Cuenta la Historia (y no hay por qué no creerla) que en su
lejanía de casi nueve siglos, y cuando los reyes de Castilla (el toledano
Sancho III El Deseado y su hijo Alfonso VIII el de Las Navas) luchaban contra
el Invasor, recibieron ayuda de dos hermanos caballeros franceses que se
asentaron en nuestras tierras. Uno de ellos, llamado Diego, encontró acomodo
para su descanso en el valle de Soba, hoy en Cantabria, y en Castresana de
Losa, de las Merindades, echó raíces. Y sigue contando la Historia que se le
dio tan bien achicar la presencia de las muchas zorras presentes en la región,
que se ganó el apellido de Çorrilla o Zorrilla que heredarían sus
descendientes. Y que alguno de estos, por otra parte, orló el escudo familiar
con el mote VELAR SE DEBE LA VIDA DE TAL SUERTE QUE VIVA QUEDE EN LA MUERTE.
Mucho más tarde el uruguayo Juan Zorrilla de San Martín, nacido
en 1855 e hijo del español Juan Manuel Zorrilla de San Martín, fue conocido por
sus servicios a su patria y por su abundante y apreciada obra literaria. Y uno
de sus hijos, José Luis, escultor, al arreglar en 1921 la casa familiar en el
barrio de Punta Carretas, de Montevideo, quiso
que sobre la chimenea del comedor figurase también el escudo de los Zorrilla de
San Martín, naturalmente con el lema VELAR SE DEBE LA VIDA DE TAL SUERTE
QUE VIVA QUEDE EN LA MUERTE.
¿A que nos suena bien? ¡Cuántas veces lo hemos repetido! ¡Y
cuántas ha reforzado nuestra convicción de que vale la pena hacerlo realidad!
No se trata solo de que se nos recuerde. Ni solo de que nuestra vida se viva
con tal dignidad que nadie pueda nunca tacharla de vil. La vida queda viva en
la muerte cuando hemos sembrado bien: cuando fuimos exigentes al escoger la
semilla, cuando elegimos con tiento y responsabilidad la tierra en la que
sabíamos que habría de brotar vigorosa; cuando la cuidamos con fortaleza y
ternura para que sus frutos fuesen sanos, generosos, excelentes, nobles,
fecundos…
Esa es la condición para que nuestro paso por esta vida responda
al propósito de quien sabe que ningún acto de amor queda malogrado.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.