jueves, 10 de marzo de 2016

Perlas.

Lindsay Hasz y su marido Chris cenaban hace unos días en el restaurante de productos de mar Montalcino de Issaquah, en el estado de Washington. Lindsay se sintió molesta, pero poco después más o menos asombrada (y contenta), cuando, al masticar, dio en duro y encontró una rara perla color violeta llamada Quahog. Un experto calculó al día siguiente que la pequeña perla podía valer 600 dólares. La almeja mercenaria, redonda o de tapa dura es un molusco de las costas orientales de América del Norte y Central. Y no es muy raro encontrarles en sus entresijos productos tan poco comestibles y tan estimables como una pequeña perla de color rosa o violeta.
Este es el arranque. Vayamos a la moraleja. Vivimos, comemos y masticamos día a día sin descubrir que la vida y los alimentos que la sostienen, las personas con las que nos encontramos casualmente o tratamos a diario son más perla de lo que de ordinario sentimos. Lamentamos no haberles reconocido su valor de perla hasta haberlas perdido y, por consiguiente, perdemos la oportunidad de sorber de su personalidad ese hondo sabor a grande que tantas personas encierran. Son ordinariamente sencillas, no hacen ruido, no enseñan su alma, pero están dispuestas a abrirse para nosotros aunque ello suponga, en alguna forma, perder la libertad y la vida. 

sábado, 5 de marzo de 2016

El "Oratorio"

El pasado 19 de Febrero falleció en Milán Umberto Eco. Era antiguo alumno salesiano. Si no por adscripción, sí por educación. Y en ella destacaba, como bien sabes, amable lector, su asombrosa capacidad de crítica, su aguda percepción y respeto del sentido de la vida, de la persona y de los acontecimientos. Manifestó su oposición a los avances técnicos que desfiguran la grandeza del ser humano que deja de serlo al menos un poco cuando se convierte en parte de una maquinaria, por muy virtual que sea. Y se mostró preocupado y entregado a hacer comprender que la mente del hombre solo es humana cuando es libre y se mantiene con toda su capacidad de comunicadora lejos de la mayor atadura, la del poder.   
Creo que es bueno trasladar aquí algunas líneas de las que publicó en el diario L’Espresso el 15 de noviembre de 1981: “El Oratorio es una máquina perfecta, donde todo canal de comunicación - del juego a la música, del teatro a la prensa, etc. - es administrado como cosa propia, y cuando la comunicación viene de fuera, se la discute y se aprovecha, En tal sentido, el proyecto de Don Bosco abarca a toda la sociedad de la era industrial con penetrante imaginación sociológica, sentido de los tiempos, creatividad de organización y una política global de las comunicaciones de masa que es alternativa a la gestión – con frecuencia inútil y a veces nociva - de los vértices de los grandes dinosaurios (los grandes medios modernos) que quizá cuentan menos de lo que parece”.
Los dinosaurios de la sociedad, de un color o de otro, con rabiosa cola o fauces destructoras, no pueden imponerse nunca, salvo a saltos o por temporadas, mientras digieren su presa, al que en el ámbito de una educación que respeta la libertad y la iniciativa, está madurando como hombre en todas las dimensiones de su identidad, desde el amor a la fe y construyendo, por consiguiente, su persona, desde dentro de sí, como un regalo, producto de la fe y el amor, para los demás.
Nuestro deber de educadores no debe dejar de lado estas sugerencias de un gran maestro, crecido a la vida en nuestros propios patios. 

lunes, 29 de febrero de 2016

Un libro!!

El Latín que hoy aparece en estas BBNN no es macarrónico, aunque lo parezca. Y lo damos tal cual (se encuentra reposando, pero no dormido) porque hasta para los doctos en Ciencias es perfectamente comprensible. Lo de “macarrónico” (me refiero a este sabroso adjetivo) se lo debemos al bien-humorado Michele di Bartolomeo degli Odasi que hacia 1488 escribió Macaronea, titulo abreviado del Carmen Macaronicum de Patavinisis (Poesía Macarrónica de Padua) que, como bien sabes, era una sátira contra los que usaban el Latín sin conocerlo.        
Nuestro tesoro, en escritura visigótica, difícilmente legible para los no expertos, es un Codex miscellaneus del siglo XI. Y lleva por título Quid est liber? (¿Qué es un libro?). Acompaña a otros textos, igualmente ancianos, en un humilde soporte de 34 hojas y que mide 18 por 14 centímetros, bien guardado en Toledo.

Quid  est liber?
Liber est lumen cordis;
speculum corporis;
uictiorum (sic) confussio;
corona prudentiurm;
diadema sapientium;
honorificentia doctorum;
vas plenum sapientia;
socius itineris;
domesticus fidelis;
hortus plenus fructibus;
archana revelans;
obscura clarificans;
rogatus respondet;
iussuque festinat;
vocatus properat
et faciliter obediens.
Explicit.

Y si un libro es gloriosamente tanto, poderosamente todo, ¿por qué no leemos? ¿por qué no enseñamos a leer? Hace algunos años aprender y enseñar a leer era  aprender y enseñar a unir letras para formar palabras, para expresar conceptos, para nutrir el espíritu, para ennoblecer nuestras vidas. Si es una troje de sabiduría, un compañero de viaje, luz del corazón, confusión de vicios… ¿por qué no ayudamos a aprender que leer es entrar en ese huerto lleno de frutos que se nos ofrece sin pedirnos pago, sin confundirnos en un mar de engaños, sin esclavizar nuestra existencia con mensajitos vacíos e imágenes irrisorias, muchas veces despreciables y pocas despreciadas? 
Explicit. Y ahí el autor nos dice: Se acabó, Ahí está todo, Basta con esto. ¡Ojalá!  

miércoles, 24 de febrero de 2016

Una herencia.

“Marija Zlatic tiene 86 años y vive en una casa de adobes en la zona montañosa de Boljevac, en Serbia. Recientemente ha heredado seiscientos mil euros tras la muerte de su exmarido hace cinco años. El hombre había ido con ella a Australia en 1956, pero después de dos años Marija volvió a su casa para atender a su madre enferma. Al conocer la muerte de su exmarido un vecino la ayudó para ponerse en contacto con la embajada australiana y ha tenido acceso a la herencia hace pocas semanas. «No necesito dinero - explicó en una entrevista -  a mí me basta con tener pan, agua y leña para el invierno». Marija ha decidido dar la herencia para los necesitados de la comunidad. Ella sigue manteniéndose con su pensión de 65 euros al mes”. Hasta aquí la nota de prensa.
Y desde aquí algunas preguntas: ¿Me acostumbro a tener y no puedo prescindir de lo que tengo? ¿Sueño con un pariente de América que me deje un pellizquito de dinero para mis desahogos más perentorios? ¿Lo compartiría con alguien de mi cercanía? ¿Daría la mitad para los más necesitados de mi entorno o lo  entregaría a la autoridad competente para su distribución a instituciones de asistencia social?
¿Soy de los que se quejan de la insuficiencia de lo que ganan, de lo que gastan, de lo que queman? ¿Deseo un milagro para poder concederme un caprichito? ¿Vivo quejándome, envidiando, rabiando…? ¿Me gustaría no tener ya que trabajar porque he reunido todo lo que me hace feliz sin temor a quedarme en blanco?
Desde mi postura vital y crediticia hasta la situación de Marija hay dos distancias que son el tener y el desear. Marija no tiene ni retiene ni desea. Es feliz con su agua, su pan y su leña.
Y desde la postura de Marija hasta la que ha quedado descrita hay otra que es la de gozar con la propia realidad sin perder de vista que hay otros que tal vez necesitan de mi recuerdo.

viernes, 19 de febrero de 2016

Yerba Mate.

El mate es un arbusto parecido al acebo que se daba desde siempre cerca de los ríos Paraná y Uruguay. Los nativos lo usaban intuyendo sus beneficios y los jesuitas de Misiones (Argentina) lo “domesticaron” y difundieron su uso teniendo presentes sus efectos que se deben a la cafeína, los antioxidantes, el potasio, los aminoácidos y las vitaminas, como dicen los entendidos. Regula el colesterol, retrasa el envejecimiento y acelera el metabolismo de los hidratos de carbono.
Ya en 1774 el jesuita José Sánchez Labrador, toledano y desterrado en Rávena (Italia) como consecuencia de la disolución de la Compañía de Jesús, escribía: "Dijeron en Europa, que su uso inducía en los rostros el desmayo de los colores, y los teñía de palidez. Los que pretendían entablar el uso del The oriental inventaron esta especie, para hacer que decayese el uso de la Hierba, que empezaba a tomar vuelo." 
Siempre ha habido competencia. Y en todos los campos. También en el uso de hierbas. El te de la india dejaba mucho dinero a los importadores en Europa de esa planta. Y era el dinero, que lo mueve todo y lo envenena casi todo, el argumento para rechazar, “porque inducía en los rostros el desmayo de los colores”, algo que hacía la competencia a la otra yerba del Asia.
Es un ejemplo. Pero bueno para tenerlo presente en la educación. Tal vez no nos damos cuenta. Pero nuestra conducta y la de nuestros hijos y educandos se mueven siempre en un juego social, familiar, político y cultural de comparación, rechazo y búsqueda. El ejercicio de escoger es constante. Diría que frenéticamente continuo. La educación, en cambio, en ese alto arte de elegir casi no existe. Y sin embargo es la clave para avanzar, crecer y triunfar. Naturalmente para avanzar, crecer y triunfar en la condición del ser inteligente del hombre que no es un acaparador de medios para gozar, presumir y mandar (y muchas veces envilecerse, manejar y sembrar amargura), sino un sabio navegante en busca de un vellocino de oro nunca alcanzado pero siempre embellecedor. 

domingo, 14 de febrero de 2016

Neuschwanstein.

Sin duda conoces este castillo del que se dice que es el más bonito de todos los tiempos. Como sabes, está en Fussën (Baviera) cerca de la frontera de Austria. Es obra del rey Luis II de Baviera, mal llamado “el loco” y entusiasta del mundo y de la música de Richard Wagner. A Walt Disney le encantó hasta el punto de que quiso que La Bella Durmiente viviese en un castillo como ese. Y para ella lo plasmó en su película y después en Disneylandia. Este de Neuschwanstein era sin duda el más impresionante de los tres que construyó. Los otros son el de Linderhof y el de Herrenchiemsee. Y en él puso todo su cuidado y en el pasó los últimos días de su vida.
Luis II fue un rey que superaba la frontera de la normalidad y por eso su gobierno obtuvo un dictamen médico que lo declaró incapacitado para gobernar. ¿Era verdad? Su muerte y la de su médico, el doctor Gudden tuvieron lugar poco tiempo después el 13 de junio de 1886 en el lago Starnberg, a los pies del castillo.
Nos referimos aquí a este célebre castillo porque en el patio interior quiso Luis II que figurasen dos grandes pinturas, la del Arcángel San Miguel y la de María Auxiliadora. Su sólida fe católica le pedía tener las imágenes de los defensores de esa fe y de su vida a la entrada de su morada.
Este último deseo de Luis II puede servirnos de suave y valiosa sugerencia. ¿Mantengo a la Madre de Jesús como defensora de mi casa, de mi puerta, de lo más hondo de mí? ¿Tengo hacia Ella, sea yo creyente o no, la admiración y el afecto que despiertan las pocas y leves pero profundas y determinantes referencias a su persona que nos presentan los evangelios de su Hijo? ¿Sabes que era diáfana y pronta en descubrir la verdad de la Palabra divina, diligente en servir (te lo dirán su prima Isabel y los novios que no previeron que los invitados a su boda iban a beber tanto), fuerte en creer, grande en ver a su Hijo enfermo (o eso creyó cuando le vio decir y hacer cosas inusitadas), decidido en sanar el mal, más decidido aún en combatir la ceguera y, sobre todo, decidido a dar la vida para  rescatar a todos, después de habernos dicho “Esa es tu Madre”?

martes, 9 de febrero de 2016

Al Mazapán!!

Con enorme sorpresa y hondo orgullo leo en una diario extranjero algo así como “21 ciudades que no te puedes perder”. Y entre las 21, de todo el mundo, están tres  ciudades españolas: San Sebastián, Ariete?-Ibiza (el interrogante es mío)  y Toledo. Para justificar la invitación se dice de Toledo: «Será la capital de la gastronomía española durante todo 2016. En esta ocasión presenta una carta especial, la Toledopass Gourmet, con la que se puede gozar de un tour de tapas en diferentes locales de la ciudad. Pero esto es solo el aperitivo. Porque en Toledo el 2016 será un año rico en acontecimientos, como las jornadas provinciales del “Puchero y la Cazuela” entre febrero y marzo, el concurso “Tapeando por Toledo” en junio y las Jornadas de la Tapa con el complemento del Cocktail en Toledo en el mes de noviembre. 
Para comer, se paladea la sopa castellana, un caldo, cocido en una olla de barro, a base de ajo, pimienta dulce y jamón con pan y huevos. La paella aquí tiene una versión peculiar, con pollo, gallineta, calamares y hongos. Hay que probar también el cochifrito (a base de carne de cordero o cerdo, primero estofada y después frita con aceite y especias) y las carcamusas – sic -  (carne desmenuzada y estofada con tomate y guisantes). Imprescindible la codorniz estofada con hierbas aromáticas y, en general, la caza con hongos o peras, frita en mantequilla y después regada con brandy.
Antes de partir, es obligada también una vuelta de shopping gourmand: entre los recuerdos golosos, el queso Manchego, el azafrán y las cebollas de la Mancha,  el aceite de los Montes de Toledo, los vinos de Uclés y Méntrida, el jamón serrano y, entre los dulces, el mazapán».
El orgullo se me acabó al acabarse las excelencias que brinda Toledo a sus visitantes, según el reclamo turístico: ¿Toledo es eso? ¿Toledo es solo eso? ¡Precisamente Toledo! Y sufrí la angustia de pensar (y la sigo sufriendo) que en el mercado de las excelencias se ofrece solo lo que no hace falta ofrecer porque tiene de por sí suficiente gancho para que se busque y se consuma. Y que en la educación (la que intentamos ofrecer) hayamos caído en la trampa de que, para que nos hagan caso, para no fracasar en una misión tan alta y tan perseguida, ofrezcamos el programa de Camacho, el de las bodas de Cervantes, porque al olor de lo que gusta puede ser que aguanten un poco lo que no nos dejan decir.

jueves, 4 de febrero de 2016

Un obispo joven.

Monseñor Francis Xavier Osamu Mizobe había sido inspector provincial de los salesianos de Japón hasta el 2000. Desde ese año y hasta 2011, obispo de la diócesis de Sendai (2000-2004) y Takamatusu (2004-2011). Y desde que cumplió 75 años se dedica a la orientación espiritual de jóvenes adultos de Kyoto, en la parroquia de Nishijin en el centro de espiritualidad juvenil Boyoan.
“Soy feliz – dice - de dedicar el otoño de mi vida a los jóvenes... muchos jóvenes vienen aquí para profundizar en su experiencia de fe con retiros, estudio de la Biblia, guía espiritual… Hay ocho jóvenes que están emprendiendo un camino de discernimiento vocacional bajo una guía espiritual regular y con la oración en común. La mayor parte de ellos son estudiantes de la Universidad de Kyoto. Hay también algunos no cristianos que se están preparando para el Bautismo…
Los jóvenes desean asumir la responsabilidad de servir a otros jóvenes... Podemos y debemos ser animadores y formadores de colaboradores laicos… Me llena de alegría el camino que la Congregación está haciendo y confío en un futuro luminoso…”
Don Bosco, en la persona de los salesianos a cuyo frente estaba el casi legendario don Vincenzo Cimatti, llegaron a Japón hace casi noventa años. Hoy son 103, de los que no japoneses son solo 14; acogen y sirven a miles de jóvenes en las 15 casas extendidas en las dos islas mayores, Honshū y Kyushū.
En la primera está Tokio donde hay 7 obras de atención educativa y pastoral con parroquias, jardines de infancia, centros juveniles, atención a emigrantes, bachillerato, scouts, muchachos con dificultades de conducta (2), seminarios, formación profesional, editorial y campamentos de verano. 
La vida en Japón está presidida por un sumo respeto a la persona, un exacto cumplimiento del deber, un cuidado sumo de la Tierra y su belleza, un honrado sentido de colaboración, una generosa actitud de atención a los demás y una fidelidad extrema a la propia fe. Son rasgos peculiares que ayudan a educar y que bien podrían servir a los que vivimos en este otro hemisferio en el que una cierta alegría empapa, no siempre beneficiosamente, el proceso de formación de la persona, para proponernos metas más altas, modos más exactos, esfuerzos más nobles.

sábado, 30 de enero de 2016

La Historia...

François Coppée (1842-1908) fue un poeta parnasiano de la Academia francesa, de formas sencillas, volcado sobre las cosas sencillas, sobre la gente pobre. “Educado cristianamente desde la primera Comunión – escribió - cumplí durante varios años mis deberes religiosos con sincero fervor… Dejé todas las prácticas religiosas por una falsa vergüenza y todo el mal derivó de esta primera culpa contra la humildad, que decididamente me parecía como la más necesaria de todas las virtudes... y me hice enseguida casi indiferente ante cualquier preocupación religiosa”...
Ya mayor, en 1897, se puso gravemente enfermo por dos veces. La “recaída me condenaba a mantenerme en una inmovilidad dolorosa por larguísimos días y hubo algunos terribles. Sólo entonces mi espíritu se elevó a pensamientos graves. Habiéndome juzgado con una severidad escrupulosa, sentí disgusto de mí mismo, me tuve horror: esta vez vino por fin un sacerdote”. Y volvió a la fe de su infancia.
En Le Gaulois del 12 de enero de 1903 publicó un artículo: Ayuda para Don Bosco. El orfanato de Don Bosco de Ménilmontant de París corría peligro: los bienhechores no daban ya limosnas porque temían que en breve plazo la obra pasase a manos del gobierno del Presidente Combes. E invitaba a leer la “biografía” de Don Bosco escrita por su amigo Karl-Joris Huysmans (Esquisse sur Don Bosco), otro grande de la literatura francesa, al que había animado para la escribiese.
“Encogeos de hombros... – escribía Coppée - los hombres, orgullosos histriones de una vana ciencia ¿Qué importa? No os pediré a ninguno que me explique cómo la palabra de un humilde artesano de Galilea, transmitida a algunos insignificantes con el mandato de enseñarla a todos los pueblos, resuena todavía victoriosamente, después de diecinueve siglos, en cualquier sitio en el que el hombre no sea un bárbaro…
… Estos sacerdotes enseñan a sus alumnos la más pura moral; quieren hacer de ellos ciudadanos honrados y útiles, pero que, tal vez, dentro de algunos años, no votarán a los sectarios. ¡Estáis también vosotros de acuerdo con que esto es intolerable! Por tanto, que se redacte enseguida un decreto de expulsión por obra de Combes, el Apóstata... Que se eche, pues, a estos religiosos que practican virtudes escandalosas; ¡que se dispersen estos jóvenes, simientes de católicos y de amantes de la Patria! ¡A la calle toda esta chusma! Así olvidarán los cantos sagrados y aprenderán a cantar los cantos revolucionarios. ¡Desinfectemos a estos jóvenes del nauseabundo olor de incienso y hagamos que respiren el sano y fuerte perfume del cieno fangoso!
¿Qué importa si después muchos de ellos irán a engrosar la turba de los viciosos y de los criminales? Lo esencial es que se conviertan, todos o casi todos, en comecuras...
Se explica esta preocupación, sin duda. Pero olvidan que dentro viven muchachos muy pobres; que allí se vive siempre al día, contando sólo con los donativos del mañana y que no faltarán nunca, desde ahora...
Pero si yo espero que las casas de beneficencia católicas no las cerrarán enseguida, no es porque yo espere de nuestros tiranuelos un momento de justicia y de piedad; no. Ellos escuchan sólo su mal deseo y matarán la libertad de hacer el bien como intentan matar la libertad de enseñar. Los detendrá, tal vez, la pobreza a la que su política redujo las finanzas del estado: es decir, no podrán tomar a cargo de la nación a tantos huérfanos, a tantos viejos, a tantos enfermos, a tantos desgraciados de todo género a los que ahora atiende la caridad cristiana. Por gracia de Dios no es siempre tan fácil hacer el mal. El balance de la asistencia pública es ya enorme y nadie sueña con aumentarlo, especialmente cuando se piensa que nuestros amos deben satisfacer tantos ávidos apetitos de los que están ladrando alrededor del plato de mantequilla...”.
François Coppée
de la Academia Francesa.

“Hoy ya no vive, pero en todo el mundo,
con generoso corazón más fuerte,
irradia siempre aquel amor fecundo
que el alma salva del báratro de muerte”.

lunes, 25 de enero de 2016

Old Tijkko.

Ya conoces el hecho, estoy seguro. Pero déjame que del hecho saque alguna reflexión que nos valga para ver mejor la vida. Old Tijkko es, parece ser, el árbol más viejo del mundo. Es ese que contemplas en el arranque de esta página y que se encuentra en la montaña de Fulufjället, en el centro de Suecia. Es un abeto que tiene 9.550 años de edad. Le dio ese nombre el explorador Leif Kullman, profesor de Geografía Física, cuando lo descubrió hace once años, como homenaje a su perro siberiano husky, que se llamaba Tijkko. Y su edad se determinó gracias a las pruebas con carbono 14.
Se supone que las condiciones adversas en las que creció, vientos y bajísimas temperaturas, convirtieron a Old Tijkko en una especie de bonsái. Los árboles grandes no pueden sobrevivir tantos años», nos aclara el geólogo. Fue siempre chiquitín, aunque la subida de las temperaturas le permitió crecer cuando ya era muy viejo.
Mide poco más de cuatro metros, que son metros del árbol más joven. Porque lo  viejo son las raíces que se han mantenido regenerándose a lo largo de sus 25 siglos.
¿Lecciones? En las condiciones más adversas crece también el joven con mayor fortaleza, con mejor salud, aunque la apariencia no sea ostensible. Las contrariedades serán para él ocasión de mantenerse en pie, de seguir creciendo lenta y seguramente. Sus raíces, auténtico soporte de su vida y su conducta, son para el garantía de pervivencia, de triunfo y de fortaleza, de seguridad y de esperanza.
Descubrir la grandeza de la personalidad de un joven es una misión que se confía a todos los que le ayudan a formarse. Pero de todos esos presuntos responsables hay pocos (y deberíamos serlo todos) capaces de intuir, es decir, descubrir en lo profundo de su vida, que está llamado a ser grande y a ser modelo de sencillez, de nobleza y de fecundidad por poco que brille, por poco que sobresalga.