A los
quince años descubrió en México Archer Milton Huntington la grandeza y riqueza
histórica y cultural de España. Y ya desde entonces soñó con rodearse de
algunos de sus valores literarios, artísticos e históricos. Y en 1904, cuando
contaba con 34 años y el notable respaldo económico recibido de su familia,
fundó la Hispanic Society of America y el museo que ofreciese a todo el mundo, entre las calles 155 y 156
de Broadway, la riqueza de sus valiosas y acertadas adquisiciones y ediciones.
Una de ellas, en tres tomos (con
primera versión inglesa completa al lado del texto original) fue la del Cantar de mio Cid. Adquirió pinturas de Goya, El Greco, Zurbarán, Ribera, Alonso Cano,
Velázquez, Fortuny, Casas, Rusiñol, Nonell, Zuloaga y, sobre todo, de Sorolla,
al que mantuvo algún tiempo junto a sí para decorar el plural monumento de
cultura española. Donde hay también esculturas y objetos artísticos
españoles de cerámica y orfebrería, más de quince mil libros anteriores a 1700,
copias únicas y primeras ediciones de Tirant lo Blanc, La
Celestina, El Quijote y
Sor Juana Inés de la Cruz, 250 incunables y la colección
de manuscritos hispánicos más extensa fuera de España junto a fueros
medievales, cartas hológrafas reales y de navegación, biblias iluminadas,
libros de horas... A ello se añade una colección muy amplia de literatura del
nuevo continente: catecismos y diccionarios de las lenguas amerindias y
documentos históricos y literarios. La Sociedad publicó más de 200 libros
monográficos sobre la cultura hispánica.
Preparó varias exposiciones de
arte, especialmente, por su volumen, de las obras de Joaquín Sorolla en 1909.
Sin duda conoces a este eximio
catador de valores hispanos y sin duda trazas de él la imagen de un hombre
enamorado de un aspecto del saber y embellecer la vida, de un propagador de esa
cultura y belleza y te entra un poco de envidia.
No lo vamos a igualar en esos
logros tangibles. Pero ¿por qué no dar a mi hermosa tarea de modelar el alma de
mis hijos, de mis discípulos, ese aire de sólido sueño que los haga crecer en
ideales posibles, metas factibles, creaciones al alcance de su mano?
¡No cejes!