lunes, 6 de junio de 2011

Salomón.

Si aterriza usted en el aeropuerto de Henderson, de la isla de Guadalcanal, en el atractivo e inmenso Océano Pacífico y mira hacia la derecha cuando el avión esté casi tocando tierra salomónica (¡estamos en las islas Salomón, de las que ésta es la mayor!), verá usted (y casi lo toca con su mano) el Instituto Técnico Don Bosco. 
En aquella isla estuvo en 1568 Pedro de Ortega Valencia entre los hombres mandados por Álvaro de Mendaña que la dio por descubierta. Pedro no pudo reprimir su deseo de dejar prestado en ella el nombre de su pueblo sevillano. Y a pesar de que allí estuvieron después, al menos, franceses, ingleses y alemanes, el nombre de Guadalcanal siguió sonando hasta en los dolorosos hechos de guerra entre japoneses y norteamericanos en noviembre de 1942.
Los salesianos son más recientes en la isla. Llegaron en 1996. Llevando paz. Y como estas son “buenas noches de Don Bosco” puede ser agradable que nos agrade conocer algo de la vida salesiana actual en aquella tierra remota para nosotros. Pero es que, además, puede servirnos de lección y estímulo. De ahí el interés que puede tener esta leve noticia.  
Los días 20 y 21 del Mayo recién pasado, 22 educadores, profesores e instructores de taller participaron en un retiro en la casa Don Bosco de Kola Ridge. Estudiaron los puntos débiles de su acción educativa y reflexionaron sobre su compromiso como educadores y sobre el modo de encontrar soluciones para ayudar a los jóvenes.
 “Enseñar es una vocación que exige compromiso total y entrega a mi profesión” decía Philippa Riimanu, Instructora de habilidades. Y añadía: “No se trata sólo de completar el currículo, sino de hacer posible a cada estudiante que alcance su meta, el objetivo de su vida”.
Conocer a Don Bosco, comprender su Espíritu y vivirlo es necesario porque trabajamos con jóvenes que tienen dificultad para encontrar significado a su vida” decía don Ambrose Pereira, salesiano, Director de la obra de Henderson.
La Jefa de estudios, la señora Camari Bainivalu, por medio de una intervención muy interactiva y participada acompañó a los profesores en el razonamiento sobre el binomio “¿Quién eres? ¿Qué haces?”. El dominico Padre Tom Cassidy, en la Misa de agradecimiento al final del retiro recordó que “todos somos parte del Cuerpo de Cristo, y debemos testimoniar siempre a Cristo en nuestra vida”.
Los participantes quedaron muy satisfechos del retiro: obtuvieron muchas indicaciones sobre el modo de relacionarse con los jóvenes y experimentaron un grato clima de espiritualidad y amistad.

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