miércoles, 26 de octubre de 2011

Tomarse un tiempo para pensar

Hace unos años, Manos Unidas lanzó una campaña con el lema “Su mañana es hoy”, es decir: el futuro depende de hoy. ¿Cómo se come esto? Pues a través de proyectos, de objetivos, de pequeños gestos como reducir la mortalidad infantil, la operación bocata que evoca la necesidad de acabar con el hambre en el mundo, ofrecerse como voluntario para atender alguna necesidad, etc. De esto sabemos mucho cuando nos lo proponemos y nos sale la vena solidaria.

Algunos pensarán que todo esto vale sólo para vosotros, para que ejercitéis buenos hábitos y valores como personas y como creyentes cristianos que recibimos y seguimos recibiendo de los que nos son educadores y profesores. Pero como también lo somos nosotros, no hay nosotros sin ellos, ni ellos sin vosotros; por eso no es de extrañar este tema: “Un gesto en los que forman: tomarse un tiempo para pensar

Ninguna profesión es eficaz si uno no se pone al día a través de una formación continua propia de su profesión; quien no lo hace pierde el tren y queda marginado.

En esta clave de que no hay vosotros sin ellos, es natural que también los formadores nos tomemos un tiempo para pensar, que, en este caso, no es otro que, sin olvidarse de los formandos, hijos y discípulos, también nosotros pensemos en nosotros mismos para poder ofrecer mejor formación, ya que nadie da lo que no tiene; pensando en nosotros, pensando en ellos, nos tomamos un tiempo para pensar.

Aconsejaba Don Quijote a Sancho, tomándolo como un sesudo formador de semejantes: “los cristianos católicos y andantes caballeros, más habemos de atender a la gloria de los siglos venideros, que es eterna en la regiones etéreas y celestes, que a la vanidad de la fama que en este presente y acabable siglo se alcanza; la cual fama, por mucho que dure, en fin se ha de acabar con el mismo mundo, que tiene su fin sañalado; así,¡oh Sancho!, que nuestras obras no han de salir del límite que nos tiene puesto la religión cristiana, que profesamos. Hemos de matar en los gigantes a la soberbia; a la envidia, en la generosidad y buen pecho; a la ira, en el reposado continente y quietud del ánimo; a la gula y al sueño, en el poco comer que comemos y en el mucho velar que velamos; a la pereza, con andar por todas partes del mundo, buscando las ocasiones que nos puedan hacer y hagan, sobre cristianos, famosos caballeros”.

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