Acabo de leer la reseña en La Vanguardia de una entrevista a la catedrática de Español y
asesora del Ministerio de Educación sueco Inger
Enkvist. Se refiere a los cimientos de la educación en Occidente. Y
afirma, por ejemplo: "Se ha creído que la educación era un bien ya
conquistado y han dejado de exigir
esfuerzo a los alumnos". Dicho de otro modo, sin duda peor: el
esfuerzo no es una actitud que se considere fundamental (de “fundamento”, es
decir, cimientos) en la consolidación de la personalidad de los hijos y
alumnos. O, traducido a otro modo, nuestros hijos y alumnos no maduran.
Probablemente porque en la maduración de los padres y educadores ha faltado la
convicción de que sólo crece el árbol que lucha por su propia vida, de que la
“selección natural” es un proceso inevitable. “Que no sufra”, “Que no tenga que
esforzarse”, ”¡Pobrecito! ¡Es tan pequeño!”. Y lo logran: pequeño se queda
aunque le crezca al cuerpo, el mal genio, las exigencias y las ganas de que le
den las cosas hechas.
Cree Inger “que es un error considerar que
todos los alumnos se esfuerzan y por eso no exigir resultados, motivo por el
que ahora, el alumno se percibe como algo «intocable». Sigo copiando lo que nos
dice la profesora Enkvist: "… para que haya inclusión todo el mundo tiene
que aceptar hacer su trabajo. Si anteponemos la convivencia al aprendizaje se
hunde todo". Y "el aprendizaje mejora la
convivencia" y no al contrario.
De Finlandia elogia: "… preparan muy bien
a los niños en primaria, establecen buenas costumbres de trabajo con apoyo
inmediato al alumno que lo necesita para que no acumule retraso". Lo que
hay que hacer es dejar claro a los alumnos que "no pasarán
de curso si no se saben las materias". "…Si el alumno no
llega al segundo ciclo sabiendo leer de manera fluida y no tienen un
conocimiento del mundo, están completamente perdidos en el entorno educativo,
en su mundo privado y lo estará en el laboral".
Sigue
afirmando que la educación debería primar la calidad de la enseñanza sobre la
cantidad de horas que se pasa en el colegio -"los finlandeses están 5
horas en el colegio y no tienen demasiados deberes porque en casa se dedican a
leer". Y destaca que "la educación no debería ser una cuestión política…. Se
debería permitir a la familia elegir la lengua vehicular
si lo que queremos priorizar es el dominio del lenguaje".
"Lo
más importante es que los niños tengan vocabulario y conocimientos, y para eso
escuela y padres deben estar de acuerdo y fortalecer la lengua materna, así es
más fácil aprender el otro idioma, pero como materia. En mi país se dan tres
clases de sueco por semana en sueco y todo el mundo habla sueco", porque
hay que tener claro, dice esta catedrática de español, que "la lengua es un instrumento, no una meta".
"Si una sociedad se cierra está quitándole oportunidades a sus
jóvenes".
“Destaca la necesidad de tener buenos profesores y recuerda que en países como Finlandia, «a los profesores de preescolar se les exigen una nota de corte muy alta, y todos tienen un máster. Los padres saben que están muy preparados y los alumnos que ser profesor es muy difícil y que los suyos están entre los mejores del mundo. De un buen profesor no te olvidas jamás».
“Destaca la necesidad de tener buenos profesores y recuerda que en países como Finlandia, «a los profesores de preescolar se les exigen una nota de corte muy alta, y todos tienen un máster. Los padres saben que están muy preparados y los alumnos que ser profesor es muy difícil y que los suyos están entre los mejores del mundo. De un buen profesor no te olvidas jamás».