.
Pero sí debemos vivir de modo que nuestra palabra construya. Que no sea un instrumento punzante en nuestras relaciones. Que quien nos oiga quede con el gusto y el deseo de volvernos a oír. 

sábado, 5 de enero de 2019

El Hummus: ser Yo mismo.


Como sabes, el hummus nos viene del antiguo Egipto, a través de los árabes, que lo consumieron tradicionalmente durante siglos. En Norteamérica (y con ese nombre cuyo origen tú conoces, aunque yo supongo que es el habitual árabe) se puso de moda hace unos años. Tan de moda que, aseguraban los entendidos, su adquisición pasó de una inversión de 5 millones de dólares a 530 en quince años.  
Descubrieron su riqueza alimenticia y su aportación de sustancias enriquecedoras de la salud como proteínas, hidratos de Carbono, ácido fólico, Omega 3 y su ayuda en regular la hipertensión, su efecto diurético, su abundancia en fibra… 
Como muy bien sabes, el hummus no es sino el garbanzo, el humilde garbanzo, el bienhechor garbanzo de generaciones y generaciones...
Ahora reflexiono sobre la moda. Moda es “lo que se lleva”. Para algunos de nosotros el garbanzo no fue moda, sino necesidad. Y acierto por todo lo expuesto. 
La moda, en cambio, es el fruto de la pérdida de mi personalidad. Hago esto, llevo esto,  compro esto porque… no voy a ser menos. Pues eres menos, menos tú mismo. Usas la decisión de los demás y dejas de decidir tú. Crees que te consideran raro si no sigues la corriente, aunque el raro es el que la sigue, porque de algún modo deja de ser el mismo para convertirse en elemento de una masa igual.     
Educar en este sentido es afianzar la convicción de que la persona se labra con criterios propios acertados, con decisiones propias adecuadas, con tenacidad propia inteligente.

lunes, 31 de diciembre de 2018

Un Hotel de muchas Estrellas.


Leí hace algún tiempo que los hermanos gemelos Frank y Patrik Riklin habían ideado un hotel a 1700 metros sobre el nivel del mar, al aire libre, de muchas y con muchas estrellas, las infinitas estrellas que permiten dormir bajo su encanto y dejándose mirar por ellas antes de conciliar el sueño.
No he sabido más que lo de aquella primera noticia del Null Stren Hotel (creo recordar que ese era el nombre) con una sola suite al aire libre por 300 dólares. Y que tenían ya cubierto todo el año 2017 con 1300 peticiones desde todo el mundo.
También manifestaban que con ello denunciaban las contradicciones del mundo moderno.
Y me preguntaba al leerlo y me sigo preguntando si hay algún camino y alguna experiencia que sirva para curar alguna, una sola, de las contradicciones del mundo moderno. Pienso que nada hace cuerdo al necio. Pero también que quien vive el gozoso oficio de la educación y de la formación tiene en su mente y en su corazón un instrumento precioso para orientar el sentido vital de quien forma para que piense, ame, proyecte y programe siempre con ese sentido común que guía a las mujeres y a los hombres capaces de construir un acogedor mundo mejor. Otras lenguas lo llaman buon senso, bon sens, savvy, Menschenverstand… que no es mejor que común, aunque común puede confundirnos con lo de todos sabiendo como sabemos que no todos lo tienen.

miércoles, 26 de diciembre de 2018

Gracias Dinosaurios!


Como sabes, dinosaurio significa algo así como lagarto forzudo. Pero George Poinar Jr., profesor emérito del College of Science de la Universidad  de Oregón, nos invita a agradecerles lo que sigue.
Un Triceratops o un Tyrannosaurus rex, hace cien millones de años, las hicieron caer al pasar y mover una Araucaria sobre ámbar, donde han quedado hasta ahora con el mismo aspecto que tenían cuando cayeron.
Son pequeñísimas, de 3 a 5 milímetros, pero son testigos de un mundo lejano en el tiempo que nos regalan fragmentos venerables de vida lejanísima.
Es una buena lección para grandes y chicos. El legado, las vivencias, triunfos y fracasos, lágrimas y lecciones de la historia no pueden ser sin más, realidades que se hayan desvanecido en la nada.
Me refiero especialmente al tesoro del ámbar que encierra la lectura que tan poco y tan mal se educa y se practica. Al alcance de todos están los chorros de vida del pasado que nos han dejado hombres recios, sabios, pensadores, experimentados, sufridores que se nos acercan con humildad y acierto para despertar en nosotros respeto e interés hacia los que nos han precedido en la lucha, el dolor, la desesperación, la ternura, la vida...
Recordando libros tan dispares, tan atractivos y tan ricos como El collar de la paloma de Ibn Hazm, Fouché, El candelabro enterrado, El mundo de ayer de Stefan Zweig, La Biblia en España de George Borrow, Un puente sobre el Drina de Ivo Andric, De cómo los griegos somos nosotros de Manuel Rabanal, María Antonieta de Nicolás González Ruiz… de los que guardo la experiencia del agrado de jóvenes a los que sugerí alguna vez su lectura. 

viernes, 21 de diciembre de 2018

La Felicitación de Navidad.


Estas sí que son Buenas Noches de Don Bosco. Nos acercamos a él y a la Navidad, celebrada como él quería, en su casa de Vadocco. Sin añadidos, sin comentarios, naturalmente. Leemos como en letras de oro la sublime grandeza de su corazón.    
«Mañana empieza la Novena de la santa Navidad. Dos cosas yo os aconsejo en estos días. Acordaos con frecuencia de Jesús Niño, del amor que os tiene y de las pruebas que os dado de su amor hasta morir por vosotros. Por la mañana, al levantaros enseguida cuando toque la campana y sentir el frío, recordad a Jesús Niño que temblaba por el frío de la paja. Durante el día animaos a estudiar bien la lección, a hacer bien el trabajo, a estar atentos en clase por amor de Jesús. No olvidéis que Jesús avanzaba en sabiduría, en edad y en gracia delante de Dios y delante de los hombres. Y sobre todo por amor de Jesús guardaos de caer en cualquier falta que pueda disgustarle. Haced como los pastores de Belén: id con frecuencia a estar con él.
Nosotros envidiamos a los que fueron a la cabaña de Belén, que lo vieron apenas nacido, que le besaron su manita y le ofrecieron sus regalos. ¡Felices pastores, decimos nosotros! Y sin embargo nada tenemos que envidiar, porque su misma fortuna es también la nuestra. El mismo Jesús que fue visitado por los pastores en su cabaña se encuentra aquí en el sagrario. La única diferencia está en esto, que los pastores lo vieron con los ojos del cuerpo, nosotros lo vemos solo con la fe, y no hay cosa que podamos hacerle más agradable que ir con frecuencia a visitarle. ¿Y de qué modo ir a visitarle? Primero con la frecuente Comunión. Otro modo después es ir alguna vez a la iglesia durante el día, aunque sea también por un solo minuto”.

domingo, 16 de diciembre de 2018

Inclinada: ¿Se caerá?


Llaman Plaza de los Milagros a la que en Pisa alberga la historia y la belleza de varios monumentos inigualables. La llamada Torre de Pisa no es una torre sin más. Es, como sabes, el campanario de la catedral dedicada a Santa María en su Asunción.
En Pisa hay otras dos torres inclinadas, aunque ésta es la que tiene la fama y se lleva el sobrenombre de inclinada. A las otras dos (el campanario de San Nicolás con una inclinación de 2,5º y el de San Miguel de los Descalzos con 5º) se les hace menos caso.
¿Qué pasa en Pisa que las torres se inclinan? Cuando el 9 de agosto de 1173 se puso la primera piedra, su “padre”, Bonnano Pisano, miró con sus ojos soñadores los 56 metros de los siete pisos de su sueño, pero no se fijó tanto en que su obra (que iba a acabar Tomás de Andrés Pisano dos siglos más tarde y que pesaría 14.453 toneladas) no podía soportar su gloria sobre un terreno arcilloso sin suficiente cimentación.
En 1990 su pendiente era de 6 grados. Y se empezó a poner remedio: tirantes de acero y contrapesos de plomo hicieron posible que la inclinación se redujese a menos de 4 grados.
Y como no es arte, historia o turismo lo que nos trae a esta página, va bien añadir unas líneas de reflexión muy sencilla pero que deberían convertirse en convicciones y actuación.
¿Qué ha pasado con esos hijos, con esos muchachos para los que hubo un proyecto perfecto, que tanto prometían y que acabaron un poco o un mucho torcidos?
Crecieron desde sus cimientos sobre arcilla: engreimientos: “¡Qué guapo!”, “¡Qué listo!”, “¡Qué gracioso…!”, complacencias, concesiones, descuidos, desinterés por sus pasos, lejanía de afecto y amistad, ignorancia sobre sus amistades, aficiones, estudios, costumbres… “¡Ya es mayorcito!”, “Ya sabe lo que tiene que hacer”, “No debo coartar su maduración y crecimiento”, “Él sabrá lo que hace”, “Bueno, eso no tiene mucha importancia”. “¡Que me dejen en paz!”.
“¡Tener un hijo es una gran responsabilidad!”, “¡Aceptar ser formador es un deber sagrado!”… Pero no enterarse del piso que pisan, de la arcilla que los va hundiendo poco a poco en la mediocridad, en parecerse a un amigo que es muy brillante pero que carece de solidez moral, permitir de hecho lo que se prohíbe de palabra… son trampas sobre las que hay que prestar atención serena y decisivamente. Y nunca dejar de ser ese amigo honrado que es un padre y un auténtico educador que acompaña siempre, que alienta siempre, que eleva siempre.             

martes, 11 de diciembre de 2018

Un raro Pulpo.


La imagen de este animal, que aquí se nos presenta, se debe a la ayuda de la telecámara de un submarino robótico de la expedición Ocean Exploration Trust a ochenta millas al Oeste de Monterey y a tres mil metros de profundidad.
Lo llaman “Dumbo” porque dicen que se parece al elefantito de Disney. Pero es, dicen, un pulpo, un pulpo raro, pero un pulpo. Un Grimpoteuthis bathynectes (ese es el solemne nombre que le han dado) de sesenta centímetros, que se alimenta de crustáceos, gusanos y moluscos.
Los apéndices que luce como orejas atentas no se han estudiado todavía dada la dificultad de observar esas realidades de vida tan profundas.
Pero contemplarlo vale para una sencilla reflexión sobre el bulismo infantil. Y escribo infantil porque es propio de quien no ha madurado como para comprender la amplitud, la riqueza, la dignidad de cualquier ser vivo, pero especialmente de las personas más cercanas.
¿De dónde nace esa práctica pueril que tanto mal provoca? ¿Podemos afirmarlo sin error? Sí. De los padres y solo de ellos adquieren los niños la capacidad de medir. Aprenden de ellos a clasificar, a medir el calibre de los bienes y los males, a comparar la altura o grandeza, la bajura y raquitismo de todos los que no son “de la familia”. La crítica es una práctica mezquina e inmadura en la vida de relación. Pero es muy frecuente que el criterio de valores (de cualquier tipo que se piense) que expresan los padres (el padre y la madre) en el hogar sea decidido, decisivo, tajante, exagerado. A veces va envuelto en un sentimiento de envidia o de revancha, de desahogo, de superioridad que sirve para plantar una cátedra propia de jueces.
Cuando esa debilidad en la entereza del respeto al otro, a todo otro, se une a la del amigo o compañero o grupo o rebaño, el contagio del placer de mortificar, la tendencia a acosar al animal herido, el regusto de creerse superior, la falta de compasión, el instinto desbocado forman escuela.
No es difícil en nuestra vida de relación comprobar que muchos, demasiado…, hasta el más necio  (seguramente más que ningún otro) viven embistiendo y son capaces de juzgar, de clasificar, de condenar, de despreciar –sin más- al que no le cae bien.