jueves, 30 de mayo de 2019

Mare! Mare! Domani! Domani! (Madre... mañana...)


Don Carlos María Viglietti fue el último “secretario” de Don Bosco. Un secretario muy especial porque acompañó a nuestro Padre solo desde mayo de 1884 hasta su muerte (31 de enero de 1888). Pero fueron para Don Bosco tiempos especialmente difíciles. Tiempos de ascensión en la entrega, de sufrimiento físico, de disolución, de preocupaciones, de encuentro definitivo con el Amor.
Le acompañó en sus viajes a Francia en 1885, a España en 1886 y a Roma (inauguración de la Basílica del Sagrado Corazón) en 1887.
Para recordar la fisonomía de Viglietti basta asomarse a la preciosa fotografía del 3 de mayo de 1886 (don Egidio Viganó la calificó como la mejor foto de Don Bosco) en el jardín de la familia Martí Codolar de Barcelona. Es el joven salesiano que está exactamente detrás de nuestro Padre con la mano izquierda sobre el respaldo del sillón.           
Don Carlos María Viglietti escribió una CRONACA DI DON BOSCO (24 marzo 1885-31 enero 1888), que es una delicia, porque refleja la entrega de la vida de un grandioso corazón de padre en seis cuadernillos de humilde apariencia pero de indudable riqueza.
En estas Buenas Noches nos referimos solo a una página, la 140, sobre su recuerdo del día 29 de enero, en la que Viglietti nos dice: “Don Bosco repite con voz suave: ¡Jesús…!, ¡Jesús…! ¡Jesús y María, os doy con mi corazón mi alma! In manus tuas Domine commendo.. commendo spiritum meum! Oh Mare... Mare abridme las puertas del Paradiso!”
Hoy repitió cientos de veces: Mare! – Mare! Domani! Domani!’        
Nos hace bien saber que existen hombres sabios, santos, activos, entregados al servicio de los demás, llenos de méritos y grandeza que cierran la crónica de su vida con una palabra –Madre- que los funde en el Amor del “más allá”. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.