Hubo y hay muchos Catones. Yo diría que todos buenos. Vamos con algunos y empezamos por Marco Porcio Catón, “el censor”, de familia humilde (234-149 aC). Fue casi un “humanista” dieciocho siglos antes del Humanismo. Fue político notable (por ejemplo, siendo procónsul en España, sometió a los hispanos siempre rebeldes: ¡y ya es mérito!), militar eficaz (tomó parte, por ejemplo, en la batalla de Metauro, donde el sol cartaginés empezó su declive), fecundo escritor y agricultor. Fue sucesivamente tribuno, pretor, cónsul y censor. Como tal, se distinguió por la enérgica defensa de las tradiciones romanas de los mayores, frente a las corrientes que empezaban a llegar de Grecia con el lujo como bandera.
Vamos con otro Catón. Es la firma de un gran catedrático mexicano actual, abogado y prolífico periodista, Armando Fuentes Aguirre. Y para que se vea su enorme valía como pensador de fresca profundidad y la razón, sin duda, del seudónimo apuntado, se ofrece a la lectura una demanda en favor de la limpieza, la belleza y la riqueza de la vida sencilla.
Me propongo demandar a la revista "Fortune", pues me hizo víctima de una omisión inexplicable. Resulta que publicó la lista de los hombres más ricos del planeta, y en esta lista no aparezco yo. Aparecen, sí, el sultán de Brunei, aparecen también los herederos de Sam Walton y Takichiro Mori. Figuran ahí también personalidades como la Reina Isabel de Inglaterra, Stavros Niarkos, y los mexicanos Carlos Slim y Emilio Azcárraga. Sin embargo a mí no me menciona la revista.
Y yo soy un hombre rico, inmensamente rico. Y si no, vean ustedes: Tengo vida, que recibí no sé por qué, y salud, que conservo no sé cómo. Tengo una familia, esposa adorable que al entregarme su vida me dio lo mejor de la mía; hijos maravillosos de quienes no he recibido sino felicidad; nietos con los cuales ejerzo una nueva y gozosa paternidad. Tengo hermanos que son como mis amigos, y amigos que son como mis hermanos. Tengo gente que me ama con sinceridad a pesar de mis defectos, y a la que yo amo con sinceridad a pesar de mis defectos.
Tengo cuatro lectores a los que cada día les doy gracias porque leen bien lo que yo escribo mal.
Tengo una casa, y en ella muchos libros (mi esposa diría que tengo muchos libros, y entre ellos una casa). Poseo un pedacito del mundo en la forma de un huerto que cada año me da manzanas que habrían acortado aún más la presencia de Adán y Eva en el Paraíso. Tengo un perro que no se va a dormir hasta que llego, y que me recibe como si fuera yo el dueño de los cielos y la tierra.
Tengo ojos que ven y oídos que oyen; pies que caminan y manos que acarician; cerebro que piensa cosas que a otros se les habían ocurrido ya, pero que a mí no se me habían ocurrido nunca.
Soy dueño de la común herencia de los hombres: alegrías para disfrutarlas y penas para hermanarme a los que sufren. Y tengo fe en Dios que guarda para mí infinito amor.
¿Puede haber mayores riquezas que las mías? ¿Por qué, entonces, no me puso la revista "Fortune" en la lista de los hombres más ricos del planeta?"
¿Y tú como te consideras? ¿Rico o Pobre?