Don
Bosco llegó a Zamora hace sesenta años. Su rostro aparecía transparentado en
los de grandes salesianos: don Fila, don Arturo, don Ignacio, don Gregorio, don
Valentín, José Luis, Tulio, Basil, Bronis, Orestes… a los que se fueron
sustituyendo o sumándose otros que quedan en el corazón de muchos zamoranos.
Y
esos muchos zamoranos pudieron ver y gozar el pasado 30 de Mayo con la efigie
de su amado Padre en su fugaz estancia (¡apenas 24 horas!) del rápido viaje que
está haciendo por las obras salesianas de todo el mundo.
Llegó
a las 11.30 y descendió ante le expectación, cariño y curiosidad de muchos que
se habían reunido en la amplia explanada delante de la Parroquia de María Auxiliadora
a los pies de la preciosa estatua del mismo Don Bosco que la bendice desde hace
cuatro años.
Además
de dos técnicos italianos que realizan el traslado, Ivan y Pierangelo, viene
don Tadeo Martín Montes que los acompaña y el señor Inspector don José
Rodríguez Pacheco y el Ecónomo inspectorial don José Manuel González.
Después
del recibimiento por un gran grupo de personas en la lonja de nuestra
Parroquia, se coloca paralela al altar y a la altura de las personas que pasan
a contemplar la efigie de Don Bosco y a manifestar su adhesión filial.
Durante
el día lo hacen también en grupo los jóvenes, miembros de la ADMA, Salesianos
Cooperadores, Antiguos Alumnos, Oración, Catequesis, Centro Juvenil y
Voluntarias de Don Bosco.
A
las 19.30 preside la Eucaristía nuestro Obispo don Gregorio Martínez Sacristán
que invitó a los salesianos a vivir entre los jóvenes el amor de Don Bosco,
como fuente de vocaciones consagradas. Concelebraron varios sacerdotes
diocesanos y religiosos. La parte musical la llevó con mucho gusto y acierto el
Coro de la Parroquia de Cristo Rey.
A
continuación oraron los miembros de las congregaciones e instituciones
religiosas.
Y
a las 22,15 se hace un acto final de oración de las VDB y Salesianos en el que
intervienen también otras personas.
A
las 8.00 del día siguiente se rezaron las Laudes de la fiesta de la Visitación
y a las 10.15 se tuvo el acto de despedida, entre aplausos y agradecimiento,
después de la cual la Reliquia de Don Bosco viajó hacia la Obra salesiana de Villamuriel
(Palencia).
La
impresión general ha sido de una afluencia muy grande, que manifestó una
actitud de respeto, cariño, agradecimiento y admiración hacia Don Bosco.