Desde
hace quince días es “Beata” (Macas: 24 de Noviembre de 2012), el título que la
Iglesia da a personas que vivieron ejemplarmente y con cuya intercesión se
produjo un hecho en el que se declara presente la mano de Dios.
Bastan los
datos que siguen para comprender la altura espiritual de esta Hija de María
Auxiliadora, es decir, salesiana, nacida en el pueblecito de Corteno Golgi, de la provincia de Brescia el
16 de febrero de 1883.
Vivió, creció y
maduró en una familia pobre y numerosa,
feliz por la alegría y el clima de cariño que quisieron crear sus padres. El
profundo sentido de la vida y la visión de fe de los acontecimientos de su
historia la llevaron a desear abrazar los valores de la vocación religiosa.
Pero tuvo que aceptar
por obediencia a sus padres y a su director espiritual esperar su mayoría de
edad para solicitar ser admitida en el Instituto Salesiano.
Durante la primera
guerra mundial (1915-18) Sor María adquiere en Varazze el conocimiento de
asistencia sanitaria como enfermera de la Cruz Roja en un hospital militar.
Esta experiencia será en su vida la puerta a un camino de acertada atención a
los enfermos en su cuarenta y siete años de actividad misionera en la floresta
amazónica del Oriente ecuatoriano.
Desde su llegada al
Ecuador en 1922 sirve a los indígenas shuar.
Con otras dos Hermanas comienza un arduo trabajo de evangelización. Pero el
medio físico en el que se mueve, el medio humano y su intenso movimiento les
suponen continuos y graves peligros para su salud e integridad: animales de la
selva, riesgos de los viajes por ríos, insidias de quienes no comprendían la
grandeza de su entrega.
Macas, Sevilla Don
Bosco y Sucúa son lugares transformados por el celoso oficio y apasionado
oficio de madre, hermana, enfermera, cirujano y ortopédico, dentista y
anestesista… Y, siempre, sobre todo y en todo, catequista y evangelizadora,
rica de extraordinarios recursos de fe, paciencia y amor fraterno.
La promoción de la
mujer shuar fue una admirable cosecha
de bien en cientos de familias cristianas, formadas por primera, por la opción
de los esposos y no, como hasta entonces, por contratos de los padres desde los
tres años.
Sor María murió en un accidente aéreo en Sucúa el 25
de agosto de 1969.