viernes, 18 de julio de 2014

Lutetia.

Dicen los que entienden que en el sistema solar hay unos 25 millones de asteroides, metálicos o silíceos, de más de 100 metros. El de nuestra foto se llama Lutecia, del tipo M (metálico), que tiene la forma irregular que se puede apreciar y mide, más o menos, 132 kilómetros de largo. Dicen que tiene cuatro mil millones de años. Se llama Lutetia (el nombre que le dio Julio César a la actual París) porque en París lo descubrió el 15 de noviembre de 1852 Hermann Mayer Salomon Goldschmidt, un alemán que fue a la capital del arte para aprender a pintar, pero que se dedicó definitivamente a mirar el cielo desde el balcón de su casa (¡y descubrió 14 asteroides!, incluida Lutetia).
Otro nombre amable: Rosetta. Es el de aquella piedra, parte de un cipo de Tolomeo V de Egipto, hoy en el Museo Británico, con un mismo texto escrito en tres “lenguas” (jerogífico, demótico y griego) que descubrió en 1799, como quien no quiere la cosa, en el delta del Nilo, el soldado francés Jean-François Bouchard. Como sabes, fue el estudioso Jean-François Champollion el que descubrió poco después, en 1822, el significado del jeroglífico y de la “lengua” egipcia, valiéndose del griego correspondiente en la misma piedra.        
Y Rosetta llamó la ESA (Agencia Espacial Europea) a la sonda espacial que hizo esta foto, entre otras cien más, hace cuatro años. Pasó muy cerquita, a 3170 kílómetros, de Lutecia, camino del cometa 67P/Churyumov-Gerasimenko sobre el que un módulo de “aterrizaje” intentará posarse este año.
¿A qué viene todo este absurdo viaje por el mundo cercano, el tiempo misterioso y el arcano espacio? Es fruto de la preocupación que me viene cuando contemplo junto a tantos mundos llenos de talento, dedicación, constancia, esfuerzo, entrega,  insomnio… y observo a muchos jóvenes que carecen de espíritu. Les falta curiosidad por saber, por aprender, por investigar, por acercarse a la Vida, a la Naturaleza, a la Historia con avidez como el que sabe que es parte de ellas y debe sentirse parte interesada por ellas. No ya – o solo – porque la vida vacía deja de ser vida y se convierte en muerte mal disimulada. No ya – o solo – porque estudio es crecer en el conocimiento del “aire” que nos rodea y gracias al cual vivimos.
Hay quien no ha oído nunca que vivimos recibiendo y que debemos vivir dando. Que somos o debemos ser fuente. Que no nacemos para hacer vida propia del programa “¡Ahí me las den todas!”. Como Teresa nos encarece al escribir a su marido Sancho Panza, al saber que le han hecho gobernador de una Isla, mira tú por dónde, precisamente “Barataria”: «Sanchica hace puntas de randa, gana cada día ocho maravedís horros, que va echando en una alcancía para ayudar a su ajuar; pero ahora que es hija de gobernador tú le darás la dote sin que ella lo trabaje. La fuente de la plaza se ha secado, un rayo cayó en la picota y allí me las den todas». 

domingo, 13 de julio de 2014

"Y un Proyecto..."

Hace unos días, en un discurso programático de su misión y la nuestra, el rey Felipe VI, decía, entre otras verdades: «… una nación no es sólo su historia, es también un proyecto integrador, sentido y compartido por todos, que mire hacia el futuro». No negaba el pasado, la historia; sino que subrayaba las secuelas de la historia, que son el ahora, que son el mañana, que somos nosotros, que son nuestros hijos, que somos todos. “Proyecto” es un plan basado en la plataforma del presente, construida en el pasado por todos los que fueron capaces de unirse para darle solidez, y que se nos propone para que, uniéndonos, ya unidos, codo con codo, mente con mente, corazón con corazón («proyecto integrador, sentido y compartido…») nos sirva para convivir madurando, creciendo, haciendo un mundo mejor para unos hombres mejores en todas las dimensiones del mundo y del hombre.
El Papa Francisco afirmaba pocos días antes: «No se puede ir hacia adelante sino desde atrás». El toque de sentido común, de sentido realista y de sentido estimulante de esas palabras nos hace pensar en la necesidad de avanzar llevando con gusto y estima, con atención y respeto, en nosotros la herencia del pasado.
Estas palabras deberían despertar en cualquier padre y en cualquier educador la decisión de indicar con constancia, firmeza e imaginación las pistas completas por las que caminar después de haber caminado. Es muy frecuente que algunos niños y algunos adolescentes (y no tan adolescentes) quieran que todo en su vida sea nuevo. Lo que quieren en el fondo es que les dejen hacer lo que les dé la gana. Son niños y adolescentes a los que no se les ha ayudado a comprender que las “ganas” son la afirmación absoluta de sí mismos sin tener en cuenta que en las “sociedades” en que vive,  los que ”conviven”, es decir, los otros necesitan y tienen derecho a compartir para formar sociedad.     
¿No has notado que se dan con frecuencia, en esta sociedad que queremos hacer mejor, “brotes de dictadura”, no verdes precisamente, sino marchitados por el DDT de querer deshacernos de los que nos contradicen?

martes, 8 de julio de 2014

La Tesela.

Carranque (cerca de Illescas-Toledo), La Olmeda (en Pedrosa de la Vega– Palencia), La Tejada (muy allí también, en Quintanilla de la Cueza), Clunia Sulpicia (Coruña del Conde– Burgos), Almenara Puras (Olmedo- Valladolid), Itálica (Santiponce– Sevilla… son otros tantos luminosos cementerios de otras tantas luminosas teselas milenarias, testigos y frutos de invasiones, luchas, conquistas, holganzas, sueños de belleza, programas de eternidad…
Asombran los mosaicos que afloran cuando la afición al pasado de nuestros buscadores de tesoros ocultos nos las ofrece. Pero yo gozo y sufro al mismo tiempo con cada una de las humildes teselas que los forman. Pétreas o cerámicas (¿qué más da su cuna?) no son nada y lo son todo. Sin una, sin dos o sin más el mosaico es siempre grandioso. Pero sin ninguna, no existe. Es verdad que la alianza sellada por su conjunto (una y otra y otra y otra…) con su inteligente coordinación, las convierte en una fascinación para el alma de un nostálgico. Pero es cada una de ellas, dispuesta a no estar sola, la que hace posible, la maravilla que contemplo y la que me anima a escribir lo que escribo. Porque la siento como un ser vivo o como el rasgo imprescindible de un ser superior igualmente o, mejor, soberanamente vivo. 
El que me ha aguantado hasta aquí ha adivinado que me ocupa un pensamiento más alto. Pienso, en efecto, en la maravilla de una mujer, de un hombre que, desde niño, animado por la sabiduría de sus padres, de sus educadores, de sus maestros, de sus amigos; de los libros, de la experiencia, de la necesidad de ahondar en la Naturaleza y en la Vida, ha ido haciendo de la suya una obra de arte. No ha desechado nada noble, nada cálido, nada radiante, nada difícil, nada generoso para convertirse en ese modelo de gracia humana que enriquece la Naturaleza y hace grande el mundo que tiene la suerte de tenerlo en su alma.

Hay padres y educadores y formadores (los conocemos) que desechan con facilidad muchas de las teselas que requiere la talla del cincel y el esmeril o el fuego del horno para que la obra de arte resulte redonda. Todo lo que supone esfuerzo, renuncia, trabajo, constancia, altruismo, abnegación, sacrificio… queda fuera de un plan de la existencia en el que cuenta poco o no cuenta nada el Amor. 

jueves, 3 de julio de 2014

Athena.

Aunque todos conozcáis a Athena Orchard, creo que es mérito suyo quedar en estas páginas de admiradores de la valentía y la sensatez. El pasado 28 de mayo murió a los 13 años en Leicester (Inglaterra). Era una muchacha animosa, deportista, risueña, comunicativa, afectada por un osteosarcoma que apareció en la cabeza y se difundió rápidamente a pesar de las atenciones médicas adecuadas que recibió.
Produce tristeza la muerte de una persona. Más si es cercana. Más si es parte viva de la propia familia. Más si es joven. Todo eso era Athena. Y todo eso lo vivieron sus padres en el corto recorrido del final de su vida. Porque todo ello era normal en la anormalidad de que su vida joven quedase truncada. Su padre, Dean, la describía como «una persona muy espiritual» e «inteligente». Y Caroline, su madre, decía: «Athena era la persona más valiente que he conocido. Siempre se preocupaba de que los demás estuvieran bien antes que de sí misma, siempre era positiva».
Pero pocos días después de su muerte descubrieron la altura espiritual de una niña, ¡su hija!, que dejaba un “testamento” de sabiduría, de valentía, de ternura en la parte posterior del espejo de su habitación.
Durante todo el tiempo de su tratamiento, al menos, había escrito casi tres mil palabras como un regalo para la familia y para nosotros.
Supongo que lo publicarán oportunamente por la esplendidez que encierra y porque a todos nos hará bien. Transcribimos sin comentario (sería un atentado a su grandeza) las frases que se han publicado en la prensa.
«Cada día es especial, al menos la mayor parte de él».
«La vida solo es mala si lo haces mal»
«La felicidad depende de nosotros mismos»
«Tal vez no se trata de un final feliz, tal vez se trata de la historia».
«El propósito de la vida es una vida con propósito».
«La diferencia entre ordinario y extraordinario es ese pequeño extra. La felicidad es una dirección, no un destino»
«Recuerda que la vida está llena de altibajos; sin las bajadas las subidas no significan nada»

«La vida es un juego para todos, pero el amor es el único premio».

sábado, 28 de junio de 2014

Pastor y pasto.

Entre las más de cincuenta “letrillas” que se atribuyen al cordobés  don Luis de Góngora y Argote (1561-1627), poeta, como todos saben, luminoso y oscuro, original y clásico, innovador y moderno,  inteligente, agudo, almíbar algunas veces y ácido las más, hay una, de 1609, que él titula A lo mismo.
Hoy, día del Corpus desde hace 768 años, complace escribirela en la mente primero, leerla con la fe después y gustarla, por fin, con el amor con que él la sintió y declamó. Es profunda y dice tan bellamente tanto que vale la pena acariciarla sin prisas, llegando a sus venas más profundas con la devoción y respeto con que el poeta sacerdote la escribió.

Oveja perdida, ven
sobre mis hombros, que hoy
no solo tu pastor soy,
sino tu pasto también.

Por descubrirte mejor,
cuando balabas perdida,
dejé en un árbol la vida,
donde me subió tu amor;
si prenda quieres, mayor,
mis obras hoy te la den.
Oveja perdida, ven
sobre mis hombros, que hoy
no solo tu pastor soy,
sino tu pasto también.

Pasto, al fin, hoy tuyo hecho,
¿cuál dará mayor asombro,
o el traerte yo en el hombro
o el traerme tú en el pecho?
Prendas son de amor estrecho,
que aun los más ciegos las ven.
Oveja perdida, ven
sobre mis hombros, que hoy
no solo tu pastor soy,
sino tu pasto también.

lunes, 23 de junio de 2014

Castilviejo.

Cuando volvemos a nuestra Universidad Laboral de Zamora y entramos en la impresionante iglesia de María Auxiliadora, del eminente arquitecto Luis Moya Blanco (1904-1990), tan bien conocida por nosotros, admiramos los tres grandes óleos que llenan casi la totalidad de las paredes laterales y el fondo del coro. Todos recuerdan su contenido y significado. El sueño que tuvo Don Bosco viendo que la Iglesia, combatida por los siglos, seguía su avance alentada por las dos columnas de la Eucaristía y María Auxiliadora. El sueño de los creadores de las Universidades Laborales de ayudar a construir un mundo nuevo, forjado en el esfuerzo y la entrega. El canto de los hombres a su Madre elevada en lo alto.
Su autor fue en 1957 el admirable pintor zamorano (1925-2004) cuando tenía 32 años. En Cubillas de Santa Marta (Valladolid) pasó sus últimos años. De Cubillas decía: «Aquí, en Cubillas, pinto, como, trabajo, cazo perdices, ando por los rastrojos, charlo con los amigos, amo y vivo, porque el paisaje es determinante». Y Chema – fue siempre un amigo cercano para todos – “vivía Castilla para pintarla”.
Chema para los amigos y José María García Fernández para el registro civil, era Castilviejo en la pintura. Cuando le preguntaron por qué quería ese nombre respondía: «En honor a mi padre, que era de Rioseco, y para él la Virgen de Castilviejo era su virgencita, la que en medio del campo tiene la ermita. Y era tal la devoción que tenía y no era un beato, que entonces yo quería devolver a mi padre algo de lo muchísimo que me dio. Era algo en su honor y para mí es un orgullo».   
El día 8 de septiembre se celebra la fiesta patronal de Nuestra Señora La Virgen de Castilviejo con romerías en las praderas de la ermita: Misa, procesión, limonada y dulces.
La imagen actual de la Virgen es copia de la que desapareció hace algunos años. La imagen original, de sesenta centímetros de altura, era una talla del siglo XIII, de madera de peral policromada. La Virgen, sentada, abraza con su brazo izquierdo a su Niño y muestra una manzana en la mano derecha.
Estas noticias de algo tan entrañable como la acariciada herencia de un padre en las manos de un hijo artista, la presencia vida y vivificante de una Madre de todos los hombres y el rescoldo nunca apagado del pasado por nuestra querida ULZ bien valen para encerrarnos un rato en lo hondo de nuestros sentires para abrazar con fuerza entrañable tanto germen bello y bueno como hemos recibido y hemos tenido el placer celestial  de convertir en cosecha. 

miércoles, 18 de junio de 2014

Cáritas.

Como casi todo el mundo sabe, el Presidente de Caritas Internacional es, desde 2007, el cardenal salesiano hondureño Óscar Rodríguez Maradiaga. Y como todo el  mundo sabe Caritas Internationalis es una organización caritativa y humanitaria de la Iglesia Católica formada por 165 organizaciones nacionales de asistencia, desarrollo y servicio social. Nació hace 117 años en Colonia, Alemania.
El pasado 21 de mayo fue elegido en la Conferencia Regional anual europea (Soesterberg, Holanda) Presidente de Caritas Europa el obispo de Gante (Bélgica) Luc Van Looy, salesiano.
Subrayarlo en estas Buenas Noches no es para que Don Bosco presuma de tener dos hijos al frente de esas dos organizaciones, sino para alegrar nuestro corazón con que dos hermanos nuestros estén al frente de asociaciones tan entrañables en su corazón de padre de los más necesitados.  
Monseñor Van Looy decía hace unas semanas: "Siento que Caritas tiene, ante todo, una misión muy importante para detectar y observar dónde existe la necesidad de la solidaridad. En una perspectiva evangélica queremos estar donde la gente está en necesidad y examinar qué se puede hacer para aliviar su sufrimiento, en cualquier parte del mundo… Para ser Iglesia hoy, hay necesidad de salir de cualquier tipo de vergüenza en la promoción de los derechos de cada persona. Siento la importancia de educar a las personas a la solidaridad, o más bien, a la fraternidad y a la hermandad fundada en la proximidad manifestada por Dios mismo a través de la encarnación de su Hijo. Él nos acompañará en nuestro trabajo".
Y tras su elección: "Como Presidente de Caritas Europa simplemente deseo ser… un oído que escucha a la gente… Durante mis años en el Consejo General de los Salesianos tuve la oportunidad de conocer a muchas personas y situaciones en todo el mundo. Tal vez esta experiencia me dará un poco más de comprensión de las necesidades y las soluciones".

En nuestra actitud, muchas veces crítica, ante el que pide, ¿qué postura tenemos con relación a Caritas? ¿Nos fastidia que nos recuerde que tenemos muchos más hermanos de lo que creíamos? ¿Qué nos haga saber que entre ellos tenemos hermanos pobres? ¿Qué un poco de lo nuestro entregado para ellos nos hace más ricos, más hermanos, más  felices?

viernes, 13 de junio de 2014

Velar se debe...

Cuenta la Historia (y no hay por qué no creerla) que en su lejanía de casi nueve siglos, y cuando los reyes de Castilla (el toledano Sancho III El Deseado y su hijo Alfonso VIII el de Las Navas) luchaban contra el Invasor, recibieron ayuda de dos hermanos caballeros franceses que se asentaron en nuestras tierras. Uno de ellos, llamado Diego, encontró acomodo para su descanso en el valle de Soba, hoy en Cantabria, y en Castresana de Losa, de las Merindades, echó raíces. Y sigue contando la Historia que se le dio tan bien achicar la presencia de las muchas zorras presentes en la región, que se ganó el apellido de Çorrilla o Zorrilla que heredarían sus descendientes. Y que alguno de estos, por otra parte, orló el escudo familiar con el mote VELAR SE DEBE LA VIDA DE TAL SUERTE QUE VIVA QUEDE EN LA MUERTE.
Mucho más tarde el uruguayo Juan Zorrilla de San Martín, nacido en 1855 e hijo del español Juan Manuel Zorrilla de San Martín, fue conocido por sus servicios a su patria y por su abundante y apreciada obra literaria. Y uno de sus hijos, José Luis, escultor, al arreglar en 1921 la casa familiar en el barrio de Punta Carretas, de Montevideo, quiso que sobre la chimenea del comedor figurase también el escudo de los Zorrilla de San Martín, naturalmente con el lema VELAR SE DEBE LA VIDA DE TAL SUERTE QUE VIVA QUEDE EN LA MUERTE.
¿A que nos suena bien? ¡Cuántas veces lo hemos repetido! ¡Y cuántas ha reforzado nuestra convicción de que vale la pena hacerlo realidad! No se trata solo de que se nos recuerde. Ni solo de que nuestra vida se viva con tal dignidad que nadie pueda nunca tacharla de vil. La vida queda viva en la muerte cuando hemos sembrado bien: cuando fuimos exigentes al escoger la semilla, cuando elegimos con tiento y responsabilidad la tierra en la que sabíamos que habría de brotar vigorosa; cuando la cuidamos con fortaleza y ternura para que sus frutos fuesen sanos, generosos, excelentes, nobles, fecundos…
Esa es la condición para que nuestro paso por esta vida responda al propósito de quien sabe que ningún acto de amor queda malogrado.  

domingo, 8 de junio de 2014

Paz en la guerra.

Nos suena más “Paz en la Tierra”. Pero es una ilusión que haya paz en la guerra y no lo es menos que la haya en la tierra. Los soldados de la foto que aparecen celebrando la Misa en 1915 son franceses. Qué contrasentido. Celebraban la Vida y se preparaban para ahogarla. Lo hacían en una zona del Nordeste de su patria, llena de vida: lagos, parques naturales (Reims, Orient, Ardenas…), arte, historia e industria  (Sedan, Châlons-en-Champagne, Langres, Troyes…). Y de vides:  ¡el “champagne”. Y de vida. Pero en la guerra no hay nada de eso. Sobre todo no hay vida. La guerra es una máquina infernal preparada para buscar vidas y segarlas. La muerte es el cebo, el alimento de la guerra.   
Es triste que haya guerras. Pero es mucho más triste que vivamos, como a veces lo hacemos algunos, dando guerra, haciendo guerra, mientras profesamos estar en posesión de la verdad, tener razón. Confundimos nuestra verdad, que es fruto del egoísmo, con el fruto que debería brotar necesariamente de la estima del otro. O del respeto a que piense de otro modo, vea las cosas de otro color, tenga un gusto que no es el nuestro. Hace casi veintidós siglos Tito Macio Plauto en su obra Asinaria hacía decir a uno de sus personajes: "Lupus est homo homini, non homo, quom qualis sit non novit”. En español, más o menos: “Lobo es el hombre para el hombre, y no hombre, cuando no sabe quién es el otro”. Y hace cuatro siglos Thomas Hobbes, inglés, lo abreviaba (y agravaba) escribiendo: Homo homini lupus. 
La polémica, la contradicción, el ataque, la exclusión, el exterminio es la fórmula casi continua de nuestras conversaciones (¿conversaciones?) de modo que no solo no respetamos lo que otro piensa, sino que ni siquiera respetamos al otro.

Dos siglos después de Plauto, en su XCV Carta a Lucilo contradecía al comediógrafo paisano escribiendo: “Homo, sacra res homini”, es decir, nada menos que “El hombre es algo sagrado para el hombre”.

martes, 3 de junio de 2014

Dušan Krtolica.


Dušan tiene once años. Es de Serbia, esa nación de los Balcanes rodeada por Hungría, Rumanía, Bulgaria, Macedonia, Albania, Montenegro y Croacia (viene bien repasar de vez en cuando la dichosa Geografía), que no tiene mar, pero que se siente recorrida y enriquecida por el soberbio canal Rin-Meno-Danubio y acariciada por el verdor de sus bosques que ocupan más de la cuarta parte de su superficie. Serbia tiene una historia muy antigua y muy agitada. Llegó a ser Imperio. Y en Serbia nacieron 17 de los emperadores romanos. Hoy, con siete millones y medio de habitantes, se esfuerza y logra sobresalir entre las naciones que fueron celtas y tuvieron que ser romanas, otomanas, germanas, yugoslavas…

Pero volvamos a Dušan. Nació el año 2002 en Belgrado. Y a los dos empezó a dibujar. A los 8 años hizo dos exposiciones de sus dibujos. Y así hasta cinco de carácter nacional.  Dibuja con pluma o lápiz. Y se ayuda de una lupa. Objeto de sus dibujos son los animales, las flores y las plantas. Los animales son los que ve en la Naturaleza y en libros con los que se ha podido hacer. Por eso añade animales ya extinguidos y algunos que él se inventa. Los dinosaurios y otros saurios menos dinos son frecuentes en las láminas en las que deben figurar. Porque se sabe de memoria las eras geológicas y los animales que las habitaron. Tiene espléndidos retratos de guerreros en sus caballos. Domina la perspectiva, la proporción y la luz-sombra como un maestro. 

Sería natural que le ilusionase ser, de mayor, pintor o dibujante. Pues no señor. Quiere ser zoólogo. ¿Es un niño obsesionado, atado, sometido al trabajo? ¡En absoluto! Es un niño que descubrió que le gustaba algo, que se vio alentado en ello, que se entregó a ese suave trabajo que supone dar la vida a lo noble que gusta y que hoy, sin petulancia ni rareza, destaca entre otros muchos muchachitos de su edad. Es un ejemplo y un estímulo para padres y educadores, que descubren en sus hijos, ya desde muy pequeños, una afición que va más allá “de lo de todos” y le acompañan en subir los peldaños de una dedicación placentera pero altamente ennoblecedora de sus vidas.