sábado, 9 de diciembre de 2017

Shanidar: trogloditas, pero humanos.

En los montes Zagros de la región de Erbil al norte de Irak hay una cueva, la de Shanidar, a la que te invito a asomarte. Entre los restos humanos, neandertales, se encontraron hace unos sesenta años, los de un adulto anciano muerto hace más de 50.000 años, cuando él contaba 40. Según los antropólogos que lo estudiaron era un hombre muy limitado: le faltaba el antebrazo derecho, tenía lesiones en la pierna del mismo lado, la huella de una fuerte lesión en la cabeza siendo niño por la que seguramente había perdido la visión de un ojo, y sordera en ambos oídos por un crecimiento óseo en los canales auditivos de ambos oídos.  
Recientemente Erik Trinkaus, profesor de antropología en la Universidad de Washington en St. Louis, y Sébastien Villotte, del Centro Nacional Francés de Investigación Científica, han tratado de imaginar la vida de un hombre anciano  hace tantos años (tener cuarenta años era entonces ser anciano) y han sugerido que la convivencia de aquella sociedad estaba presidida por sentimientos de respeto, acogida, ayuda, protección y curación en un medio de vida difícil al ser una sociedad de cazadores-recolectores en la que este hombre del Pleistoceno no habría podido sobrevivir por sí solo.
Los prejuicios de considerar a nuestros parientes primitivos poco atentos y hasta desaprensivos o violentos en el trato recíproco deben ceder paso a la convicción de que razas como la neandertal (u otras de las que descendemos) eran y manifestaban actitudes de cercanía y ayuda que en esta refinada sociedad nuestra parecen a veces olvidados.
¿De verdad progresa el hombre en su condición humana? ¿O la debilidad en la que nos educamos y educamos da como fruto un egoísmo que nos lleva a engreírnos, clasificar a los que caminan a nuestro lado y despreciar al que nos parece que, por ser menos que nosotros, no merece nuestra cercanía y nuestra ayuda? 

lunes, 4 de diciembre de 2017

Todos somos Uno.

Elías Taberlet soñó siempre con tener un rebaño de ovejas y convertirse en dueño y pastor de ellas. Decía: "Comencé a acercarme al campo desde niño, cuando tenía seis años. Iba al campo con mi padrino y quedaba fascinado por el contacto con la naturaleza y con los animales. Después pensé que aquella pasión podía convertirse en trabajo. Mi familia me regaló una oveja cada uno: una la abuela, otra el padrino, otra mis padres... un regalo que fue un punto de partida para mi futuro”.
Esto sucedía hace pocos meses en Posada, en el Nordeste de Cerdeña.
No ha de extrañar el nombre del pueblo de Elías si en Cerdeña se encuentran pueblos,  lugares y ciudades que se llaman Cabras, Vallermosa, Iglesias, Teulada, Torres, Arenas, Palmas, Piscinas… (¡la historia!).
Y sucedió que una noche le robaron a Elías las ovejas. Se conoció el hecho y la tristeza de Elías, de 17 años. Y se organizó lo que llaman en aquel lugar una ”sa paradura”, “un gesto de solidaridad de la Cerdeña rural – como se lee en la crónica periodística de los hechos -: cada miembro de la comunidad regala una pieza.  Elías dice: “Ahora tengo 80; no olvidaré nunca esta generosidad”.
“Elías Taberlet – sigo copiando del periódico - se siente todavía un poco incrédulo, porque no pensaba que su historia iba a hacer tanto ruido. En cambio la aventura de este muchacho sardo, de Posada, que quiere ser pastor, se ha hecho famosa. Tanto por la joven edad de Elías, que tiene 17 años, como por lo que la historia supone, un símbolo de generosidad y de amistad.
 "No pensé en renunciar, pero estaba muy desilusionado…eran el regalo de mis parientes y la base de mi profesión".
Elías no quería que se conociese el hecho, pero el padrino envió una carta al diario “La nuova Sardegna” describiendo la tristeza del muchacho y lo que las ovejas suponían para él.
Se abrió un torrente de solidaridad en la que estuvo activa la web. Laura Laccabadora en Facebook propuso regalar algún animal al muchacho... “Tengo dos cabras: se las puedo regalar” “Yo no tengo animales pero le compro uno”. Y el grupo sardo Istentales organizó para Elías "sa Paradura", como se ha dicho.
“Ha sido emocionante; no dejaré nunca de pensar en lo que han hecho por mí”.

miércoles, 29 de noviembre de 2017

Petrifying Well: no te quedes de piedra...

La bicicleta que ves es de piedra. Bueno,  parece de piedra. Porque está recibiendo el agua que cae hacia el pozo Petrifying Well, junto al río Nidd. Esa agua es tan rica en minerales que en poco tiempo estos se solidifican y dan, al cubrir los objetos que se colocan allí, un aspecto pétreo que asombra a los que lo visitan ¡desde mediado el siglo XVII!. Y desde entonces es una meta de visita y curiosidad para la gente que paga por verlo. Si deseas hacerlo, sábete que se encuentra en el pueblo de Knaresborough, en el condado de Yorkshire, a medio camino entre Londres y Glasgow. Es decir: en medio de Inglaterra.
Ya en 1538 John Leyland, anticuario de Enrique VIII, lo visitó y dejó escrito su testimonio en el que contaba que la gente del lugar bebía de aquellas aguas y se bañaba en ellas con la seguridad de que eran aguas milagrosas. O casi. 
El hombre, ahora y siempre, ha vivido y vive en una atmósfera social que no le deja indemne. ¡Ojalá sea solo por fuera como sucede en Petrifying! Pero la cabeza y el corazón no quedan siempre libres de la lluvia de criterios, costumbres, ritos callejeros, prácticas y contagios que le encierran en una especie de funda de piedra de inercias, de convicciones sin alma, de ataduras, de adhesión y pertenencia a grupos sin cerebro, de manadas de cabestros que hacen bulto pero nunca toman decisiones sensatas y acertadas.
Vivimos en una sociedad en la que creemos y cacareamos que somos libres. Pero basta escuchar durante unos minutos a algunas de esas personas “libres” y constatamos con cierta tristeza que están construidos interiormente con material de desecho. Les agrada repetir lo que han oído sin darse cuenta de que lo que han oído les ha impedido pensar por sí mismos, medir y ponderar el valor de lo que oyen y y tratan de hacer oír a los demás porque están convencidos de que esa  es “la verdad”: “¡Si es verdad!”.
El tesoro de nuestra vida de padres y educadores son nuestros hijos y educandos. Y nuestra tarea no está en convencerlos de que tenemos razón, sino acompañarlos en el difícil camino de escuchar, discernir, desechar y aceptar por sí mismos. No para rodearse de una capa aparente de saber y dominar, sino para enriquecer la mente y el corazón con la grandiosa y modesta actitud del que va aprendiendo, poco a poco y de verdad, la verdad.

viernes, 24 de noviembre de 2017

Los catídidos: esa maravilla desconocida.

Los catídidos, ¡vaya nombre!, son insectos de Centroamérica que se parecen, lejanamente, a los saltamontes. Otros, pero con residencia muy lejana porque son asiáticos, sobre los que me permito una profana y leve referencia, semejan hojas. Las hembras parecen hojas bonitas, como es natural, de color rosa, mientras que los machos son totalmente verdes. Los machos cantan sin cansarse hasta que encuentran su pareja.
La catídida que vemos arriba se llama Eulophophylum kirki. Y es muy rara. Rara de nombre, rara de aspecto, rara en número, rara en domicilio. Se encuentran solo, que se sepa hasta hoy, en Borneo. La mayor parte de los entomólogos los conocen solo de foto. Porque, además de existir solo en Borneo, su número es muy reducido. Borneo, como recuerdas, es una gran isla, con tres partes desiguales en extensión: la más grande, al Sur, es Kalimantan y pertenece a Indonesia. En el borde superior están dos zonas separadas, Sarawak y Sabah, que son de Malasia. Y, como incrustada en Sarawak, una superficie mucho más reducida, pertenece y lleva el nombre de Brunei. Pues en el Danum Valley Conservation Area del estado de Sabah se descubrió el año pasado, 2016, este curioso animal.
Los entomólogos, amigos y colegas, se cruzan datos sobre su “mundo” de búsqueda y hallazgos. Uno de ellos, George Beccaloni, inglés, recibía de un amigo fotos de catídidos americanos que no lograba clasificar. Y Beccaloni, a su vez, le enviaba una foto a Sigfrid Ingrisch, experto en catídidos asiáticos que, con temor de no acertar, le dio el nombre que ya conoces. 
Hasta aquí, en aburrida reseña, la entomológica. Y ahora, en no menos aburrida consideración, una posible aplicación práctica.
No es raro encontrarse, sin saberlo, con un precioso diamante entre los tesoros que se confían a nuestra labor de formadores. Y tal vez no nos damos cuenta de su valor. Porque nos parecen raros. Tal vez silenciosos, retraídos, aparentemente ajenos al aire que respiran los demás. Y nos contentamos con respetar su aislamiento sin darnos  cuenta de que necesitan una atención delicada y más profunda que solo podremos ofrecer cuando la amistad, el interés y el aprecio les haga saber que estamos interesados por ellos y que deseamos acompañarlos en su posible mirada crítica y tal vez justa sobre el mundo que los rodea.
Me recuerdan el arpa de Bécquer, “… de su dueña tal vez olvidada”.

domingo, 19 de noviembre de 2017

Enamorado de España.

A los quince años descubrió en México Archer Milton Huntington la grandeza y riqueza histórica y cultural de España. Y ya desde entonces soñó con rodearse de algunos de sus valores literarios, artísticos e históricos. Y en 1904, cuando contaba con 34 años y el notable respaldo económico recibido de su familia, fundó la Hispanic Society of America y el museo que ofreciese a todo el mundo, entre las calles 155 y 156 de Broadway, la riqueza de sus valiosas y acertadas adquisiciones y ediciones.
Una de ellas, en tres tomos (con primera versión inglesa completa al lado del texto original) fue la del Cantar de mio Cid. Adquirió pinturas de Goya, El Greco, Zurbarán, Ribera, Alonso Cano, Velázquez, Fortuny, Casas, Rusiñol, Nonell, Zuloaga y, sobre todo, de Sorolla, al que mantuvo algún tiempo junto a sí para decorar el plural monumento de cultura española. Donde hay también esculturas y objetos artísticos españoles de cerámica y orfebrería, más de quince mil libros anteriores a 1700, copias únicas y primeras ediciones de Tirant lo BlancLa CelestinaEl Quijote y Sor Juana Inés de la Cruz, 250 incunables y la colección de manuscritos hispánicos más extensa fuera de España junto a fueros medievales, cartas hológrafas reales y de navegación, biblias iluminadas, libros de horas... A ello se añade una colección muy amplia de literatura del nuevo continente: catecismos y diccionarios de las lenguas amerindias y documentos históricos y literarios. La Sociedad publicó más de 200 libros monográficos sobre la cultura hispánica.
Preparó varias exposiciones de arte, especialmente, por su volumen, de las obras de Joaquín Sorolla en 1909.
Sin duda conoces a este eximio catador de valores hispanos y sin duda trazas de él la imagen de un hombre enamorado de un aspecto del saber y embellecer la vida, de un propagador de esa cultura y belleza y te entra un poco de envidia.
No lo vamos a igualar en esos logros tangibles. Pero ¿por qué no dar a mi hermosa tarea de modelar el alma de mis hijos, de mis discípulos, ese aire de sólido sueño que los haga crecer en ideales posibles, metas factibles, creaciones al alcance de su mano?  
¡No cejes!

viernes, 10 de noviembre de 2017

Ultracrepidario: no juzgue por encima...

Probablemente la palabra ultracrepidario es fea. Pero así le llamó hace ya muchos años William Hazlitt a otro William, William Gifford, porque le había criticado repetidamente su estilo literario. Y cuatro años más tarde, en 1823, un amigo de Hazlitt, Leigh Hunt le arrojó el mismo epíteto en defensa de su amigo. Eran hombres que se bañaban en la cultura clásica.  
Los que la dominan hoy, aunque no se peguen con sus colegas, saben que todo viene de aquella diatriba que se entabló hace como 2350 años entre el pintor Apeles de Coo y un zapatero. Lo contaban, en Latín, naturalmente, Valerio Máximo y Plinio el Viejo con casi iguales palabras: “Ne supra crepidam sutor predicaret” le dijo el pintor al que puede traducirse como “Que el zapatero no juzgue por encima de la sandalia” (ultra equivale a super o supra).
Un zapatero le dijo a Apeles que las sandalias no son como las había pintado. Y parece que Apeles le escuchó con sosiego. Al día siguiente el zapatero, engreído al ver que Apeles le había hecho caso y había corregido, le criticó también la pintura de una rodilla. La respuesta del paciente Apeles fue la que ya has leído. En griego naturalmente.
Breve y abreviadamente se suele decir en castellano: Ne sutor super crepidam. Y me viene este recuerdo cuando en estos días pasados se oye criticar sobre política y se escuchan propuestas sabias sobre el modo de conducir el rebaño humano. Y no sólo sobre Política, sino sobre todo lo que hay debajo del Cielo (ojalá no intenten escalarlo).
Hay quien tal vez sepa mucho de lo suyo (¡vaya usted a saber!), o tiene una hornacina en la galería de honores humanos (o cree tenerla), o se considera oráculo de la verdad porque dispone de un papel o un micrófono, o es un as en un cierto arte o profesión, y se dispone a decir a los responsables, que se supone que son expertos, cómo deben hacerse las cosas según su consejo.
Son igual que esos veteranos que generalmente con buen humor pasan horas contemplando una obra pública y callejera  e intercambiando opiniones sobre el modo de rematarla. 

domingo, 5 de noviembre de 2017

Marvelli: un político declarado santo.

Don Bosco no trató a Alberto Marvelli. Pero Alberto a Don Bosco sí en su Ferrara natal (1918) y en Rímini (Italia) donde vivió, se entregó y murió (arrollado por un camión) en 1946. Fue un joven comprometido en la política sabiendo que la política es el arte y profesión de servir amando a los demás empezando por los que tienen menos voz: en la política la limpieza de su vida, la transparencia de su conducta, la alta condición de sencilla dignidad y corrección le convirtieron en un joven maestro de servicio a sus conciudadanos.
Su madre fue para él fuente y maestra de una vida empapada de alegría, entregada al servicio de los demás, especialmente de los pobres, deportista (¡su bicicleta arrollada por el camión el 5 de octubre!), maestro de fe y de afecto en la catequesis, el Oratorio Salesiano y la Acción Católica. Aunque tuvo que alistarse en 1941 (después de acabar la carrera de ingeniería) en una guerra que siempre condenó, le libró el hecho de que sus tres hermanos mayores ya estaban en el frente.
Italia quedó desolada en la segunda guerra mundial. Por eso desarrolló una gran labor de ayuda a los pobres y fue uno de los factores más entregados y menos interesados para sí mismos de la reconstrucción de su ciudad. Muy pertinazmente en la política pero también y no menos generosamente llevando y dando personalmente lo que hacía falta dar, aunque se quedase sin ello. El recorrido en bicicleta por muchos lugares y rincones de su ciudad acababan con el regalo de alimentos, compañía, consuelo y apertura a la confianza en Dios y en los hombres.
Fue declarado Beato por el Papa Juan Pablo II en Loreto el 5 de octubre de 2003.

martes, 31 de octubre de 2017

Pomerium: poniendo los fundamentos.

Dos de las culturas más ordenadas del pasado fueron, sin duda, la etrusca y la romana. De la primera vino la segunda. Para ellos, en el ajetreo de pensar y ordenar una ciudad nueva, había un precepto que seguían fielmente. Repasémoslo con brevedad.  
Se buscaba una superficie llana. En ella una yunta de bueyes, guiada por un sacerdote, trazaba un primer surco de forma cuadrada o rectangular, que constituía el pomerium de la futura ciudad.  
En el centro de cada lado se levantaba el arado, porque allí irían las puertas: una en cada punto cardinal. La zona central interior, futura calle que iba de Este a Oeste, se llamaba Decumano Máximo. La otra calle, perpendicular a la primera, que iba de Norte a Sur, era el Kardo Máximo. Y en su cruce, centro de la ciudad, se hacía un agujero o mundus cubierto con una losa que llevaba esta inscripción UBI TERRA PATRUM IBI PATRIA. Sobre el mundus se colocaba la groma, instrumento para el trazado recto de las calles. Y los augures hacían los sacrificios oportunos para conocer las condiciones salubres del lugar estudiando los hígados de los animales sacrificados.
Debemos estas noticias a Hyginus gromaticus, agrimensor en tiempos del emperador Trajano, autor de varios libros de agrimensura cuyo apellido-apodo se debía a su oficio, como habrás intuido.
Proyectar, ordenar, construir, dotar una nueva ciudad romana era una labor delicada, precisa, exigente y larga. Se trataba de obtener el favor de los dioses, aplicar al arte a los estudiosos, acertar con el Sol y sus solsticios y lanzar la vista a la lejanía para lograr calles perfectamente alineadas.
¿Y mis hijos? ¿Y mis pupilos? Empezamos soñando. Creemos que ya nos vienen hechos. Nos molestan sus desvíos, aun los más pequeños. Y nos fastidia tener que decir, una y otra vez, las cosas, porque no acaban de entender que las queremos así y asá y no como a ellos les parece. 
No acertamos. Y no porque no tengamos razón (que alguna vez sí la tenemos), sino porque no hemos aceptado que la educación es cosa del corazón, no de la cabeza (no siempre y fundamentalmente).
Esas palabras que quedan subrayadas son de Don Bosco. Él tuvo una madre a la que quiso entrañablemente y de la que recibió siempre toda su entraña. Aprendió a educar al sentirse educado por ella. Y el carácter de Juan Bosco, ya desde niño, no era precisamente el de una persona endeble. Pero se dejó educar por quien le amaba, especialmente su madre, Margarita, y don Juan Melchor Calosso que le modeló como hombre cuando solo tenía catorce años.

miércoles, 25 de octubre de 2017

Caminar... es la vida humana.

Conoces, sin duda, la triste historia del mundo. Triste por la tristeza que algunos de sus presuntos constructores sembraron en sus surcos. Y conoces el terrible choque entre fuerzas terribles, también en el suelo de Europa, desde 1939 hasta 1945, y la que llamaron victoria de aliados y condena de culpables.
De los veintidós acusados de responsabilidad en el centro del llamado Eje, el tribunal de Nüremberg encontró a doce merecedores de muerte, absolvió a tres y condenó a prisión a siete.   
Albert Speer, ministro de armamento de Hitler, había demostrado en su servicio ser un buen organizador. Y organizó también su vida en la prisión de Spandau: empleó a fondo, intensamente y en perfecta sistematización los veinte años de condena: estudio, lectura, redacción, proyectos... y caminar. Y, aunque parezca un poco frívolo, me voy a referir precisamente a esto.      
Había acabado el borrador de sus memorias y buscó y encontró un nuevo proyecto. Copio de una nota que encuentro sobre ello: “…mientras hacía su ejercicio diario, caminar en círculos por el patio de la prisión. Midiendo cuidadosamente la distancia de su recorrido, el arquitecto se dispuso a caminar la distancia de Berlín a Heidelberg. Más tarde amplió esta idea a un recorrido alrededor del mundo, visualizando los lugares a través de los que «viajaba» mientras caminaba por el patio de Spandau. ​Pidió libros de viajes y otros materiales sobre los países por los que él imaginaba que estaba pasando y mapas con las distancias reales del mundo, comenzando por el norte de Alemania, atravesando Asia por el sur antes de entrar en Siberia, cruzar el estrecho de Bering y poner rumbo al sur para finalizar a 35 km al sur de Guadalajara, México”. ​
Todo esto parece una sinrazón. Creo que no. Y en todo caso puede servirnos de útil  modelo para nosotros mismos y para los que reciben de algún modo de nosotros, vida y forma.
“¿Qué haces?”, preguntamos o nos preguntamos cuando no hacemos nada. Y no puede ser. El tiempo en el que no hacemos nada, debemos llenarlo de caminos, de ilusión, de deseo, de proyecto, de planes, de esperanza, sentimientos, de referencias, de altruismo, de resolución… No hace falta que lo que pensamos y soñamos se convierta siempre en realidad. Lo importante es que nuestro “yo” y el de nuestros educandos sea siempre un horno de ideal, de ambición, de afán, de convicción, de fe…

viernes, 20 de octubre de 2017

Memoria Histórica: contra cualquier totalitarismo.

El Parlamento Europeo declaró en 2009 como Día en Memoria de los Crímenes del Estalinismo y el Nazismo el 23 de Agosto. Ocho años después, la presidencia rotatoria de la Unión Europea, en manos del gobierno de Estonia, ha decidido organizar una conferencia comunitaria sobre esta materia.
El ministro de Justicia de Estonia, Urmas Reinsalu, ha enviado una carta (en la que figuran los siguientes fragmentos) a Grecia que consideraba inoportuno ese recuerdo:
No pretendemos entrar en un gran debate sobre la historia de Europa en el siglo XX. Esa tarea le corresponde a los expertos: historiadores, juristas, filósofos, politólogos… Nosotros somos políticos. Nuestra tarea es proteger los valores y las virtudes de nuestra sociedad, entre los que hay principios irrenunciables como los derechos humanos, la democracia o el imperio de la ley. Y, en la medida en que el nazismo, el fascismo o el comunismo niegan esos principios, no podemos hacer otra cosa que oponernos a esas ideologías y movimientos políticos.
El nazismo y el comunismo se arrogaron el derecho a aplastar países y sociedades, todo en nombre de un futuro utópico que nunca llegó. Millones de personas fueron oprimidas para ser "reeducadas". Otros muchos millones sufrieron la miseria más abyecta. Y, por supuesto, también fueron millones los que fueron desplazados o asesinados.
Como ministros de Justicia, debemos ser especialmente contundentes a la hora de condenar los crímenes contra la humanidad. Nuestra labor más esencial es la de salvaguardar el correcto funcionamiento de las leyes y la justicia. Toda persona, con independencia del color de su piel, de su nacionalidad, de su empleo o de su estatus socioeconómico, tiene derecho a vivir en dignidad, en el marco de un Estado democrático capaz de garantizar el imperio de la ley. Pero las dictaduras del nazismo, el fascismo y el comunismo han robado esos derechos a millones de personas. Muchas veces, esa opresión no se ceñía solo al país de origen de la tiranía en cuestión, sino que se extendía a otras naciones conquistadas, subyugadas y sometidas.
No hace falta ser un historiador para saber lo que ocurrió en Grecia durante la ocupación nazi. Obras como "La mandolina del Capitán Corelli", Louis de Bernières, han sido traducidas al idioma de mi país y han conmovido a miles de compatriotas. Del mismo modo, "Archipiélago Gulag", de Aleksandr Solzhenitsyn, está disponible en griego desde la década de 1970, aunque en Estonia fue un libro prohibido hasta el fin de la ocupación soviética.
No puedo estar más en desacuerdo cuando su gobierno afirma que el comunismo ha dejado efectos positivos. Es cierto que la Unión Soviética participó en la campaña contra la Alemania nazi, pero el Ejército Rojo no liberó a Europa del Este de la tiranía nazi, sino que cambió ese dominio alemán por la nueva dictadura rusa.
La Guerra Civil concluyó en Grecia en 1949. Ese mismo año, el régimen comunista de Estonia deportó al 2% de nuestra población, como represalia contra los campesinos que se negaban a colectivizar la agricultura. A eso hay que sumarle las decenas de miles de estonios que fueron apresados y enviados al Gulag.
Cuando digo que en el comunismo no puede haber libertad, democracia e imperio de la ley, lo digo porque sé de lo que hablo. La historia nos lo demuestra. El comunismo ha sido intentado en todos los continentes, con la salvedad de Oceanía, y el resultado siempre ha sido el desastre económico y la destrucción gradual del imperio de la ley. Y la factura en términos de vidas humanas perdidas ha sido muy costosa. Hablamos de millones de personas fallecidas y no podemos permitir que algo así vuelva a ocurrir".