Aunque todos conozcáis a Athena Orchard, creo que es mérito suyo
quedar en estas páginas de admiradores de la valentía y la sensatez. El pasado
28 de mayo murió a los 13 años en Leicester (Inglaterra). Era una muchacha
animosa, deportista, risueña, comunicativa, afectada por un osteosarcoma que
apareció en la cabeza y se difundió rápidamente a pesar de las atenciones
médicas adecuadas que recibió.
Produce tristeza la muerte de una persona. Más si es cercana.
Más si es parte viva de la propia familia. Más si es joven. Todo eso era
Athena. Y todo eso lo vivieron sus padres en el corto recorrido del final de su
vida. Porque todo ello era normal en la anormalidad de que su vida joven
quedase truncada. Su padre, Dean, la describía como «una persona muy
espiritual» e «inteligente». Y Caroline, su madre, decía: «Athena era la
persona más valiente que he conocido. Siempre se preocupaba de que los demás
estuvieran bien antes que de sí misma, siempre era positiva».
Pero pocos días después de su muerte descubrieron la altura
espiritual de una niña, ¡su hija!, que dejaba un “testamento” de sabiduría, de
valentía, de ternura en la parte posterior del espejo de su habitación.
Durante todo el tiempo de su tratamiento, al menos, había
escrito casi tres mil palabras como un regalo para la familia y para nosotros.
Supongo que lo publicarán oportunamente por la esplendidez que
encierra y porque a todos nos hará bien. Transcribimos sin comentario (sería un
atentado a su grandeza) las frases que se han publicado en la prensa.
«Cada día es especial, al menos la mayor parte de él».
«La vida solo es mala si lo haces mal»
«La felicidad depende de nosotros mismos»
«Tal vez no se trata de un final feliz, tal vez se trata de la
historia».
«El propósito de la vida es una vida con propósito».
«La diferencia entre ordinario y extraordinario es ese pequeño
extra. La felicidad es una dirección, no un destino»
«Recuerda que la vida está llena de altibajos; sin las bajadas
las subidas no significan nada»
«La vida es un juego para todos, pero el amor es el único
premio».