Sigue la carta del P. Martín Lasarte, sdb.
¡Es curiosa la poca noticia y desinterés por
miles y miles de sacerdotes que se consumen por millones de niños, por los
adolescentes y los más desfavorecidos en los cuatro ángulos del mundo! Pienso
que a vuestro medio de información no le interesa que yo haya tenido que
transportar, por caminos minados en el año 2002, a muchos niños desnutridos
desde Cangumbe a Lwena (Angola), pues ni el gobierno se disponía y las ONG’s no
estaban autorizadas; que haya tenido que enterrar decenas de pequeños
fallecidos entre los desplazados de guerra y los que han retornado; que le
hayamos salvado la vida a miles de personas en Moxico mediante el único puesto
médico en 90.000 km2, así como con la distribución de alimentos y semillas; que
hayamos dado la oportunidad de educación en estos 10 años y escuelas a más de
110.000 niños... No es de interés que con otros sacerdotes hayamos tenido que
socorrer la crisis humanitaria de cerca de 15.000 personas en los
acuartelamientos de la guerrilla, después de su rendición, porque no llegaban
los alimentos del Gobierno y la ONU. No es noticia que un sacerdote de 75 años,
el P. Roberto, por las noches recorra las ciudad de Luanda curando a los chicos
de la calle, llevándolos a una casa de acogida, para que se desintoxiquen de la
gasolina, que alfabeticen cientos de presos; que otros sacerdotes, como P.
Stefano, tengan casas de pasaje para los chicos que son golpeados, maltratados
y hasta violentados y buscan un refugio. Tampoco que Fray Maiato con sus 80
años, pase casa por casa confortando los enfermos y desesperados. No es noticia
que más de 60.000 de los 400.000 sacerdotes, y religiosos hayan dejado su
tierra y su familia para servir a sus hermanos en una leprosería, en
hospitales, campos de refugiados, orfanatos para niños acusados de hechiceros o
huérfanos de padres que fallecieron con Sida, en escuelas para los más pobres,
en centros de formación profesional, en centros de atención a cero positivos… o
sobretodo, en parroquias y misiones dando motivaciones a la gente para vivir y
amar.
No es noticia que mi amigo, el P. Marcos
Aurelio, por salvar a unos jóvenes durante la guerra en Angola, los haya transportado
de Kalulo a Dondo y volviendo a su misión haya sido ametrallado en el camino;
que el hermano Francisco, con cinco señoras catequistas, por ir a ayudar a las
áreas rurales más recónditas hayan muerto en un accidente en la calle; que
decenas de misioneros en Angola hayan muerto por falta de socorro sanitario,
por una simple malaria; que otros hayan saltado por los aires, a causa de una
mina, visitando a su gente. En el cementerio de Kalulo están las tumbas de los
primeros sacerdotes que llegaron a la región…Ninguno pasa los 40 años.
No es noticia acompañar la vida de un
Sacerdote “normal” en su día a día, en sus dificultades y alegrías consumiendo
sin ruido su vida a favor de la comunidad que sirve.
La verdad es que no procuramos ser noticia,
sino simplemente llevar la Buena Noticia, esa noticia que sin ruido comenzó en
la noche de Pascua. Hace más ruido un árbol que cae que un bosque que crece.
No pretendo hacer una apología de la Iglesia
y de los sacerdotes. El sacerdote no es ni un héroe ni un neurótico. Es un
simple hombre, que con su humanidad busca seguir a Jesús y servir sus hermanos.
Hay miserias, pobrezas y fragilidades como en cada ser humano; y también
belleza y bondad como en cada criatura…
Insistir en forma obsesionada y persecutoria
en un tema perdiendo la visión de conjunto crea verdaderamente caricaturas
ofensivas del sacerdocio católico en la cual me siento ofendido.
Sólo le pido amigo periodista, busque la
Verdad, el Bien y la Belleza. Eso lo hará noble en su profesión.
En Cristo, P.
Martín Lasarte sdb
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