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martes, 19 de junio de 2018

Sin una quela también se vive!


Juike es una muchacha juiciosa. Estaba contemplando la sopa en camino (cangrejos en el agua que empezaba a calentarse), cuando observó y grabó la escena. Uno de los rojos artrópodos se dijo para sí y actuó en consecuencia: “¡Se acabó!”. Se arrancó una quela (que estaba enganchada en las patas de otros compañeros de suplicio) con la otra, y salió del agua y de la muerte. Ahora tiene solo una pinza, pero ¡vive! en el acuario de Juike que le ayudó en su decisión.
Y debemos tener en cuenta la lección. Sucede con frecuencia que ignoramos el lastre que pesa sobre las débiles conciencias que tanto amamos: alumnos, hijos, discípulos, miembros de un club, de una asociación. No llegamos a apreciar el peso que la conducta de los adolescentes pone en la orientación de otros adolescentes. Hay muchachos brillantes por su simpatía, su afecto (real o fingido), su cercanía, su disponibilidad en la ayuda, su amistad… que, queriendo o sin querer, enganchan en su vida la de otros. Y muchas veces esos “otros” no son capaces de distinguir el oro del brillo y se dejan moldear aceptando como ideal el ejemplo del amigo deslumbrante.
Lo peor es que el moldeo afecta al criterio. Y el criterio se convierte a su vez en molde de la vida. A veces nos preguntamos: “¿Pero de dónde ha sacado este muchacho, este hijo mío… esos modos de pensar, de argumentar, de proceder…? Has estado distraído mientras tu hijo empezaba a madurar. Aceptó (sin que tú te interesases por ello, porque estabas en “babia”) un injerto tal vez extraño, tal vez contrario al tuyo (¡siempre recto!), tal vez pernicioso…
¿Cuál es el camino? Que tengáis un camino común. No se trata de que lo atosigues: necesita cultivar su libertad de mirada, de apreciación, de opción. Pero tu conducta hacia él, tu madurez serena y respetuosa, la decisión y claridad de exigencia de tu personalidad, deben encenderse de tal modo que comprenda que son la luz orientadora que debe orientarle en el posible túnel en el que siente que se encuentra. 

sábado, 17 de septiembre de 2016

Mi dirección...

Bernard Kaiau es un joven salesiano de Papua Nueva Guinea. Se prepara, madurando su respuesta a la llamada de Dios, al servicio como salesiano de sus connacionales.   Leer su testimonio nos puede hacer bien. Sobre todo a los que sienten cansancio por el mucho tiempo que llevan esperando respuestas como esta. 
“Procedo de una familia católica. Mi padre es profesor y mi madre ama de casa. Mi interés por la vocación nació ya en tierna edad, gracias a los principios cristianos recibidos de mis padres: nos llevaban a los rosarios organizados en los diferentes grupos de cristianos, sobre todo en el mes de octubre; y todos los domingos a la Misa.
He crecido tratando siempre de portarme bien y corrigiendo a mis amigos cuando se equivocaban. Las señales de una vocación ya estaban, pero todavía no estaba clara la dirección hacia la vida religiosa.
Esta se hizo clara en el 2003, en la escuela técnica Don Bosco Vanimo. Estuve en ella cuatro años como estudiante interno. El ambiente positivo facilitaba el aprendizaje y me ayudó a crecer en todos los aspectos de mi vida. Lo que me orientó hacia la vida religiosa fue el rosario diario, la disponibilidad de los sacerdotes para confesiones y retiros, los pensamientos de los 'buenosdías’ y de las 'buenasnoches', además de la continua presencia de los Salesianos entre nosotros los muchachos en las excursiones, en los patios, y en otras actividades….
Así decidí unirme al grupo de vocaciones y en 2006 entré en el seminario Savio Haus. Pero en mayo de 2007 me afectó gravemente la malaria cerebral y quedé hospitalizado durante una semana. Pensé que era el final de mi vocación y de mis estudios".
Para Bernard, aun después de volver a los estudios y a su vida de aspirante, las dificultades no habían acabado: la familia le pidió que emprendiese un trabajo y él  mismo tuvo dudas porque se sintió atraído hacia una amiga universitaria. Pero al final la llamada fue más fuerte. Con la oración, la comprensión de su familia y el apoyo de los Salesianos fue a hacer su curso de pre-noviciado a Cebú, al que siguió la etapa del noviciado.
“Los dos años de formación me ayudaron a mirarme más profundamente a mí mismo y con la ayuda de Dios tomé la decisión de ser Salesiano de Don Bosco… Lo que verdaderamente me motivó fue el esfuerzo incansable de los misioneros salesianos que aquí, en nuestro país, siguen ayudando y formando a los jóvenes para que se hagan buenos cristianos y honrados ciudadanos.

viernes, 19 de febrero de 2016

Yerba Mate.

El mate es un arbusto parecido al acebo que se daba desde siempre cerca de los ríos Paraná y Uruguay. Los nativos lo usaban intuyendo sus beneficios y los jesuitas de Misiones (Argentina) lo “domesticaron” y difundieron su uso teniendo presentes sus efectos que se deben a la cafeína, los antioxidantes, el potasio, los aminoácidos y las vitaminas, como dicen los entendidos. Regula el colesterol, retrasa el envejecimiento y acelera el metabolismo de los hidratos de carbono.
Ya en 1774 el jesuita José Sánchez Labrador, toledano y desterrado en Rávena (Italia) como consecuencia de la disolución de la Compañía de Jesús, escribía: "Dijeron en Europa, que su uso inducía en los rostros el desmayo de los colores, y los teñía de palidez. Los que pretendían entablar el uso del The oriental inventaron esta especie, para hacer que decayese el uso de la Hierba, que empezaba a tomar vuelo." 
Siempre ha habido competencia. Y en todos los campos. También en el uso de hierbas. El te de la india dejaba mucho dinero a los importadores en Europa de esa planta. Y era el dinero, que lo mueve todo y lo envenena casi todo, el argumento para rechazar, “porque inducía en los rostros el desmayo de los colores”, algo que hacía la competencia a la otra yerba del Asia.
Es un ejemplo. Pero bueno para tenerlo presente en la educación. Tal vez no nos damos cuenta. Pero nuestra conducta y la de nuestros hijos y educandos se mueven siempre en un juego social, familiar, político y cultural de comparación, rechazo y búsqueda. El ejercicio de escoger es constante. Diría que frenéticamente continuo. La educación, en cambio, en ese alto arte de elegir casi no existe. Y sin embargo es la clave para avanzar, crecer y triunfar. Naturalmente para avanzar, crecer y triunfar en la condición del ser inteligente del hombre que no es un acaparador de medios para gozar, presumir y mandar (y muchas veces envilecerse, manejar y sembrar amargura), sino un sabio navegante en busca de un vellocino de oro nunca alcanzado pero siempre embellecedor. 

jueves, 3 de diciembre de 2015

Sirajuli.

El Brahamaputra (en sánscrito y hindi: Hijo de Brahama) es uno de los ríos más impresionantes de la península indostánica. Nace en el Tibet y descansa, después de casi tres mil kilómetros de recorrido, en el golfo de Bengala. Como pasa por varias naciones recibe nombres dintintos: en el Tibet es Mazang, Damqog Zangbo o Yarlung Tsangpo; en China Yarlung Zangbo o Yǎlǔ Zàngbù Jiāng; en chino clásico Mǎquán Hé; la gente cercana le llama, familiarmente y para acabar antes, Luit.
Muy cerca y al norte del río está el aspirantado misionero salesiano de Sirajuli, en Assam. En Assam vienen haciendo desde 1906 un trabajo pastoral admirable los salesianos guiados por los que más adelante fueron obispos Louis Mathias y Stefano Ferrando. Hoy en las 66 obras de aquella Inspectoría de Guwahati viven y trabajan 240 salesianos. En la India hay 10 Inspectorías o Provincias salesianas que reúnen a 2.309 salesianos distribuidos en 360 comunidades.   
Si fuese Don Bosco quien nos diese estas Buenas noches, estoy seguro (¡perdone mi interpretación!) de que se mostraría feliz al presentarnos, dentro del asombroso y esforzado escuadrón de trabajadores del Reino de Dios en la India, a ese grupo de 50 aspirantes que vemos arriba y que quieren ser misioneros salesianos. Desde ahora, con sus 14 ó 16 años, algunos irán dejando el surco en el que están floreciendo al descubrir que la llamada a la que deben responder está en otra tierra de cultivo cristiano. Pero esta admirable floración puede y debe despertar en nosotros, como en nuestro Padre, la seguridad de que cuando nuestra conducta es fiel a su consigna, nuestra actitud de cercanía, aprecio y afecto hacia los jóvenes igual que la que él tuvo y nuestro entusiasmo hijo del mismo fuego (aunque sea un poco menos) que a él le alentó hasta el final de su vida, veríamos “lo que son milagros”. 
La consigna que nuestro Rector Mayor nos da para el año que empezaremos dentro de poco es (no lo olvidemos): ¡Con Jesús recorramos juntos la aventura del Espíritu!

viernes, 20 de febrero de 2015

Cuerdas.

El  Adagio para cuerdas que compuso el maestro norteamericano Samuel Barber en 1938 figura como fondo en series y películas apretando en un puño el corazón de los que miran y, necesariamente, oyen o, mejor, escuchan. Son 34 esas producciones de cine, dicen los entendidos, como los Simpson, Amelie, Platton, El hombre elefante… Y dicen también otros entendidos que la composición musical más triste y que más honda y porfiadamente llega al alma es esta. Tanto es así que Barber necesitó pasarla a canto y en 1967 hizo un arreglo para coro de voces mixtas. 
Pero voy adelante porque tú sabes de todo esto más que yo y te queda solo volver a escucharla sin prisas, sin querer que acabe ese gemido insistente que lacera el alma, pero que la empapa con una paz dolorosa, incurable y resignada. 
Y paso a algo que a lo mejor no conoces y que viene bien a nuestro intento de educador, de formador y de guía.
Cuando Samuel Barber tenía once años escribió una carta a su madre. Si la lees en Inglés verás, tú que dominas esa lengua, que tiene alguna falta de ortografía. Pero eran once años. Y a nosotros nos importa solo el agrado de descubrir su alma a esa edad para intentar modelar, en lo que podamos, las de los que se nos confían. El perfil del alma del muchacho está trazado, con otros, por los siguientes sentimientos que emanan de ella como rasgos que nos pueden inspirar para tocar las cuerdas del arpa de nuestros hijos, de nuestros educandos:
Haber llevado adelante su convicción sin atreverse a manifestarlo, como si fuese una traición. La delicadeza en tratar por escrito su honda preocupación. El deseo de que su madre no sufriese ante su declaración. El sentimiento de que su estado de ánimo y decisión venían de una esfera superior a la que habitaban madre e hijo. Sentirse culpable del dolor que pudiera causar en ella su destino. Su vocación de siempre de ser compositor.
Su decisión y convicción de que sería lo que quería y lo que fue.
Querida madre: He escrito esto para informarte de un secreto mío preocupante. No llores ahora cuando lo leas porque no es culpa ni tuya ni mía. Supongo que tendré que decirte que ahora no tiene ningún sentido. En primer lugar yo no estaba destinado a ser atleta. Estaba destinado a ser compositor, y lo seré, estoy seguro. Te voy a pedir una cosa más: - No me pidas más que intente olvidar este hecho desagradable y que me vaya a jugar al fútbol.- Por favor - A veces he estado tan  preocupado por esto que me he vuelto loco (no mucho)”.

domingo, 19 de octubre de 2014

“El de las Nabas”

De Juan Fernández, llamado El Labrador, se sabe muy poco. O casi nada. A pesar de que sus obras, del aire de Caravaggio, se buscaban para enriquecer algunas colecciones como, por ejemplo, la del rey Carlos I de Inglaterra. Fue un pintor barroco español que vendía sus obras (más numerosas las de naturaleza muerta) en Madrid y en Semana Santa, única ocasión en que acudía a la Corte, así parece, allá por los años de 1630 para arriba o para abajo. Le gustaban, sobre todo, las uvas, como ves en el cuadro que te ofrezco de entrada.
Antonio Palomino, buen pintor y justo crítico, le consideraba «Pintor Insigne», discípulo de Luis de Morales y extremeño. En el inventario del marqués de Leganés (1655) se hace referencia a un cuadro con una «porcelana de uvas, dos búcaros, unas castañas y bellotas» y se  atribuye al «labrador de las nabas». En el de Ramiro de Quiñones se citan tres cuadros del «Labrador de las navas». Y en el Museo del Prado se pueden conocer dos obras suyas.
Me ha venido el recuerdo de este singular artista, singular por muchas razones: producía arte, es decir aportaba belleza al mundo en que el que convivimos; lo hacía de un modo sobresaliente muy por encima de los muchos que hoy creen aportar belleza para el recreo y la contemplación de los que la deseamos. Me ha venido al leer una y otra vez el aire que se da en tantos lugares y por tantas personas adictas al marujeo a personas que no enriquecen ni el aire ni nada con su vida y su obra. Personas que despiertan compasión; porque lo que se airea de ellas suelen ser rasgos lamentables si no despreciables. La meta que se debe proponer un ciudadano estimable es la de su aportación para dotar al mundo y a su historia más cercana con grandeza, belleza, generosidad, entrega, altruismo.
Oí decir a un muchachito, al que le preguntaban qué le gustaría ser de mayor, que su sueño era ser una persona importante. Ese propósito encierra tan grandes horizontes que merece la pena ver si en nuestros hijos y educandos se caldea un deseo parecido. Es más frecuente de lo que pudiera parecer, aunque no lo confiesen de ese modo tan decidido. Más importante todavía es indagar el perfil de la “importancia” que desean. ¿Sobresalir? ¿Poder presumir entre los iguales, que ya no serían tan iguales? ¿Servir con algo que se intenta conquistar pero es difícil conseguirlo? ¿Ganar mucho? ¿Distanciarse de los demás o acercarse a ellos?

El mundo necesita, por encima de todo, corazones grandes que lo hagan más “mundo”, es decir, más hermoso, más limpio; más humano, más hermano.

martes, 3 de junio de 2014

Dušan Krtolica.


Dušan tiene once años. Es de Serbia, esa nación de los Balcanes rodeada por Hungría, Rumanía, Bulgaria, Macedonia, Albania, Montenegro y Croacia (viene bien repasar de vez en cuando la dichosa Geografía), que no tiene mar, pero que se siente recorrida y enriquecida por el soberbio canal Rin-Meno-Danubio y acariciada por el verdor de sus bosques que ocupan más de la cuarta parte de su superficie. Serbia tiene una historia muy antigua y muy agitada. Llegó a ser Imperio. Y en Serbia nacieron 17 de los emperadores romanos. Hoy, con siete millones y medio de habitantes, se esfuerza y logra sobresalir entre las naciones que fueron celtas y tuvieron que ser romanas, otomanas, germanas, yugoslavas…

Pero volvamos a Dušan. Nació el año 2002 en Belgrado. Y a los dos empezó a dibujar. A los 8 años hizo dos exposiciones de sus dibujos. Y así hasta cinco de carácter nacional.  Dibuja con pluma o lápiz. Y se ayuda de una lupa. Objeto de sus dibujos son los animales, las flores y las plantas. Los animales son los que ve en la Naturaleza y en libros con los que se ha podido hacer. Por eso añade animales ya extinguidos y algunos que él se inventa. Los dinosaurios y otros saurios menos dinos son frecuentes en las láminas en las que deben figurar. Porque se sabe de memoria las eras geológicas y los animales que las habitaron. Tiene espléndidos retratos de guerreros en sus caballos. Domina la perspectiva, la proporción y la luz-sombra como un maestro. 

Sería natural que le ilusionase ser, de mayor, pintor o dibujante. Pues no señor. Quiere ser zoólogo. ¿Es un niño obsesionado, atado, sometido al trabajo? ¡En absoluto! Es un niño que descubrió que le gustaba algo, que se vio alentado en ello, que se entregó a ese suave trabajo que supone dar la vida a lo noble que gusta y que hoy, sin petulancia ni rareza, destaca entre otros muchos muchachitos de su edad. Es un ejemplo y un estímulo para padres y educadores, que descubren en sus hijos, ya desde muy pequeños, una afición que va más allá “de lo de todos” y le acompañan en subir los peldaños de una dedicación placentera pero altamente ennoblecedora de sus vidas.

jueves, 3 de octubre de 2013

Eithne Patricia Ní Bhraonáin (Enya)



Enya Brennan. O simplemente Enya. Nació hace unos 50 años en Gweedore (Irlanda), sexta de nueve hermanos de una familia abierta a la música. Le gustan los gatos, la música de Sergio Rachmaninof (supongo que, sobre todo, el concierto de piano número 2: por lo mucho que a mí me dice), el cine clásico, sobre todo Rebeca (ya sabéis: Alfred Hitchcock, Laurence Olivier, Joan Fontaine…). Vive en su castillo de Manderley (Dublín), es católica y su nombre lo lleva el asteroide 6433 de la serie MPC, que no es poco. No sabe nadar y no da conciertos. Algunas de sus composiciones son banda sonora de alguna película y tiene al menos dos premios Grammy y varias decenas de discos de platino, es decir un montón de millones de discos editados. Es doctora honoris causa por las universidades del Ulster (Irlanda del Norte) y de Galway de su país.
Todo esto y muchas más cosas de Enya ya las sabías, sin duda. Pero vale la pena prestar atención a lo que afirmaba en una declaración cuando apareció uno de sus álbumes (1988).
Nada -excepto la música- es relevante para mí y no es que me esté escondiendo o justificando; tal vez por ello no tengo novio ni pasatiempo alguno. Para crear la música que compongo todo debe ser dejado de lado para así concentrarme por completo y lograr la composición tal y como yo la quiero. Yo creo que tienes sólo una oportunidad de elegir tu vida y tu trabajo: eso es lo que yo decidí sobre todas las cosas en esta vida y esa fue la razón por la que nació Watermark.
Es tan claro lo que dice, y tan rotundo, que merece tenerlo presente como un modelo para nuestra propia vida. Y para el camino en el que acompañamos a los que queremos. Los que reciben de nosotros afecto, reflexión y ayuda, luz y estímulo. Distraerse es muy fácil. Pero vivir distraído es muy triste. Y dejar que nuestros hijos o nietos o discípulos no busquen más que distraerse puede hacerles llorar un día.

jueves, 9 de agosto de 2012

August Czartoryski, sdb.


August Franciszek Maria Anna Józef Kajetan Czartoryski Muñoz y Borbón, IIº conde de Vista Alegre (y a la muerte de su madre, Iº duque del mismo título) se hizo salesiano. ¡Y cómo le costó! Había nacido el 2 de agosto de 1858 en el palacio Lambert de París. Su madre, María de los Desamparados Muñoz y Borbón (hija del matrimonio de la viuda de nuestro Fernando VII, María Cristina de Borbón-Dos Sicilias, con Agustín Fernando Muñoz y Sánchez) fue la primera esposa en 1855 del Príncipe Wladislaw Czartoryski, duque de Klewan.
Todo ese cruce de apellidos y títulos fue lo que hizo muy duro para Don Bosco  aceptarlo como miembro de su “humilde Congregación”, como decía porque sinceramente así la sentía. Se encontraron por primera vez en Lambert el 18 de mayo de 1884. Don Bosco había ido a pedir dinero para dar de comer a sus pobres muchachos y Augusto, con 25 años, quedó fascinado y sintió que Dios le llamaba a hacerse salesiano.
Como Don Bosco empezó diciendo que no le parecía oportuno y pasó a darle largas (“… rece, espere, piense en su familia”), el entonces todavía príncipe obtuvo del Papa León XIII esta decisión: “Vaya a Turín, lleve mis saludos a don Bosco y dígale que el  Papa desea que le acepte en su Congregación".
El 13 de junio de 1887, Don Bosco le recibió y le dijo: "Bien, lo acepto. Desde este instante, usted forma parte de nuestra sociedad y pertenecerá a ella hasta la muerte".
El 24 de septiembre Don Bosco (le quedaban al santo cuatro meses de vida) le impone la sotana en la Basílica de María Auxiliadora. El 2 de octubre de 1888 profesa como salesiano. El 2 de abril de 1892 recibe la ordenación sacerdotal. Y muere tuberculoso, como su madre, un año más tarde: 8 de abril. Fue beatificado por Juan Pablo II el 25 de abril de 2004.
Cuando, a pesar de la niebla, se ve claramente a Cristo que llama, no hay ni nobleza humana, ni presidencias de consejos de administración, ni palacios, ni riqueza, ni lisonjas, ni prometedores “partidos”… que corten el paso hacia el encuentro con el Maestro que sonríe y acoge. 
Nos resulta fácil achacar a mil razones la falta de respuesta a esas llamadas. No hay más que una: construimos un mundo lleno de nieblas, si no de tinieblas. En él nuestros hijos, niños, adolescentes, jóvenes, no aciertan a distinguir la entereza de Dios que los ama y la firmeza de Cristo que los invita de la falsedad de las sombras y la frialdad de las nubes.     

sábado, 10 de marzo de 2012

Salesianos hoy.


Don Bosco quería llenar el mundo con la obra de atención a los jóvenes necesitados. Programó, también para después de su muerte, porque ese fue el testamento que dejó a los suyos, que el mandato de Jesús “Id a todo el mundo” se cumpliese en la medida, el lugar y el momento oportunos.
Se trata de llevar la alegre noticia de Jesús, el calor de un hogar y medios de crecer como hombres y profesionales a la juventud con un futuro incierto.
La estadística al final de 2011 da estos datos: los Salesianos (y la obra de Don Bosco no es sólo la de los Salesianos, sino la de otros 28 institutos religiosos de la Familia Salesiana), que trabajan en 131 países del mundo, son 15.260. Y los que esperan poder profesar como salesianos al final de su noviciado, 414. Los obispos, en su mayoría en países pobres, son 121. De los que han hecho su profesión perpetua (los jóvenes deben pasar un periodo de prueba con votos temporales) 1.609 son coadjutores. El resto, los sacerdotes, son 10.433.
Cada año se dan las oscilaciones propias de todo organismo vivo. La Congregación salesiana disminuyó excepto en Asia Sur, Asia Este - Oceanía y África. De acuerdo con esto es natural que el número de novicios sea mayor en esas zonas, por ejemplo en India-Guwahati (24 novicios), Indonesia -Timor Este (21), Vietnam (20), África Central (22).
Además de 142 obras que buscan consolidar su servicio a la juventud, hay otras 1.823 ya oficialmente establecidas.
La Provincia religiosa salesiana (entre nosotros Inspectoría) con más salesianos es la del Centro-Norte de Italia Piamonte Valle de Aosta con 520. La que tiene menos en Europa es Hungría, con 37. La nación con mayor número de Salesianos es la india: 2.537. Y la que menos, Namibia, con 2.
Hay quien comenta: “No parece extraño que los salesianos trabajen, por ejemplo,  en Burkina Faso, Cabo Verde, Chad, Gabón, Ghana, Israel. Lesoto, Ruanda, Timor, Vietnam… Pero ¿por qué en países tan pequeños como Azerbaiyán, Islas Fiyi, Mauricio, Mongolia, Montenegro, Nepal, Papúa, Salomón y Samoa? 
La respuesta es doble o, al menos, vale una de sus partes: los Obispos nos piden que atendamos la pastoral de los pocos cristianos que viven en sus diócesis; la juventud necesitada y a veces abandonada también existe en esos países.
Esta breve exposición debería valernos para decir: “¡Me voy a misiones!”. O, como mínimo: “Esto que iba a gastarme en humo" (¡y hay tanto humo en nuestra vida aun en tiempo de crisis!) lo envío para los que tienen necesidad de evangelio, de pan y de un oficio para dar dignidad a su vida.

sábado, 14 de enero de 2012

Stenon.

Hoy hablamos de Stenon, porque el pasado 11 de enero hizo 374 años que nació como Niels Stensen, en Copenhague. No fue el inventor de la estenografía, como algunos creen. Ese fue el inglés John Willis, 38 años antes (aunque desde 1641 se prefirió llamar taquigrafía al sistema geométrico de escribir mucho en poco espacio y, sobre todo, hacerlo deprisa).
Niels Stensen (o Nicolás Stenon, como prefirió firmar cuando empezó a escribir en Latín) se formó con seriedad bajo la tutela de su padre, pastor luterano. Se inclinó por la Medicina y en su especialidad de anatomía descubrió, al diseccionar la cabeza de un cordero, la existencia de la glándula parótida (la que produce la saliva y la que, si se infecta, provoca la parotiditis o paperas). Más tarde le siguió el descubrimiento de la existencia de los óvulos en la mujer. Siguió sus trabajos de investigación, combatido y criticado, en su patria, en Francia y en Italia. En Florencia hizo la disección de un tiburón advirtiendo el parecido de sus dientes con las llamadas glossapetrae fósiles.  Y de ahí arrancó su teoría de la evolución de la tierra por sucesivas sedimentaciones y cataclismos. 
Le preocupó la unión de los cristianos. Y en 1667 se convirtió al catolicismo. Se ordenó de sacerdote en 1675 y se dedicó, en un ambiente de incomprensión (Leibniz, por ejemplo, escribió: “… de ser un gran científico ha pasado a ser un mediocre teólogo”), a su misión de pastor. Obispo desde 1677 se dedicó, como vicario apostólico en las tierras luteranas de las que procedía, a difundir la verdad. Murió pobre y entregado a su fe. El 23 de octubre de 1988 fue beatificado por el Papa Juan Pablo II.
Vale la pena este repaso de la vida de un gran hombre. Pero sobre todo valdrá si su honradez espiritual nos estimula en la búsqueda honrada de la verdad por el descubrimiento del proyecto que Dios tiene sobre cada una de nuestras vidas.

martes, 6 de diciembre de 2011

Felipe Rinaldi, 3er Sucesor de D. Bosco.


Ayer celebrábamos la fiesta de D. Rinaldi. Fue el tercer sucesor de Don Bosco como Rector Mayor (1922-1931) de la Congregación salesiana y Padre de la familia de Don Bosco. Es beato desde 1990.
España salesiana le debe mucho ya que desde 1889 hasta 1901 volcó su pasión por el Reino de Dios, primero como director de Barcelona-Sarriá y desde 1892 como inspector durante nueve fecundos años con 19 nuevas obras.
Alentó la vida espiritual de las Hijas de María Auxiliadora y fundó la institución que ahora son las Voluntarias de Don Bosco, Instituto secular.  
En cuanto a los Antiguos Alumnos, estructuró nuestras organizaciones a partir de 1906, lanzó la idea en 1909 de una Confederación internacional; presidió el Primer Congreso Internacional en 1911; alentó en ese Congreso la propuesta de que los antiguos alumnos erigiesen un monumento de agradecimiento a Don Bosco delante de la Basílica de María Auxiliadora; y asistió con gozo, como Prefecto General del entonces Rector Mayor don Pablo Albera, a su inauguración el 23 de mayo de 1920.
Tuvo siempre sobre los Antiguos Alumnos palabras de bondad, estima y atención, como las que dirigió a una asamblea de salesianos en 1926, siendo Rector Mayor: “Algunos creen que la organización de AA.AA. es algo inútil y la descuidan. Les recordaría  que los AAAA son el fruto de nuestras fatigas… trabajamos para hacerlos buenos cristianos. Por este motivo la Organización es obra de perseverancia… nos hemos sacrificado por ellos; no podemos perder nuestro sacrificio”.
Palabras que son eco de las preciosas para nosotros que le escribía años antes a un salesiano enviado en 1907 a España: “Cuida mucho a los antiguos alumnos: son nuestra corona; o, si prefieres, nuestra misma razón de existir, porque, al ser una Congregación educativa, es evidente que no formamos para el colegio, sino para la vida. Ahora bien, la verdadera vida, la vida real, para ellos comienza cuando salen de nuestras casas”.
Podemos terminar este recuerdo con una oración:
Señor: danos el impulso de tu Espíritu para que seamos fieles al proyecto que tienes sobre nosotros cuando nos acogiste en la escuela de Don Bosco.