En medio de la floración literaria y poética de Bengala (India) en el
siglo XX, el fecundo Rabindranath Tagore publicó hace cien años Gitanjali, un breve y sabroso manojo de
poemas cuya interpretación puede elevarnos a cualquier esfera. De allí traigo
estos «versos»:
Aquí está tu escabel
reposa aquí tus pies
donde viven los más pobres,
los más humildes y perdidos.
Cuando trato de inclinarme ante ti,
mi reverencia no logra llegar
tan abajo donde tus pies
descansan entre los más pobres,
los más humildes y perdidos.
El orgullo no se puede acercar
adonde tú caminas, poniéndote
los vestidos de los más pobres,
de los más humildes y perdidos
Mi corazón no logra encontrar
el camino para bajar allí
donde tú te haces acompañar de los que no tienen
compañeros, entre los más pobres,
los más humildes y los perdidos.

Señalo a mi Personaje ideal dónde está
el escabel sobre el que tiene que posar y reposar sus pies, pero yo me quedo
lejos de donde viven los más pobres, los más humildes y perdidos. Ofrezco un
descanso y huyo de donde mis pies pueden quedar devorados por la bajeza de los
más pobres, humildes y perdidos.
Es decir: mi vida es una contradicción.
Sé muy bien lo que hay que hacer y pido a los demás que lo hagan. Cada “otro”
debe hacerlo. Yo lleno mi vida de protestas, de
esperas, de mensajes, de deseos… Pero logro quedar libre del barro de la
pobreza, de la humillación y de la marginación. ¡Grito «Auxilio»
y sigo tan tranquilo!