Conocí a Chiara Amirante hace bastantes años. Nos
explicaba el proceso de su vuelco en la ayuda a los marginados por la droga. Decía:
“Me dijeron los especialistas que iba a quedar ciega y le dije a Dios: Si conservo la vista daré toda mi vida para
servirte en los más necesitados”. Y lo hicieron los dos: Dios y ella.
Me pareció entonces una muchacha frágil, inmensamente generosa,
valiente, resuelta, emprendedora. Pero también extrañamente sencilla,
encantadora con su constante sonrisa, cercana, segura…
Hoy es un personaje. No porque ella se lo crea (no lo
necesita), sino porque se ha ido convirtiendo en una perla admirada, requerida
y engastada entre las muchas acciones más acertadas que se realizan en la Iglesia
en favor de los marginados.
Nació en Roma en 1966 y empezó en Roma, en la estación Termini, a dedicarse a sus destinatarios, el pueblo de la noche. Fundó en los años noventa la Comunidad Nuovi Orizzonti con los
muchachos que se liberaban de los problemas de la drogodependencia,
alcoholismo, prostitución, SIDA, salidos de la cárcel, niñas-madres, niños de la
calle… con un camino de conocimiento de sí y curación del corazón que Chiara llama
El Arte de amar.
Ha encontrado en los medios de comunicación social una plataforma eficaz
para sensibilizar y obtener ayuda en sus proyectos. Y la ha encontrado también,
a la vista de la solidez de sus iniciativas, en las autoridades de la Iglesia.
El cardenal Tonini, por ejemplo, llevó al Sínodo sobre la vida consagrada
(1994) la experiencia de Clara que es Consultora
del Pontificio Consejo de la Pastoral para los Emigrantes e
itinerantes, miembro de la Comisión científica para la revista People on the Move de
esa Congregación, Consultora del Pontificio
Consejo para la Promoción de la Nueva Evangelización, invitada en la
XIII Asamblea general ordinaria del Sínodo de los obispos sobre el tema La nueva evangelización para la
transmisión de la fe cristiana.
El Centro estuvo en Trigoria, al Sur del EUR. En 1997 la comunidad se
trasladó al Centro de formación, evangelización y acogida en Piglio
(Frosinone) un poco más al Sur.
En el 2000 Chiara inauguró su primera fundación en Brasil y en Bosnia-Herzegovina
(Međugorje). Y en 2006 lanzó la iniciativa de los Caballeros de la Luz en varios países.
Esto es Adviento hoy. Hacer que Jesús pueda nacer en los que más lo necesitan porque la vida (¿qué vida?, ¿la de quiénes?) los ha arrojado al pesebre del desinterés, la exclusión, el descarte, como tantas veces oímos describirlos a Francisco el Papa, el Padre de todos.
Esto es Adviento hoy. Hacer que Jesús pueda nacer en los que más lo necesitan porque la vida (¿qué vida?, ¿la de quiénes?) los ha arrojado al pesebre del desinterés, la exclusión, el descarte, como tantas veces oímos describirlos a Francisco el Papa, el Padre de todos.