Si seguiste los Juegos
Paralímpicos de Río de Janeiro conoces, sin duda, a la portadora de la bandera
italiana en la ceremonia de apertura. Y si llegaste tarde, recuerdas que quien
ganó la medalla de oro individual y una de bronce por equipos en esgrima se
llama Bebe Vio. Bebe, de 20 años en
la actualidad, es el nombre hipocorístico de Beatrice. Es exalumna del colegio
salesiano de Mogliano Veneto. En la página web «Amigos de Don Bosco» se escribe
de ella: "Bebe es una chica de oro también fuera de las competiciones. Ha
conocido la realidad salesiana desde la infancia, en el oratorio Astori de
Mogliano Veneto de la provincia de Treviso. Y ha terminado hace poco los
exámenes de madurez después de asistir durante cinco años a la Escuela de
Formación Profesional salesiana San Marcos en Mestre. Hizo artes gráficas y
comunicación. En el examen presentó una tesina sobre los posibles Juegos
Olímpicos de Roma 2024. Todos en el San Marcos conservarán un recuerdo
maravilloso de ella".
A "Bebe",
cuando tenía 11 años y debido a complicaciones de una meningitis, se le amputaron las extremidades. No se sintió
hundida, ni mucho menos. Apenas pudo, volvió a los estudios y a entrenarse en
esgrima. Fue la primera esgrimista con discapacidad en el mundo para competir
con cuatro implantes artificiales. Desde 2011 ganó todos los grandes torneos de
esgrima: nacionales, europeos y mundiales. «No
me da miedo mi condición física. Ni me desagradan las cicatrices que tengo en
la cara. Cuando voy a la televisión, insisten en disimularlos con el
maquillaje. Lo mismo pasó cuando fui a París a un desfile de Dior inspirado en
la esgrima. Forman también parte de mí. Como los ojos verdes que he heredado de
mi madre».
La medalla que más la
gustó en Río fue la de bronce, porque la obtuvo junto con sus compañeras de
equipo de florete femenino: "Lo importante es que nos lo pasamos bien,
esta es nuestra medalla y es hermosísima, es maravilloso haber triunfado con mi
equipo, prefiero esta medalla a la de oro. En la competición pensé en la
fantástica historia que tengo y me dije que no podía terminar con una derrota".
Después
de Río ganó también el primer premio de la
Fundación “Giovanni Agnelli”, que
es la medalla más emocionante para los italianos.
Y como lo escrito es suficientemente
estimulante para quien lo lee o escucha y Bebe
es magnífica maestra de entusiasmo, de tesón y sacrificio, no se añada más.