jueves, 20 de abril de 2017

Crecer: lo más parecido a resucitar.

Encuentro una nota brillante entre otras vulgares:

Bienaventuranzas de la familia
Feliz la Familia que sabe dónde está la Verdad y la compra
Feliz la Familia que ha descubierto qué es el Bien y lo atesora
Feliz la Familia que conoce el sentido de la Justicia y la aplica
Feliz la Familia que vive la Libertad y la prodiga

Como el texto es en sí mismo un ánfora que se hunde en un pozo abundante y se rebosa, bastan aquí la reflexión que sigue y el deseo de que el que la lea, siga echando su corazón en la mina preciosa de la vida, la de los suyos y la propia.
El que se complace en contemplar así la felicidad de la familia da brillo a cuatro valores que están siempre en ella, pero que a veces se esconden en la alacena de las metas difíciles, en el rincón de los objetos incómodos fuera de uso, en una caja fuerte que rara vez se abre, en una redoma bien lacrada para que no se pierda el aroma.
Y, sin embargo, parece que la felicidad crece donde se sabe, se descubre, se conoce el sentido, se vive. Saber, descubrir, conocer el sentido y vivir son vivencias naturales en un cuerpo sano, ávido de ser, deseoso de vigor, salud, empuje.
Pero saber supone necesitar, buscar, ahondar, sudar, sufrir… Descubrir lleva consigo la valentía de abandonar la retaguardia, de lanzarse hacia lo que no se tiene exponiéndose a la incomprensión de otros (a veces muy poco “otros” y muy propios), a la contradicción, al cansancio, a la aparente inutilidad del esfuerzo. Conocer el sentido lo tiene el que afina el tino en sopesar, comparar, distinguir lo secundario de lo esencial, lo temporal de lo duradero. Y vivir es el resultado de volcarse en la grandiosa empresa de servir, dar la propia existencia, ver al que nos necesita, olvidar la esclavitud del pobre yo encanijado en sí.
La Verdad, el Bien, la Justicia, la Libertad son el alimento de nuestro hambriento ser y vivir. Son los ingredientes divinos que nos elevan por encima de nuestra caducidad hasta convertirnos en constructores de eternidad. El camino para salir de lo trillado por la costumbre, la comodidad, la inercia, la dependencia de los demás y de su aprobación de los otros.
Escribo el día en el que conmemoramos, es decir recordamos juntos, el triunfo de la entrega sobre el encogimiento visceral, la generosidad sobre el egoísmo, la Vida sobre la muerte: la Pascua de nuestro Hermano y Señor Jesús.

sábado, 15 de abril de 2017

El Tren eléctrico.

Recuerdas tal vez el relato de Graham Green, en una de sus Diecinueve narraciones, de su encuentro, en un gélido tren de posguerra lanzado hacia el empalme de Bedwell, con el único viajero que ocupaba el otro rincón del departamento. Trato de resumir sus doce páginas.
Empezaron pegando hebra con el comentario compartido sobre lo duro que estaba el panecillo que habían comprado en la estación y acabaron pronto hablando de la corrupción de menores.
El desconocido contó, con calor y un tono emocionado y feliz, de sí mismo, un muchachito de diez años, monaguillo en la parroquia de su pueblo, que llegó a entablar una interesada relación con uno de los dos panaderos del lugar,  precisamente con el que no lograba que le comprase el pan la familia del niño, sólidamente católica, porque el tal panadero se declaraba públicamente librepensador. Y para nuestro pequeño protagonista era, además, feo, tuerto y “con una cabeza en forma de zanahoria”.
Pero Blacker, el panadero, manifestaba hacia el jovencito, un interés especial, hasta el punto de invitarle a entrar en su casa para que viese un tren eléctrico que tenía montado en el suelo. Primero con curiosidad y temor y después vigilando que nadie le viese, entraba en aquella casa y disfrutaba maniobrando el fantástico trenecito.
Y un día recibió del dueño del tren una declaración grandiosa: “Es para ti”. La condición era muy simple: llevarle una de las formas consagradas en la Misa. El niño no dijo nada, porque deseaba el tren, pero no quería de ningún modo hacer aquel horrible acto. La lucha de un niño es dura cuando se enfrenta con un dilema como ese: “Este tren me hará feliz. Pero no puedo hacer lo que me pide”. Razonó todo lo razonable hasta sucumbir: comulgó como siempre aquel domingo, pero puso la forma, al ir a la sacristía para llevar las vinajeras, entre dos páginas de un semanario católico del P. Carey, el párroco. Al irse arrancó la parte del periódico con su precioso contenido. Se lo metió en el bolsillo y se fue a la fiesta familiar con unos parientes que habían llegado a casa.     
Al irse a acostar y registrar los bolsillos se encontró con aquel rollito y su alma se encontró zarandeada por deseos, recuerdos, promesas y… su horrible delito. Puso el rollito al lado de la cama y se acostó. Pero todo a su alrededor sonaba como ninguna noche y su corazón latía sin sosiego. “Me rondaba sobre todo la presencia de Dios allí en la silla”. Oyó un silbido: Blacker había ido a su casa y le hacía saber que esperaba lo prometido. El niño dijo que no y, ante la amenaza del panadero (“Subo a desangrarte y luego será mía”), se tragó todo.
No son solo los menores los que sucumben ante un halago. Los mayores, si lo somos, estamos tan expuestos como ellos, a renegar de lo que sabemos que es verdad por obtener la piltrafa de mentiras y promesas que acarician nuestra conciencia: más dinero, menos sensibilidad, más egoísmo, más libertad. Sólo una noche de amargo desengaño puede librarnos de la corrupción que nos hace esclavos de nosotros mismos con la esclavitud más triste que se puede dar.
El recuerdo y la celebración de la resurrección de Jesús debe ser cada año un refuerzo de nuestra fe y adhesión a la Verdad que nos hace libres porque es el triunfo de la Historia y de la vida que nos amenazan con ahogarnos.

jueves, 13 de abril de 2017

La familia... Nadie ni nada por encima de la Vida del otro.

He sufrido hondamente al encontrar, en algún rincón de tantos y tantos papeles como se nos ofrecen, esta enternecedora fotografía antigua. Su pie dice: “Una abuela lleva a sus nietos, sin saberlo, al interior de una cámara de gas en el campo de exterminio de Auchswitz”. Seguramente la conoces, querido lector. Para mí era nueva.
Los hechos apuntados y denunciados en la foto nos hacen volver, una vez más, la vista atrás y gritar en nuestro interior, con lágrimas o con violencia, por tantos y tantos actos de barbarie que han encanallado la historia de los hombres de todos los tiempos.    
Parecería, por lógica y por la imparable inercia de los días, que la vida es algo tan sagrado, tan divino, tan por encima de cualquier forma de saña o de insensibilidad, que nadie y nunca se atreviese a tocarla de ninguna forma. Y, sin embargo, a pesar de esa lógica, tan débil según parece, es constante en la historia de todos los tiempos y en todas las naciones, que haya quien ha creído y cree y seguirá creyendo, por su alta autoestima que le hace sentirse capaz de gobernar los astros, que el gobierno del mundo depende de su criterio y voluntad.          
Cuando la familia es el centro inviolable en el que brotan las vidas, como tesoros inigualables en la historia de los hombres, entrar en ella, desgajarla, profanarla, aplastarla de cualquier modo es hacer de lo más noble de lo existente un canibalismo repulsivo que nos rebaja como seres humanos.
Porque en ninguna cadena de la vida animal en cualquiera de sus manifestaciones, desde la más suave en sus formas hasta la de bestias aparentemente feroces, se producen esas aberraciones.
El hombre, sí. Algunos, naturalmente: “Si soy capaz de segar la vida, lo hago. Me demuestro que estoy por encima de todo y de todos”. Te demuestras, pobre engendro, que estás podrido por dentro y que estás por debajo de cualquier sentina humana que se pueda imaginar.

martes, 11 de abril de 2017

Solo Mascotas? La mayor riqueza.

El 29 de Diciembre de 1880  se estrenó en el Théâtre des Bouffes Parisiens de París una ópera cómica de Edmond Chivot con libreto de Alfred Duru y Henri Charles Chivot. El título era La Mascotte. Parece que la palabra que le daba título pasó a aplicarse muy pronto en otras lenguas (Mascot en Inglés, Mascota en Español) para significar, como dijo bastantes años más tarde la Real Academia Española, Animal de compañía y también Persona, animal o cosa que sirve de talismán, que trae buena suerte.
Aseguran los estudiosos que ya por el año 9000 aC, año más año menos, había animales domesticados que hacían compañía al hombre, le ayudaban, lo defendían. No es muy diferente hoy, aunque la amistad entre seres vivos se da de un modo más vistoso entre el hombre y el perro. Hasta el punto de que se puede afirmar sin gran desvío que el hombre y el perro se aman. Los expertos en esto afirman que la compañía de un perro puede ayudar a que aumente o madure su inteligencia emocional.
Decía aquella niña que, con su familia y el veterinario, esperaban el efecto final de una inyección a un perro aquejado de cáncer: “Los perros mueren con doce años porque no necesitan tanto tiempo como nosotros para ser buenos”.
Dios nos dio un maravilloso regalo al crear a los perros. Son capaces de sentir amor de una forma tan profunda y noble que en muchos casos son modelos, maestros y médicos para los hombres. Ellos también tienen su cielo tras la muerte… ¡Seguro!
La mayor riqueza que puede obtener el hombre es el amor. El saldo al final de su vida está en cuánto ha amado y ha sido amado. Es el único valor que vale para la eternidad. Siendo inconmensurable la creación de Dios, se puede decir que el mayor de sus inventos es el Amor. ¿Quién sino Él puede inventar algo así? Pensemos lo que sería la vida del hombre sin Amor.
Si amamos a los perros y ellos nos aman, ¿cómo no amar a los demás hombres?

jueves, 6 de abril de 2017

CFBDSIR J214947.2 y el conocimiento de los jóvenes.

Ese es el nombre y esta la figura, en recreación bienintencionada, de un cuerpo extraño que flota en el espacio. Los astrónomos, que saben de astros, no saben si es una estrella un poco rara o un planeta joven y solitario que se ha desprendido de su debido lugar y vaga por el espacio. Tampoco excluyen que sea una enana marrón, de masa baja o de alta densidad metálica. Lo descubrieron en 2012 y andan pensando en ello, desde entonces, relativamente despistados, porque el análisis espectroscópico da que hay en ella (o él) metano y agua.
La universidad francesa Grenoble Alpes supuso en un momento inicial que formaba parte del conjunto llamado AB Doradus de unas treinta estrellas que parecen caminar juntas a su aire por el espacio. Pero AB Doradus es mucho más joven, de entre 50 y 120 millones de años, que nuestra (o nuestro) CFBDSIR J214947.2-040308.9.
Me he referido a este cuerpo atípico con un poco de zumba por dos razones: porque no conozco ese mundo que nos contempla desde tan lejos; y, porque al enterarme de la actitud de justificado despiste de los estudiosos ante este querido cuerpo celestial, lo he comparado con el conocimiento que a veces tenemos de nuestros muchachos.
Creemos conocerlos, sabemos lo que les decimos, quedamos satisfechos porque nuestro criterio nos parece acertado, oportuno y eficaz. Pero hay veces (o muchas veces o siempre) en que no sabemos si nos escuchan, no sabemos lo que piensan al oírnos, no sabemos si lo que les decimos les vale para algo y si lo que piensan despierta en ellos reacciones de rechazo, aunque, como es natural, prefieran dejarnos en la ignorancia sobre ello. 
¿Dónde está el fallo? Para mi respetuoso parecer, falla el diálogo. Diálogo que, como es fácil comprender, no es una sucesión de dimes y diretes. Un diálogo constructivo se da, pienso, cuando hay sintonía afectiva entre él y yo. Sólo si me quiere, si me aprecia, si soy algo para él en la alta nube de la estima, habrá comunicación. Que no consistirá siempre en darme la razón, pero sí y siempre en tenerme como el compañero de camino en el que puede confiar, al que se puede recurrir, y cuyo hombro puede servirle siempre de fiel y cálido descanso.

sábado, 1 de abril de 2017

S’Ozzastru, el árbol más viejo de Europa.

Los sardos llaman a este árbol, o así parece, S’Ozzastru, que es Olivastro, porque es un olivo. Aseguran que es uno de los más viejos de Europa, si no el más viejo. Y que tiene más de 4.000 años. Está en un pueblo llamado Luras de la provincia de Olvia Tempio, en el Norte de la isla de Cerdeña. Cerca hay otro que tiene ganas de que se le tenga en cuenta porque cuenta, dice, con más de 2.000 años. Pero ¿qué son 2.000 al lado de 4.000?
S’Ozzastru es Monumento natural desde que, en 1991, se reconocieron oficialmente sus características y dimensiones excepcionales: el perímetro de su tronco es de once metros y medio; el de su copa en su parte más ancha, 21; y tiene de altura 14.
Visto de cerca su noble tronco no caben dudas sobre su vejez: nudos y huras le dan un carácter venerable de viejo venerando, pensativo y hondo, fuerte y sabio, paciente y generoso, fiel a su condición y misión y decidido a seguir dando siempre sus frutos y siendo abuelo, abuelo de todos. Sigue con sus pies-raíces firmemente clavados en la tierra sin dar señales de fatiga ni cansancio en la región de Santo Baltolu (Bartolo o Bartolomé en español) di Carana junto a las orillas del lago Liscia en el Norte de la Isla.
¡Qué pena da ver a los abuelos orillados, como si ya no contasen, como si fuesen monumentos respetables (si así se los considera), pero con su aspecto de inútiles y hasta su carácter de estorbo! Es verdad que las edades avanzadas hacen mella en las personas. Pero también es verdad (que es mentira) que dejan de tener valor y fecundidad en las familias. Hay un culto admirable a la ancianidad en las sociedades sabias en las que un muchacho puede encontrar en su abuelo (¡que es padre de su padre!) un puerto acogedor después de una travesía en falso; o unos brazos seguros aunque flacos para un esfuerzo inútil; o una palabra experimentada tras un fracaso joven; y siempre el afecto, sin exigencia de retorno, de un padre doblemente padre.

lunes, 27 de marzo de 2017

Poveglia: la isla de las enfermedades raras.

Poveglia es una preciosa isla de las que pueblan la llamada Laguna de Venecia. Está situada a la mitad del Lido de Venecia o de Malamocco y tiene una forma peculiar porque, además de estar dividida por un canal, tiene un apéndice llamado por su forma el Ottagono (a nosotros nos sonaría mejor Octógono, pero en Venecia las cosas son como en Venecia) que junto a otro, llamado Alberoni, eran fuertes para detener, por si acaso, a la enemiga flota genovesa en el siglo XIV.
La isla de Poveglia tiene una historia larga y triste. Hoy está deshabitada y no es posible visitarla. Se cree que ya los romanos la utilizaron como destino de personas aquejadas de enfermedades incurables y contagiosas. Y se sabe con certeza que la peste del siglo XIV, importada tal vez de Oriente, obligó a convertir la isla en el cementerio de sus víctimas. Y más adelante en lazareto de los enfermos de ese mal para los que no se pronosticaba curación, que era la mayor parte. Pasados aquellos tristes tiempos y desaparecidos aquellos irremediables males, pareció que era un lugar muy a propósito para un sanatorio psiquiátrico. Pero en poco tiempo hubo que abandonar sus amplias instalaciones dedicadas a intentar la salud de los enajenados de mente. Entre otras razones porque se propaló la voz de que se había convertido en un escenario de apariciones y fantasmas. No es verdad, porque no hay apariciones ni fantasmas. Pero hay gente que cree en ellos. 
Todavía en el siglo XX parece ser que hubo quien intentó utilizar las viejas instalaciones para experimentos que lograsen la curación de enfermedades raras o incurables.
Y ahora nuestra aplicación concreta e inmediata. ¿No se está convirtiendo nuestra sociedad en un racimo de islas povelias en las que se asientan todas las desviaciones de la buena salud?
Contemplemos la amada isla de nuestra propia familia. Y observemos a qué destino la abrimos. No vale decir: ¡Las cosas son hoy así! ¿Qué vamos a hacer? ¡No es para tanto! ¿Quién va a poner coto a los tsunamis que se nos vienen encima día a día? Y no solo porque pagar caro nuestra desidia o indiferencia o cobardía no va a alejar la peste, en algunas de sus formas, de nuestro entorno familiar. Sino porque declararnos decidida y oportunamente opuestos a cualquier contagio es nuestro oficio: noble, digno, irrenunciable, valiente y gozosamente esperanzado.

miércoles, 22 de marzo de 2017

Cazado? La fuerza para oponerse.

Londolozi” es una reserva privada de caza en Sudáfrica. Está al lado del largo río Sand, afluente del larguísimo Limpopo, y en el centro de la reserva de caza Sabi Sand en el Parque Nacional Greater Kruger. Londolozi es una palabra zulú que viene a significar, más o menos, “protector de todas las cosas vivas”: precioso nombre para un propósito más precioso aún.
Hace poco vi un asombroso video en el que trece leones (leonas en su mayor parte y parecían jóvenes) trataban de hacerse con un puercoespín crestado. Era de noche y un interesado testigo iluminaba la grabación de la escena con una potente linterna.
El puercoespín crestado (Hystrix cristata) es un roedor de cuerpo macizo que lleva cubierto con espinas afiladas de unos 35 centímetros y que puede medir 85 centímetros y pesar más de 20 kilos.
Los leones se acercaban, con ganas de cobrar la pieza, sin llegar a tocar aquella defensa amenazante. El hystrix reaccionaba haciendo notar que no estaba para jugar y moviéndose hacia adelante o hacia los lados logrando alejar a los intrusos en su camino.
¿Cómo acabó? Lo que vi fue el cansancio de los leones y su desfile en la oscuridad.
Pero me vino este inocente pensamiento: ¿No he presenciado la imagen del acoso que a veces sufren nuestros muchachos de los “amigos” con los que comparten horas y noches? La intención de la chusma es asimilar al novato a sus modos de respirar y vivir. Pero ¿está dotado nuestro muchacho de la decisión para decirse “no” y decir “no” a los que le acarician? ¿Han tenido en la “escuela” de su familia el regalo de una cercanía que suscita confianza, de una claridad que despierta decisión y de una fuerza que se opone a cualquier sugestión extraña a un estilo familiar de conducta? Podríamos lamentar la ingenuidad de la inexperiencia, pero no perdonarnos la necedad de nuestro disimulo.     

viernes, 17 de marzo de 2017

Un proyecto truncado.

Como sabes, la populosa ciudad de Pompeya quedó sepultada en Agosto o, más probablemente, en Noviembre del año 79 dC bajo el material arrojado por el volcán Vesubio. Mucho más tarde el rey de Nápoles, Carlos de Borbón, futuro Carlos III de España, encargó al ingeniero militar español Roque Joaquín de Alcubierre que comenzase las excavaciones para sacar la ciudad al sol. Era el año 1738. Y entonces empezó un trabajo que sigue todavía hoy, día a día.
La ciudad existía como entidad poblada, al menos desde el siglo VII aC. Los oscos y los samnitas anduvieron por allí y estos últimos, unidos a otras ciudades de la región llamada hoy Campania, lograron no caer de momento en las garras de los romanos. Pero estos, en el año 80 aC, la rindieron dándole el nombre de Colonia Cornelia Veneria Pompeianorum. Fue puerto importante para el paso de mercancías, con la via Appia muy cerca, hacia el Sur. El año 62 quedo muy dañada por un devastador terremoto, de modo que la destrucción venida del Vesubio en el 79 cayó sobre ella cuando se reponía de las heridas anteriores.
Prueba de ello es cuanto sigue: en una “manzana” de la calle de la Abundancia se ha encontrado recientemente un conjunto de indudable interés histórico y arqueológico en el que se trabaja para ofrecer dentro de tres años en su visita a los admiradores del Vesubio, tres mil metros cuadrados más de recuerdos de aquel pasado tan remoto.  Lo forman una panadería con sus elementos de producción, por ejemplo los esqueletos de los asnos que movían el molino (¡y el de una mula!), varios frescos de la Casa de los Castos Amantes y otra casa llamada de los Pintores en su trabajo. De esta casa es la imagen que acompaña a estas letras.
Parte de la pared se ve terminada con rojo cinabrio. Inmediatamente a la derecha se ve una superficie en blanco preparada para recibir el color. Las líneas rectas ya trazadas en ocre serían después los límites de los espacios en color que simularían fondos de paño o cortinajes de la estancia. Pero la labor quedó truncada. 
Y aquí nuestra reflexión. ¿En qué momento o después de qué hecho he advertido que mi obra de construcción de la personalidad de mi hijo, de mi pupilo… quedó en ciernes o por perfilar? ¿O hasta quedó quebrada? Porque si lo analizo tal vez descubro que mi intervención fue inoportuna, mi trato fue ofensivo (¡sí, “subjetivamente”, pero ofensivo!), mi actitud obsesiva, mi conducta desinteresada, fría y distante. Dejé de ser amigo y cesó mi capacidad de educador.

domingo, 12 de marzo de 2017

Neuschwanstein, nuevo cisne de piedra.

Los que nos movemos bajo la mirada de María, la Madre de Jesús de Nazaret y Madre nuestra, y lo hacemos acompañados por Don Bosco, nos alegra verla, tal como figura en su Basílica de Turín, en el castillo de Neuschanstein, “nuevo cisne de piedra”, de Luis II de Baviera. De los tres castillos que Luis II quiso erigir, Lindenhorf, Herrenshiemsee y Neuschwanstein, prefirió este último. Se comenta que Walt Disney se inspiró en él para el que regaló a la “Bella durmiente”. Y a él dedicó Luis II todo su cuidado y en él residió más asidua y largamente. Bajo su sombra murió, ahogado en el lago Starnberg, a los cuarenta años en 1886. 
Su vida fue difícil. En su diario se refería a su esfuerzo diario por ser fiel a su fe católica y por desempeñar su servicio a Baviera como príncipe bávaro de la Casa de Wittelesbach y rey de Baviera. Había animado y había sido mecenas durante un cierto tiempo de Richard Wagner y apoyó para ello la construcción del teatro de Bayreuth donde, como es bien sabido, se siguen presentando anualmente obras del gran compositor.
A Luis II le llamaron el Rey Loco. Su infancia y adolescencia estuvieron sometidas a un control severo por parte de sus preceptores. Y en muchas de las manifestaciones de su corta vida aparecía como un personaje apartado y extraño. Hasta el punto de que fue declarado por los médicos, después de 22 años como rey sucesor de su padre Maximiliano II, incapaz de reinar.
En el extremo cuidado que puso en perfeccionar su castillo preferido, decidió que la entrada a su interior desde el patio principal, estuviese guardada por el arcángel Miguel en su gesto de eliminar al Maligno. Y por la Madre de todos los hombres, que eleva hacia lo alto el cetro protector de todos ellos.
Se nos pueden ocurrir con estos comentarios, dos aplicaciones para nuestra vida de forjadores de hombres. No es el rigor el que modela al hombre equilibrado. Lo es, en cambio, sin excepción y de un modo decisivo, el amor administrado sabiamente. En la historia de nuestra vida interior, la que nos hace elegir los caminos de nuestra identidad humana completa, la presencia amorosa y auxiliadora de la Madre es una garantía de acierto final.  

martes, 7 de marzo de 2017

Un Fuego sin Cenizas.

¿Qué tengo yo que mi amistad procuras?
¿Qué interés se te sigue, Jesús mío,
que a mi puerta cubierto de rocío
pasas las noches del invierno escuras?
¡Oh cuánto fueron mis entrañas duras,
pues no te abrí! ¡Qué extraño desvarío,
si de mi ingratitud el hielo frío
secó las llagas de tus plantas puras!
¡Cuántas veces el Ángel me decía:
«Alma, asómate agora a la ventana,
verás con cuánto amor llamar porfía»!
¡Y cuántas, hermosura soberana,
«Mañana le abriremos», respondía,
para lo mismo responder mañana!

La Cuaresma es un paréntesis gozoso en la vida de un cristiano. Para algunos parece evocar recuerdos sombríos o prácticas extrañas en esta etapa de la historia en la que solo parece caber “lo que me place”. Pero este tiempo tan especial, casi en la inauguración del año y de la explosión de la Primavera, hace sentir, a los que intentamos romper las ataduras de la placentera rutina, la grandeza de la inauguración de la auténtica libertad que es siempre espléndida.
Lope de Vega, a quien debemos el soneto que abre estas líneas inspirado en el luminoso libro del Apocalipsis, vivió deseando asomarse a la ventana para poder contemplar y gozar la llamada del Amor. Confundió Amor con amores y abrió la puerta, sufriendo la entrada en su larga vida a aventuras más o menos (más bien menos que más) placenteras, con lo que el amor le preocupó menos que el placer; sufrió e hizo sufrir sin asentar nunca su vida en una roca que diese a su hogar la consistencia de una auténtica entrega, de una amistad definitiva y madura.
Amarse a sí mismo es natural, es instintivo, es necesario. Pero en nuestro papel de educadores no podemos perder de vista que lo natural, lo instintivo, lo necesario no puede perdurar sino en la educación de un amor para el amor, que es renuncia a sí para ser de otro y para otro. Y mantener esta convicción y esta postura a pesar de que el amor nos pretenda enseñar que amor con dolor no es amor. Solo en ese amor se mantiene un fuego sin cenizas.

jueves, 2 de marzo de 2017

HiRISE, fotos desde Marte.

Saluda conmigo a HiRISE: “¡Buenas noches, HiRISE!”. HiRISE es, como sabes (y, si no, te la presento) una cámara de alta resolución que capta imágenes de y desde Marte. Mejor, desde cerca de Marte. Porque va sobre el MRO (u Orbitador de Investigación de Marte) desde agosto de 2005. Y gira alrededor de Marte. 205 millones de kilómetros la separan de nosotros.     
HiRISE fotografía a Marte. Es su misión. Pero tiene momentos de nostalgia y la dejan que fotografíe a la Tierra. Y a la Luna al mismo tiempo. Esta foto (en verdad, nos dicen, es un no-engañoso, pero sí necesario, “amaño” de fotos para que la podamos ver bien) se hizo hace dos meses. Hubo que iluminar un poco a la Luna que, en realidad, es menos brillante que la Tierra. La zona rojiza del centro de la imagen es Australia. La Antártida es la mancha brillante en la parte inferior izquierda. Otras áreas brillantes son nubes.
¿Qué me inspira todo este trasiego cósmico cercano? Nada, pero a mí se me ocurre algo en lo que he estado pensando mucho estos días pasados de fin de año y de rendimiento de cuentas: el desconocimiento real, auténtico y resignado que deberíamos no tener y que tenemos de los que orbitan junto a nosotros día tras día.   
Nos da miedo preguntar, porque sabemos que vamos a herir o porque estamos seguros de que nos van a mentir. Pasamos por alto y desaprovechamos todo lo que nos podría llevar a conocer y compartir sentimientos, problemas, estados de ánimo, desilusiones, dificultades, heridas, derrotas y… muerte de sueños que no deberían haber muerto nunca.
El camino no es casi nunca preguntar. Casi siempre es tarde para hacerlo. El camino empezó hace mucho tiempo. Nos parece que avanzamos al paso. Pero hubo un momento en que callamos emociones y nos fastidiaba escuchar – y no escuchamos - las de los que aparentemente nos acompañaban y nos acompañan en un camino en el que ya no compartimos lo más valioso de nuestras vidas y de nuestra misión de modelarlas, que es la emoción de querernos, porque escuchamos y con-sentimos. 

sábado, 25 de febrero de 2017

Jabón de Alepo.

El jabón de Alepo, que tiene más de dos mil años de antigüedad y que los cruzados trajeron a Europa en el siglo XII, se llamó en España Jabón de Castilla. Es – dicen – el jabón más puro. Se hace a base de aceites de oliva y de laurel, hidróxido de sodio y agua. De esos cuatro componentes se logra que el producto suavice, hidrate y evite la oxidación y el envejecimiento de la piel. Es antiinflamatorio, antiséptico y equilibra las pieles grasas, además de hacer sentir su agradable aroma peculiar. La tradición de este jabón muere también en su patria por la producción en el mundo de tantas fórmulas como aparecen cada día. Pero el de Alepo ha sufrido últimamente además la guillotina de las bombas.
Sin embargo, en Santeny, Sureste de París, el jabonero sirio Hassan Harastani  sigue haciéndolo. “Tenía una producción modesta, pero el estallido de la guerra nos obligó a huir a mi familia y a mí. Dejamos todo, casa, trabajo, amigos...”.  Harastani exportaba sus productos, antes de la guerra, a Francia, Italia y Alemania. “Hacer jabón es todo lo que sé hacer desde hace 34 años. Gracias a la ayuda de Samir sigo haciéndolo todavía”. Samir Constantini es un doctor en Química dedicado a la cosmética. En 2004 había establecido con Harastani una pequeña fábrica de jabón en las afueras de Alepo: “Alepia”. Samir le precedió en su salida de Siria y le convenció desde París de que podrían seguir fabricando el Jabón de Alepo en Francia. Y allí siguen. “Volveremos a Siria a hacer el jabón; pero ahora estamos en Francia y seguimos trabajando”.
¡Cuánto podemos acoger para nuestra experiencia de educadores de Harastani! Su fidelidad a la propia identidad, hasta emprender un camino conocido, pero tan lejos de su tierra. Su fe en el valor de lo que hace: para quien no conoce su jabón, insignificante; para los que lo han usado, maravilloso. Su entrega al trabajo con la pasión de quien se siente creador de un bien, no solo fabricante de un producto. Valentía en dejar su tierra y reanudar en otra, lejana y desconocida, el trabajo que ha llenado sus 34 años de vida e ilusión. 

lunes, 20 de febrero de 2017

"Bebe" Vio, medallista olímpica.

Si seguiste los Juegos Paralímpicos de Río de Janeiro conoces, sin duda, a la portadora de la bandera italiana en la ceremonia de apertura. Y si llegaste tarde, recuerdas que quien ganó la medalla de oro individual y una de bronce por equipos en esgrima se llama Bebe Vio. Bebe, de 20 años en la actualidad, es el nombre hipocorístico de Beatrice. Es exalumna del colegio salesiano de Mogliano Veneto. En la página web «Amigos de Don Bosco» se escribe de ella: "Bebe es una chica de oro también fuera de las competiciones. Ha conocido la realidad salesiana desde la infancia, en el oratorio Astori de Mogliano Veneto de la provincia de Treviso. Y ha terminado hace poco los exámenes de madurez después de asistir durante cinco años a la Escuela de Formación Profesional salesiana San Marcos en Mestre. Hizo artes gráficas y comunicación. En el examen presentó una tesina sobre los posibles Juegos Olímpicos de Roma 2024. Todos en el San Marcos conservarán un recuerdo maravilloso de ella".
A "Bebe", cuando tenía 11 años y debido a complicaciones de una meningitis, se le  amputaron las extremidades. No se sintió hundida, ni mucho menos. Apenas pudo, volvió a los estudios y a entrenarse en esgrima. Fue la primera esgrimista con discapacidad en el mundo para competir con cuatro implantes artificiales. Desde 2011 ganó todos los grandes torneos de esgrima: nacionales, europeos y mundiales. «No me da miedo mi condición física. Ni me desagradan las cicatrices que tengo en la cara. Cuando voy a la televisión, insisten en disimularlos con el maquillaje. Lo mismo pasó cuando fui a París a un desfile de Dior inspirado en la esgrima. Forman también parte de mí. Como los ojos verdes que he heredado de mi madre».
La medalla que más la gustó en Río fue la de bronce, porque la obtuvo junto con sus compañeras de equipo de florete femenino: "Lo importante es que nos lo pasamos bien, esta es nuestra medalla y es hermosísima, es maravilloso haber triunfado con mi equipo, prefiero esta medalla a la de oro. En la competición pensé en la fantástica historia que tengo y me dije que no podía terminar con una derrota".
Después de Río ganó también el primer premio de la  Fundación “Giovanni Agnelli”, que es la medalla más emocionante para los italianos.
Y como lo escrito es suficientemente estimulante para quien lo lee o escucha y Bebe es magnífica maestra de entusiasmo, de tesón y sacrificio, no se añada más. 

miércoles, 15 de febrero de 2017

La carta de Navidad de Sofía.

Sofía ha escrito ya su carta de Navidad. Por primera vez no la ha dirigido a Papá Noel, sino al Niño Jesús. Y no es porque ya sea “mayor” (el pasado día 20 cumplió ocho años), sino porque cree que lo que pide este año es difícil: “Querido Niño Jesús quiero que todos estén bien y haz que haya mucho amor y a mi mamá que no le hagan daño y no la despidan porque debemos ser generosos”.
La empresa en la que trabaja su madre despedirá a un buen número de trabajadores el próximo día 31, a pesar del esfuerzo de la empresa por salir adelante, de las manifestaciones de los trabajadores y de la intervención del sindicato.
Sofía ha puesto la carta en las manos de su mamá insistiendo en que la entregue a su destinatario. Y los primeros en sorprenderse y emocionarse han sido los padres: "Yo evito hablar de cuestiones de trabajo delante de las niñas”, comenta la madre que trabaja en la oficina de la administración de la empresa. Pero Sofía debe haber captado la preocupación de los padres y por eso ha escrito esta carta. "Sofía me ha preguntado que si dejo el trabajo y me voy a dedicar a dar clases de matemáticas. No sé cómo se le ha ocurrido. Seguramente es porque la ayudo a hacer las cuentas”.
Acaba la carta pidiendo ayuda para los niños pobres; y la cierra escribiendo con bolígrafo rojo: "Viva la paz y abajo la guerra".
Este precioso cuadro de inocencia, cariño filial, serenidad, generosidad, sensatez y desinterés puede servirnos como falsilla para cotejar la madurez y grandeza de nuestros hijos, de nuestros educandos. Porque tal vez la Navidad y los “Reyes”, año tras año, lo hemos convertido en una escuela intensiva en el que se alimenta la ansiedad, el capricho, el egoísmo y el despilfarro no solo de dinero sino de nobleza de alma. 

viernes, 10 de febrero de 2017

Ejemplo de cómo hacer mecatrónica.

Copio, entresacando, de la crónica de Alicia Pérez en El Norte de Castilla del 11 de diciembre de 2016.

“Son Enrique Pastor y Sergio Pérez. Tienen 22 y 24 años y son los estudiantes zamoranos de Formación Profesional (FP) Dual que han ganado la medalla de oro en la competición europea 'Euroskills 2016' en la modalidad de Mecatrónica, celebrada en Gotemburgo (Suecia) del 1 al 3 de diciembre. La competición durante tres días no fue fácil. Se sometieron a situaciones reales de la instalación, mantenimiento y optimización de líneas de producción industriales junto a 500 jóvenes procedentes de 28 países europeos y siete delegaciones de países no europeos invitados. Las pruebas consisten en el montaje de varias máquinas que se llaman maquetas y que son una simulación de un proceso industrial. El enunciado de la prueba propone la máquina y a partir de ahí, los jóvenes empiezan a montar y a poner tornillos y cables. Les acompañaron también los nervios y la presión, pero ahora pueden decir bien alto que mereció la pena.
«Fue muy duro, para nosotros a nivel personal mucho más duro que en el mundial», explica el joven Enrique Pastor sobre una competición en la que, desde el principio,  fueron conscientes de que podían hacerse con el oro y fueron «a por todas». Aun así, el último día pensaban que se quedarían en la tercera o cuarta posición y no se creían que España, representada por ellos, finalmente quedara la primera, por delante de Reino Unido y Noruega. «Fue la locura total», recuerdan sobre el momento en el que se hicieron públicos los resultados.
Alumnos del ciclo formativo de Grado Superior en Mecatrónica Industrial del Instituto de Educación Secundaria (IES) Universidad Laboral de Zamora, recibieron la felicitación del consejero de Educación, Fernando Rey, por haber conseguido un galardón que el responsable de la Junta calificó de fantástico y a ellos, de «excelentes». Es indicio, según aseguró, de que el nivel de la FP en el centro y en la comunidad es muy alto.
Esta visita y el premio suponen para los jóvenes zamoranos la recompensa a todo el esfuerzo y al tiempo empleado en los entrenamientos durante más de año y medio. Además de un orgullo personal, creen que puede ser beneficioso para su futuro y también para el instituto. «Dieron un ejemplo de cómo hacer mecatrónica. Se veía una concentración de expertos miembros del jurado viendo como ellos hacían lo que hacían, aprendiendo de como ellos hacían lo que hacían», recuerda Julio Miñambres, profesor y preparador de los jóvenes que además formó parte de la delegación española en la especialidad de mecatrónica y del jurado de expertos. «Elegí a los alumnos según mi leal saber y entender», afirma sobre una decisión con la que acertó de pleno y de la que ahora se muestra orgulloso.
Para ello, tuvo en cuenta que los alumnos tuvieran un mínimo de talento y los ganadores de la medalla de oro «superan el mínimo con creces». Junto a esto, destaca el profesor la capacidad de resistencia y de sacrificio de Enrique Pastor y Sergio Pérez y su inteligencia para «saber sufrir, escuchar, aprender y saberse dirigir para llegar a donde han llegado…Han demostrado en el europeo que están por encima del resto de los países». 

domingo, 5 de febrero de 2017

AS: grandeza de espíritu

Este que ves aquí (en imagen) es la frágil estampa de un as. Se llamaba así en Roma y en sus posesiones a esta pequeña y antigua moneda (desde el siglo VI aC) probablemente porque era de bronce, aes en Latín. Sin marca al principio (aes rude), con una palma o ramita más tarde (aes signatum) y de tamaño y peso variados. Parece que fue el rey Servio Tulio el que, mediado el siglo VI aC, dijo que el as libral o grave (de 293 gramos o libra romana) fuese, para la entonces pequeña Roma, el único tipo de moneda con sus cinco divisores: semis, triens, quadrans, sextans, uncia (la onza era la doceava parte del as). El as dejó de valer y correr cuando surgió el imperio o un poco antes, porque aparecieron monedas de nombres más o menos conocidos vulgarmente como  dracma, didracma, quadrigatus, victoriatus, denarius, aureus, antonianus, quinarius, sextertius
Pues bien: en ese bosque de monedas nos atrae hoy el aes segovianum (el nombre me lo invento yo, pero su realidad no es inventada), del que se han encontrado poco más de cien ejemplares. Y llama la atención de que en una de sus caras (en la que aparece un jinete a punto de clavar su lanza en un enemigo) figura la palabra SEGOVIA. ¿Y por qué llama la atención? Porque si Hispalis es ahora Sevilla y Tarraco Tarragona, Caesarausgusta Zaragoza y Compludo es Alcalá…, Segovia fue siempre Segovia.
¿Hemos pensado alguna vez en nuestro apellido? ¿Estamos seguros de que nuestros “sucesores” llevan un nombre que nos gustaría que fuese siempre conservado, honrado, respetado, admirado? Sencillamente admirado. Pero ¡admirado! Y no por corresponder a una estirpe de sangre o de “cátedra”, sino porque en esa cuna adquirieron la condición de dignos herederos de un tesoro.
No sé si se sigue pensando, sintiendo y proponiendo a nuestros hijos, más a menos solemnemente, al principio de “dejar en buen lugar el propio apellido”. Y no, evidentemente, por orgullo o para no sufrir vergüenza, sino porque sentimos la necesidad de querer y saber que somos sembradores de luz, de grandeza de espíritu, de riqueza de corazón.
Hubo una moneda, el denario, que, según parece, indicaba el precio de diez asnos. Que no era poco. Ni por número ni por valor. Cuando uno tiene un caballo puede, si quiere, reírse de un burro. Pero el que tiene un asno y sabe valorarlo, tiene un tesoro. Y nunca vale más, para casi todo, un caballo que un asno. No hay apellido innoble.   

martes, 31 de enero de 2017

Augusto Czartoryski, salesiano Beato.

El 25 de abril de 2004 el Papa Juan Pablo II declaró beato en la Iglesia Católica al salesiano Augusto Czartoryski y Muñoz. Su nombre completo había sido, en polaco y un poco en español, August Franciszek Maria Anna Józef Kajetan Czartoryski y Muñoz Borbón. ¿Quién es este beato y por qué se hizo salesiano? 
En 1883 san Juan Bosco hizo un viaje más a París. En Francia había obtenido siempre una ayuda generosa de los franceses que conocían su obra de acogida y educación a muchos jóvenes sin horizonte social y económico. Y se le invitó a que visitase en el palacio Lambert a la familia de Ladislao Czartoryski, conde de Klewan y Zukow, intensamente interesado en defender presuntos derechos dinásticos en Polonia, casado con María de los Desamparados Muñoz y Borbón, primera condesa de Vista Alegre, hija de Agustín Fernando Muñoz y Sánchez (primer duque de Riánsares, primer marqués de San Agustín y premier duc  de Montmorot) y de S.A.R. María Cristina de Borbón-Dos Sicilias, viuda de Fernando VII, rey de España. 
Augusto era el heredero de esos títulos y derechos, pero su aspiración única era pertenecer a Dios de un modo total. Había tenido como preceptor a un santo varón, militar retirado, después de diez años de exilio y trabajos forzados en Siberia. Era el hoy santo José (después Rafael) Kalinowski, que moriría siendo Carmelita.
Augusto, tuberculoso como su madre, que murió cuando él tenía seis años, sentía que su destino no era una corte de nobles y una familia como la que ya conocía, sino una vida de entrega a Dios.
Cuando conoció a Don Bosco quedó profundamente conquistado por su atractiva personalidad y su clara santidad y sintió que vivir con él era el camino que podía dar a su búsqueda el sentido que necesitaba. Le visitó varias veces en Turín para hacer Ejercicios Espirituales hasta declararle que deseaba ser uno de sus hijos. Se comprende que el “pobre” Don Bosco tratase de disuadirlo, pero el Papa León XIII le pidió a Don Bosco que lo recibiese entre los suyos.
En junio de 1887, después de haber renunciado a todos sus derechos en favor de sus hermanastros, Augusto hizo una preparación seguida del noviciado en el que recibió de Don Bosco la sotana el 24 de noviembre en la Basílica de María Auxiliadora.
Minada su salud y después de su profesión religiosa, hizo los estudios de Filosofía en Valsalice (Turín) y los de teología en Liguria.
El  2 de abril de 1892 fue ordenado en San Remo por el obispo de Ventimiglia y su vida como sacerdote duró apenas un año vivido en la casa salesiana de Alassio.

viernes, 27 de enero de 2017

Louis Mendre: escuchar con el corazón.

El 2 de abril de 1878 llegó Don Bosco a Marsella. El canónigo Guiol le esperaba, pero pidió a su vicario, el también canónigo Louis Mendre, que le atendiese en la primera fundación en aquella ciudad, el Oratorio de San León.
La simpatía y el cariño de Don Bosco cautivaban a todos los que le iban conociendo. Y también Mendre quedó atado por esos lazos de estima y cariño, de modo que los salesianos franceses decían: “El abate Mendre ha robado el corazón de Don Bosco”.
Realmente quería a Don Bosco como un hijo y se sintió animado a escribir en 1879 un opúsculo sobre él: Don Bosco sacerdote, Fundador de la Congregación de los Salesianos, que reprodujo poco después en su Revista Popular Félix Sardá y Salvany, sacerdote, apologista, defensor del bien y la verdad en Barcelona y que fue una fértil llamada para que varios sacerdotes jóvenes se hiciesen salesianos.
“Lo mismo que en un día de invierno – escribía Mendre - vemos a los pajarillos acudir en gran número adonde una mano generosa les echa el grano que les ha de salvar, así contemplamos, en derredor de Don Bosco, numerosos grupos de chiquillos y muchachos de los que nadie se ocupa”.
No fue Mendre el único francés que escribió sobre Don Bosco, como sabes. Lo hicieron también, en biografías más o menos amplias y documentadas o en escritos encendidamente defensivos, viviendo aún Don Bosco o poco después de su muerte, Albert Du Bois, Jules Rostand, Charles D’Espiney, Joris-Karl Huysmans, François Coppée…    
En una carta a Guiol, un año más tarde, escribía Don Bosco: “...... me he ruborizado más de una vez ante los grandes elogios que tributa a mi pobre persona. Todo sea para la mayor gloria de Dios  en favor de la Obra que se quiere recomendar...”.
Y en 1880, ante los acosos de la prensa, las calumnias y las barricadas contra el pobre Oratorio de San León, Mendre se hizo pasar por director de la Obra y escribió un memorial dirigido a la autoridad contra las falsas acusaciones del Petit Provençal.
En una velada en San León, los muchachos, improvisados como músicos,  se equivocaban. Mendre, sensible y entendido, ponía cara de disgusto. Y Don Bosco, que lo notaba, sonriendo, le dijo: Señor Mendre: “La música de los niños se oye con el corazón y no con los oídos”.
De Don Bosco debemos aprender esta convicción que debe convertirse en vivencia. A los niños, a los jóvenes, a los hijos… se los escucha con el corazón. No vale ningún otro filtro.   

martes, 24 de enero de 2017

Capricho: barrera a nuestra acción educativa.

Aunque vivió hace mucho tiempo, estoy seguro de que conoces o conociste a Marcos Terencio Varrón. Terencio para los que frecuentan sus escritos, que fueron muchos y de los que nos han llegado solo algunos, vivió en el siglo de Pompeyo y Julio César, de Marco Antonio y Octavio. Militar con Pompeyo, perdonado por su opositor Julio César (del que recibió la dirección de las bibliotecas públicas de Roma),  declarado fuera de la ley por Marco Antonio y repuesto por Augusto, yo creo que, por tantas idas y vueltas, dejó la política y las armas y se dedicó al estudio, la observación y la escritura.
Y de ellas tomo algo que te gustará leer si no lo conoces. A propósito de salud y enfermedades, escribió: "Hay una raza de ciertas criaturas diminutas que no se pueden ver por los ojos, pero que flotan en el aire y entran al cuerpo por la boca y la nariz y causan enfermedades graves". ¿No crees que Louis Pasteur se inspiró en él?
A propósito del pulso del cuerpo humano escribió sus diversas formas y una de ellas la presenta como caprizans pulsus. Es decir, inesperado en su ritmo e irregular, como el salto de una cabra.
La definición clásica de capricho es “idea o propósito que uno forma arbitrariamente, fuera de las reglas ordinarias y comunes, sin razón”. Y los sabios dicen que la palabra capricho, dejando a las cabras en paz, saltando o no, está tomada directamente del italiano capriccio y antes caporiccio, es decir, cabeza de erizo, con los pelos de punta.   
Vayamos a una reflexión sobre lo anterior que nos ayude en nuestro alto oficio de ayudar a  modelar personalidades correctas. ¿No te parece que el mundo de hoy (modas, economía, política, corrientes, costumbres, relaciones, iniciativas, ideas,  comportamien-tos, arte, propósitos…) están tocados por impulsos parecidos al del salto sin ton ni son de la cabra? ¿Y que ciertas irregularidades que ponen los pelos de punta nacen de la arbitrariedad de nuestra acción educadora, de nuestra flojera en conocer y advertir, acompañar y estimular?
El fruto de ese proceder educativo, que es caprichoso, produce un efecto de capricho por imitación: “da lo mismo”, “por esta vez”, “no es para tanto”, “ten cuidado”, “que yo no me entere”, “no te pases”, “pues estaría bonito”, “que no vuelva a suceder”, “que yo no me entere”, “como se entere tu padre”… Es decir, eliminar la propuesta de honradez como condición indispensable de la conducta es el mejor modo de que  nuestro tesoro quede enterrado para siempre por el capricho. 

jueves, 19 de enero de 2017

Siria: Esperanza y Reconciliación.

Otra vez Siria. Y el salesiano sirio Padre Dani Gaurie nos da las Buenas Noches con el resumen de su exposición el pasado 30 de Noviembre en el Salesianum de Viena.
Siete salesianos (cuatro en el centro juvenil de Damasco con unos 1.250 niños y jóvenes y tres en el Oratorio de Alepo al que acuden cerca de 900) animan la vida con todo lo que está a su alcance: tiempo libre y catecismo. “A pesar del sufrimiento, podemos experimentar cosas bellas y por encima de todo, experimentamos que Dios existe y está entre nosotros”, manifiesta el P. Gaurie.
Los salesianos tratan de transmitirles a los jóvenes dos elementos principales: “la esperanza y la reconciliación”. Sin estos dos elementos no habrá futuro en Siria.
El P. Gaurie explica que las explosiones de granadas son casi habituales, e incluso suceden en las zonas más tranquilas de Damasco y Alepo. El trabajo de los salesianos está a unos 2 a 3 km de la frontera. “Por supuesto, los padres de familia tienen miedo cuando envían a sus hijos hacia la obra salesiana… Hay peligro en todas partes, pero de alguna manera uno tiene que continuar”. Donde no hay combates, la gente trata de vivir una vida tan normal como sea posible, explica el salesiano. Muy a menudo falta lo suficiente para vivir: agua potable, alimentos o medicamentos. Los niños se han acostumbrado a la guerra, al sonido de los aviones, a los aviones de combate, a escuchar las bombas.
En Damasco hay 35 voluntarios que apoyan el trabajo de los Salesianos. Durante las actividades de verano llegan a unos 100 voluntarios. "Son muy importantes; sin ellos no haríamos mucho” explica el P. Gaurie.
El gobierno, dice, no impide el trabajo de los Salesianos “porque no hacemos actividades políticas”, pero tampoco apoyan económicamente.  
Pero los salesianos nunca han pensado en renunciar a su trabajo en el lugar: “El Inspector provincial nos preguntó si queríamos irnos del país. Nuestra respuesta fue clara: «No abandonaremos a la gente de Siria»”.

sábado, 14 de enero de 2017

Castellio: los más sabios sean los más fraternales.

Entre sus atractivos y documentados escritos Stefan Zweig publicó en 1936 Castellio contra Calvino. Ambos, Calvino y Castellio, franceses, junto con Nicolás Cop y a partir del movimiento producido por otro francés, Guillaume Farel, hicieron de Ginebra la capital de la reforma de la Iglesia en la onda del eco de Lutero.
Pero ambos, Juan Calvino y Sebastián Castellio, que coincidían en algunos de los principios, no lo hacían en las maneras. Hasta el punto de que Castellio tuvo que abandonar la ciudad para establecerse, pobre y dolorido, en Basilea.     
Desde allí escribía de este modo al “jefe” ginebrino: 
"Os pido por el amor de Cristo que respetéis mi libertad y renunciéis al fin a cubrirme con falsas acusaciones. Dejad que profese mi fe sin coaccionarme, tal y como se os permite a vosotros la vuestra y como espontáneamente la reconozco. De todos aquellos cuya doctrina se aparta de la vuestra, no supongáis que están en un error, y no les acuséis acto seguido de herejía... Aunque yo, como otros muchos devotos, interprete la Escritura de un modo distinto a como lo hacéis vosotros, profeso con todas mis fuerzas la fe de Cristo. Seguramente uno de nosotros está equivocado, pero precisamente por eso amémonos el uno al otro. El Maestro revelará un día la verdad al que está equivocado. Lo único que sabemos con seguridad, tú y yo, o al menos deberíamos saber, es el compromiso de amor cristiano. Practiquémoslo y, al hacerlo, cerremos así la boca a todos nuestros adversarios. ¿Consideráis que vuestra interpretación es la correcta? Los demás piensan lo mismo de la suya. Que los más sabios se muestren, por tanto, como los más fraternales y que no permitan que su saber les vuelva arrogantes, pues Dios lo sabe todo y doblega a los orgullosos y ensalza a los humildes."
Castellio, estudioso, celoso buscador de la Verdad y excelente pedagogo, llega hasta nosotros con esas palabras para reforzar una convicción tan necesaria como descuidada: por encima de la verdad personal está el amor entre las personas. No se educa sino con el amor. Se puede intentar clavar ideas en las mentes, itinerarios en los pies y palabras en las lenguas. Pero si no hay fuego que salga del corazón y vaya a los corazones, la educación, si logramos algo parecido a ella, será a la larga un peso  que se sacuda o un amaestramiento que haga más animales a los hombres.

lunes, 9 de enero de 2017

Mondragón, el mejor soldado del mejor tercio.

Cristóbal de Mondragón nació en 1514 o algunos años antes en Medina del Campo. Sus padres, vascongados, no pudieron darle estudios, por lo que, a los 18 años sentó plaza de soldado al servicio de su Majestad Carlos V. Y como las gloriosas milicias del Emperador estuvieron en Italia, Alemania, Flandes y Francia, allí estuvo también todo el resto de su vida este singular, valiente, ingenioso y osado soldado que se fue ganando sus galones paso a paso y asalto tras asalto. De él dijo Carlos: “El mejor soldado del mejor tercio de la infantería española”. Y empezó su valioso ascenso con la humilde graduación de alférez.
Parecía como si se hubiese especializado en asaltos atravesando aguas heladas. Pero el hecho de tener que luchar en invierno en lugares húmedos y fríos en defensa de la vida y la tranquilidad de los derechos de los católicos del Norte de la Europa en continua discordia, hizo que su agudeza le sugiriese el modo de sorprender y asaltar al enemigo donde y como este no hubiese pensando nunca que se pudiese hacer. El dibujo con que se encuadran estas líneas le muestra arengando a sus hombres victoriosos en la toma de Zijpe.
Preso en Calais, no tuvo más remedio, para seguir siendo lo que quería ser, que saltar con sus compañeros desde una alta torre para unirse con los suyos, que eran los de su Tercio.
Acabó su vida de enfermedad y de vejez. Era ya Coronel, “el Viejo”, como le llamaban sus hombres, admiradores de su entrega. El 4 de enero de 1596, en Amberes, con casi ochenta años de vida y sesenta y cuatro de servicio, descansó finalmente. Y nos dejó dicho (lo había dicho a sus hombres, pero sigue diciéndolo a quien quiera crecer como responsable de su vida): “Entre los soldados no miramos la sangre, sino al soldado que más adelanta”.
Engreírse viene de encreerse, dicen los entendidos. Y no hay que descuidar el desvío en la conducta del que se cree a sí mismo olvidándose de crearse. El que se cree ya está acabado. No necesita más que asomarse al escenario para declamar y que le aplaudan. ¡Cuántos hay de estos que se creen, a veces desde niños, que presumen porque han tomado ya para su cabeza la corona del triunfo, mientras que en su cabeza no hay más que vacío! Los que “más se adelantan”, no para parecer ni para aparentar sino para dar y para darse son los que llevan a cabo la construcción de una familia, de una sociedad, de una nación de mujeres y hombres consumados. 

miércoles, 4 de enero de 2017

Tres: eran tres.

Se sabe por las crónicas que las columnas que llegaban a la Laguna de Venecia en septiembre de 1172, eran tres. Las llevaba hasta aquella extraordinaria ciudad el capitán Jacopo Orseolo Falier como regalo de la ciudad de Constantinopla al doge de Venecia, Sebastiano Ziani.
Los que visitan y admiran la ciudad elevan la mirada y el alma para contemplar en lo más alto de las dos que allí dominan el tiempo y el aire al León alado de San Marcos y al santo guerrero San Teodoro de Amasea. Teodoro fue un militar en el siglo III, muy estimado por haber matado a un peligroso dragón o cocodrilo, pero condenado a muerte por haber destruido con el fuego el templo dedicado a la diosa Cibeles.
San Teodoro había sido el primer patrón de Venecia. Pero los venecianos pensaron que un santo griego no iba bien como patrón a una ciudad que debía más a San Marcos, discípulo de San Pedro. Y cambiaron de patrón y le dedicaron al nuevo el año 828 la magnífica basílica que preside la plaza de su nombre.
San Teodoro sigue en su columna con el dragón a sus pies. El León de San Marcos comparte  y defiende a Venecia desde la suya. ¿Y las cincuenta toneladas de la tercera columna con la figura del doge tocado con su característico birrete? En el fondo del mar, a unos 10 ó 12 metros de profundidad. No acertaron en la aplicación de las leyes de la gravedad al desembarcarla. Ahora estudian recuperarla, aunque no parece fácil después de sus 800 años de vida submarina. 
No creo que sea sacar por los pelos una aplicación para nuestra condición de soñadores y formadores de mujeres y hombres.
¿Ensayamos con seriedad nuestro papel de productor de valores para regalarlos a las familias que nos los confían y a la sociedad que nos los pide? ¿Estudiamos bien el equilibrio entre el peso de lo aparente y lo profundo? ¿Nos distrae el brillo exterior, la simpatía, la “consonancia” con nuestros gustos y planteamientos y descuidamos la mismidad de la persona, su capacidad de ir más allá de nuestros metros, por encima de la vulgar apariencia y atractiva?