Es natural que Don Bosco quiera darnos unas Buenas
Noches hablando de este querido hijo suyo.
Tito Zeman nació el 4 de enero de 1915 en
Vajnory, cerca de Bratislava. Y desde pequeño dijo que quería ser sacerdote. El
camino hacia el altar lo comenzó en varias casas salesianas hasta su profesión
como salesiano en 1932. Estudió teología en la Universidad Gregoriana de Roma y
en 1940 fue ordenado sacerdote en Turín-Valdocco.
En abril de 1950 el régimen comunista ocupó las
casas de los religiosos que fueron concentrados en conventos transformados en
campos de concentración: «La noche de los bárbaros». Aquella noche Tito se encontraba
en una parroquia diocesana por lo que quedó libre del encarcelamiento. Él y
Ernest Macak, joven salesiano, programaron el paso de fronteras de
Checoslovaquia y Austria para llegar a Turín de varios jóvenes salesianos para
que en aquella ciudad italiana completasen su formación. Lo lograron con dos
expediciones. Pero en la tercera fue arrestado con gran parte de sus
componentes. Durante los interrogatorios le pegaron y le rompieron algunos
dientes.
Zeman se atribuyó toda la responsabilidad y la organización de la
fuga. Sobre este período, el mismo Tito declaraba: «Cuando me apresaron empezó
mi Viacrucis. Desde el punto de vista psíquico y físico lo he vivido durante el
encarcelamiento preliminar. En la práctica duró dos años… Vivía con el temor
continuo de que en cualquier momento se abriera la puerta de mi celda y me
llevasen fuera, al lugar de ejecución. Mire, por esto todos mis cabellos se han
vuelto blancos. Si vuelvo a las torturas inimaginables sufridas en los
interrogatorios, te digo sinceramente que todavía me vienen escalofríos. Al
pegarme y torturarme empleaban métodos inhumanos. Por ejemplo, llevaban un cubo
lleno de porquería de cloaca, me metían en él la cabeza y la mantenían en él
hasta que comenzaba a ahogarme. Me daban fuertes patadas en todo el cuerpo y me
golpeaban con cualquier objeto. A raíz de uno de estos golpes, me quedé sordo
durante varios días».
Tuvo un duro proceso
en el que se le declaró traidor a la patria y
espía del Vaticano. El fiscal general pidió para él la pena de muerte. El 22 de
febrero de 1952 fue condenado a «solo» 25 años de cárcel incondicional y
marcado como «mukl», o sea, «hombre a
eliminar». El 10 de marzo de 1964 salió de la prisión en libertad condicional,
solo después de casi 13 años de reclusión y tras haber sido excluido de
numerosas amnistías. Su salud estaba seriamente quebrantada. Vivió con su
hermano, trabajando de obrero en un almacén de productos textiles. Más tarde le
permitieron trabajar de almacenista; ocupación que desempeñó hasta el fin de
sus días.
Murió cinco años después, el 8 de enero de
1969, con una gloriosa fama de martirio y de santidad. «Aunque tuviese que
perder la vida, no la consideraría malgastada, sabiendo que al menos uno de
aquellos a los que ayudé ha llegado a ser sacerdote en mi lugar».
Su beatificación
tendrá lugar el sábado 30 de septiembre a las 10:30 en Bratislava
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