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viernes, 12 de abril de 2019

Los crucificados de hoy (J.A. Mateos)

Traemos con permiso presunto un artículo de opinión de Jose A. Mateos en Salamanca RTV_aldía (2017):

Hay entre nosotros quienes preferirían un Cristo sepultado, un muñeco que llevar en procesión por las calles, un Cristo amordazado, un Cristo hecho a la medida de nuestros caprichos y de nuestros mezquinos intereses. No quieren un Dios que nos pregunte y que revuelva nuestras conciencias, un Dios que clame: 'Caín, ¿qué has hecho a tu hermano Abel?'

W. O'MALLEY, The Voice of Blood

Una semana importante para los cristianos, desde sus comienzos la Iglesia ha celebrado el Misterio Pascual de la muerte y resurrección de Jesús, momento cumbre de la historia de la salvación. Semana concentrada en tres días para celebrar el amor, la muerte y la vida, de ahí el nombre de Semana Santa. La participación en diferentes manifestaciones de religiosidad popular como procesiones, vía crucis, etc., son formas de celebrar el Misterio Pascual, pero debemos distinguir entre lo que es la devoción y la celebración misma de ese misterio en el Triduo Pascual: La Cena del Señor (Jueves Santo), La Muerte (Viernes Santo) y la Vigilia Pascual (Sábado Santo).
La muerte, puede ser lo más recóndito de la existencia humana, esa posibilidad de no ser, de llegar a un punto sin retorno, provoca angustia y miedo. Esa realidad irracional de la muerte tiene un punto culminante en la cruz de Jesús, su muerte no fue un error, fue el precio de su rebeldía, de su disidencia, en ella, un grito terrible: “Dios mío, Dios mío, por qué me has abandonado…” (Mc 15,34.37). Una muerte injusta, sufrida en soledad, silencio y abandono, en la que todos colaboran o porque piden la muerte directamente o porque callan para no complicarse.
Cada día, en el mundo, muchos justos son aniquilados como lo fue Jesús. Con la muerte del Justo no han acabado las muertes de los justos, por todos los rincones de la tierra se encuentran muchos hombres llamados a la impotencia y al sufrimiento. Muchos no entienden la fe en un crucificado, tampoco que los crucificados de ahora puedan hablarnos de Dios y evangelizarnos. No es fácil creer en un pobre entre los pobres, en un Dios que cuelga en un madero, es más fácil inclinarse ante un Dios todopoderoso que resuelva la vida una vez por todas. La justicia, como la verdad, complican nuestras vidas, para no complicarnos, callamos y hacemos la vista gorda y seguimos la rueda de la cotidianidad acomodándonos a todo. Todas las víctimas y ajusticiados injustamente tienen su razón de ser aunque solo sea para manifestar un grito contra la injusticia. La humanidad, sobre todo los “anawin”, dependen del grito de alguien, ese fue el grito de Jesús ante el abandono de todos, es el grito contra todo pragmatismo, es el grito contra todo lo que amenaza y destruye la dignidad y la libertad.
Los abandonados y crucificados en la época de Jesús eran anawim, hoy también. El “anawin” podía ser un pobre, aunque no necesariamente, escaso de bienes materiales básicos. Podía ser, aunque no siempre, una persona marginada o excluida socialmente, no siempre es un emigrante, un refugiado, un anciano olvidado o un drogadicto. Son todos aquellos que no tienen nada, incluido lo que necesitan para vivir plenamente, son aquellos que viven el desconsuelo, el abandono, el rechazo, minusvalía física y mental, enfermedad, depresión y la simple y sencilla soledad y miseria. El anawin, es aquel que nada tiene y pone en Dios su esperanza última, está seguro de que llegará un “día del Señor” que pondrá la historia y a todos en su sitio.
Está siendo una semana crucificados: Los ataques de Siria con armas químicas sobre víctimas inocentes y niños; el fanatismo terrorista se hizo presente en Estocolmo; Los 59 misiles dejados caer por Estados Unidos provocando toda una serie de muertos que se quedarán en el olvido; más de 50 cristianos asesinados en Domingo de Ramos cuando levantaban los ramos de la paz y la esperanza; los inmigrantes que se siguen apilando en las fronteras, los refugiados en las alambradas esperando su oportunidad en un mundo sin oportunidades; ACNUR está advirtiendo del riesgo de muertes masivas por hambre en el cuerno de África, Yemen y Nigeria aumentando los desplazamientos y refugiados por la sequía. Son ellos, no las imágenes que sacamos a las calles, los que continúan la Pasión de Dios, son también causa y principio de salvación del mundo. Los crucificados hoy, como ayer ofrecen al mundo la posibilidad de conversión, esperanza, amor, perdón, solidaridad, fe. Posiblemente esa realidad ha quedado oculta ante tanta estética religiosa en las calles, nuevas formas de adormidera, una religiosidad de circunstancias de otra época o de un mundo sin Dios, que oculta y oscurece al verdadero crucificado.
Nuestra misión de seguir a Jesús y de abrir la esperanza en la resurrección, que está ligada a bajar de la cruz a tantos crucificados. Debemos aproximarnos a esa realidad como el que tiene un tesoro escondido, hacernos cargo de la situación y aprender de ellos. Solo desde los anawin, podemos acceder a la resurrección de Jesús y dar testimonio de ella. Integrar en la cruz la experiencia de un Dios que se deja afectar por el sufrimiento humano y abrir una esperanza liberadora contra la injusticia que produce víctimas. La experiencia del Resucitado está llamando a nuestras comunidades a la solidaridad con los crucificados y a la lucha contra la injusticia, no solo a transformar el corazón del hombre, sino el corazón de un mundo sin corazón. La resurrección de Jesús es “la protesta de Dios contra la injusticia, la injusticia infligida a Jesús y a aquellos a quienes él sirvió” (T. Lorenzen).

jueves, 14 de diciembre de 2017

Adviento, un nuevo horizonte.

Conocí a Chiara Amirante hace bastantes años. Nos explicaba el proceso de su vuelco en la ayuda a los marginados por la droga. Decía: “Me dijeron los especialistas que iba a quedar ciega y le dije a Dios: Si conservo la vista daré toda mi vida para servirte en los más necesitados”. Y lo hicieron los dos: Dios y ella.
Me pareció entonces una muchacha frágil, inmensamente generosa, valiente, resuelta, emprendedora. Pero también extrañamente sencilla, encantadora con su constante sonrisa, cercana, segura…
Hoy es un personaje. No porque ella se lo crea (no lo necesita), sino porque se ha ido convirtiendo en una perla admirada, requerida y engastada entre las muchas acciones más acertadas que se realizan en la Iglesia en favor de los marginados.
Nació en Roma en 1966 y empezó en Roma, en la estación Termini, a dedicarse a sus destinatarios, el pueblo de la noche. Fundó en los años noventa la Comunidad Nuovi Orizzonti con los muchachos que se liberaban de los problemas de la drogodependencia, alcoholismo, prostitución, SIDA, salidos de la cárcel, niñas-madres, niños de la calle… con un camino de conocimiento de sí y curación del corazón que Chiara llama El Arte de amar.
Ha encontrado en los medios de comunicación social una plataforma eficaz para sensibilizar y obtener ayuda en sus proyectos. Y la ha encontrado también, a la vista de la solidez de sus iniciativas, en las autoridades de la Iglesia. El cardenal Tonini, por ejemplo, llevó al Sínodo sobre la vida consagrada (1994) la experiencia de Clara que es Consultora del Pontificio Consejo de la Pastoral para los Emigrantes e itinerantes, miembro de la Comisión científica para la revista People on the Move de esa Congregación, Consultora del Pontificio Consejo para la Promoción de la Nueva Evangelización, invitada en la XIII Asamblea general ordinaria del Sínodo de los obispos sobre el  tema La nueva evangelización para la transmisión de la fe cristiana.
El Centro estuvo en Trigoria, al Sur del EUR. En 1997 la comunidad se trasladó al Centro de formación, evangelización y acogida en Piglio (Frosinone) un poco más al Sur.
En el 2000 Chiara inauguró su primera fundación en Brasil y en Bosnia-Herzegovina (Međugorje). Y en 2006 lanzó la iniciativa de los Caballeros de la Luz en varios países.
Esto es Adviento hoy. Hacer que Jesús pueda nacer en los que más lo necesitan porque la vida (¿qué vida?, ¿la de quiénes?) los ha arrojado al pesebre del desinterés, la exclusión, el descarte, como tantas veces oímos describirlos a Francisco el Papa, el Padre de todos. 

lunes, 3 de julio de 2017

Aborto: el mayor sin-sentido.

La parroquia de San Miguel Arcángel y Santa Rita, en Milán, Italia, amaneció hace unos días con una pintada pro-aborto: “Aborto Libre (también para María)”.
Don Andrea, el párroco, reaccionó subiendo la foto de la pintada en el Facebook de la parroquia y escribiendo lo siguiente:
Estimado escritor anónimo de las paredes,
   Siento que no hayas sido capaz de seguir el ejemplo de tu madre. Ella tuvo coraje. Ella te concibió, continuó con el embarazo y te dio a luz. Podía haber abortado. Pero no lo hizo. Te crió, te alimentó, te limpió y te vistió. Y ahora tienes una vida y la libertad de elegir qué hacer con ella. 
   Una libertad que estás utilizando para decirnos que sería mejor que personas como tú no vengan a este mundo. Lo siento, pero no estoy de acuerdo. Y realmente admiro a tu mamá porque ella fue valiente. Y todavía lo es, porque, como cualquier madre, está orgullosa de ti, incluso si te portas mal, porque sabe que dentro de ti hay cosas buenas y sólo debes ser capaz de hacerlas salir. 
   El aborto es el mayor “sin sentido”. Es la muerte que vence a la vida. Es el miedo que le gana a un corazón que quiere luchar y vivir, no morir. 
   Usted quiere elegir quien tiene el derecho a vivir y quién no, como si se tratara de derecho simple.
   Es una ideología que vence a una humanidad a la que se quiere quitar la esperanza. Toda esperanza. Admiro a todas aquellas mujeres que, a pesar de mil dificultades, tienen el valor para seguir adelante. Tú, valor, no tienes ninguno, ya que te escondes en el anonimato. Y ya que estamos, también me gustaría decirte que nuestro barrio ya tiene muchos problemas y que no necesitamos gente que mancha las paredes y arruine lo poco bueno que nos queda. 
   ¿Quieres demostrar que eres valiente? Mejora el mundo en lugar de destruirlo. Ama en lugar de odiar. Ayuda a soportar sus dolores a los que están sufriendo. ¡Y da la vida, en lugar de quitarla! ¡Estos son los verdaderos valientes! 
  ¡Afortunadamente, nuestro barrio, el que tu destruyes, está lleno de gente valiente! ¡Que sabe amarte también a ti, que ni siquiera sabes lo que escribes!

sábado, 14 de enero de 2017

Castellio: los más sabios sean los más fraternales.

Entre sus atractivos y documentados escritos Stefan Zweig publicó en 1936 Castellio contra Calvino. Ambos, Calvino y Castellio, franceses, junto con Nicolás Cop y a partir del movimiento producido por otro francés, Guillaume Farel, hicieron de Ginebra la capital de la reforma de la Iglesia en la onda del eco de Lutero.
Pero ambos, Juan Calvino y Sebastián Castellio, que coincidían en algunos de los principios, no lo hacían en las maneras. Hasta el punto de que Castellio tuvo que abandonar la ciudad para establecerse, pobre y dolorido, en Basilea.     
Desde allí escribía de este modo al “jefe” ginebrino: 
"Os pido por el amor de Cristo que respetéis mi libertad y renunciéis al fin a cubrirme con falsas acusaciones. Dejad que profese mi fe sin coaccionarme, tal y como se os permite a vosotros la vuestra y como espontáneamente la reconozco. De todos aquellos cuya doctrina se aparta de la vuestra, no supongáis que están en un error, y no les acuséis acto seguido de herejía... Aunque yo, como otros muchos devotos, interprete la Escritura de un modo distinto a como lo hacéis vosotros, profeso con todas mis fuerzas la fe de Cristo. Seguramente uno de nosotros está equivocado, pero precisamente por eso amémonos el uno al otro. El Maestro revelará un día la verdad al que está equivocado. Lo único que sabemos con seguridad, tú y yo, o al menos deberíamos saber, es el compromiso de amor cristiano. Practiquémoslo y, al hacerlo, cerremos así la boca a todos nuestros adversarios. ¿Consideráis que vuestra interpretación es la correcta? Los demás piensan lo mismo de la suya. Que los más sabios se muestren, por tanto, como los más fraternales y que no permitan que su saber les vuelva arrogantes, pues Dios lo sabe todo y doblega a los orgullosos y ensalza a los humildes."
Castellio, estudioso, celoso buscador de la Verdad y excelente pedagogo, llega hasta nosotros con esas palabras para reforzar una convicción tan necesaria como descuidada: por encima de la verdad personal está el amor entre las personas. No se educa sino con el amor. Se puede intentar clavar ideas en las mentes, itinerarios en los pies y palabras en las lenguas. Pero si no hay fuego que salga del corazón y vaya a los corazones, la educación, si logramos algo parecido a ella, será a la larga un peso  que se sacuda o un amaestramiento que haga más animales a los hombres.

martes, 23 de agosto de 2016

La Jornada Mundial de la Juventud en Alepo (Siria).

La nota que nos llega de Alepo (Siria) donde el corazón late fuerte, no solo por la amenaza de los bombardeos, sino en otra esfera donde siguen siendo posibles el amor y la esperanza, nos llena de admiración y nos anima a una solidaridad más valiente.
“Los Salesianos en Alepo, junto con las iglesias locales y alrededor de 30 asociaciones y grupos scout, organizan el 29 y 30 de julio, coincidiendo con el Día Mundial de la Juventud en Cracovia, la JMJ de Alepo con el título “Mover el corazón”, que tendrá las participación de más de 1.200 jóvenes.
La presencia salesiana en Alepo, a pesar de la guerra, se mantuvo cerca de la población y continúa su trabajo educativo pastoral especialmente con los jóvenes y con el espíritu de Don Bosco. Una vez que finalizaron las actividades de verano, que involucró a unos 950 jóvenes y 85 animadores, el oratorio se mantiene abierto y muy activo.
No pudiendo estar presentes en la JMJ en Cracovia, los Salesianos de Alepo han decidido organizar un evento que de alguna manera podría hacer llegar la JMJ hacia Alepo. De esta manera ha partido la idea de hacer una JMJ en Alepo, con el tema “Mover el corazón”, que la organizan las iglesias locales, con la aceptación de los Obispos de las Iglesias Orientales e Iglesia Católicas de Alepo y con la participación de 30 asociaciones y grupos scout.
El P. Pier Jabloyan, SDB, vicario de la obra Salesiana de Alepo Salesiana, explicó a Vatican Insider: “Mover el Corazón”, significa el movimiento del corazón que tuvo Jesús con la gente pobre que ​​es una invitación abierta a los jóvenes para asimilar los sentimientos de Jesús para con los otros. Hasta la fecha no tenemos un vínculo con el evento mundial, aunque nos gustaría hacer llegar la voz de los jóvenes de Alepo al Papa.
La misericordia en mi país - continúa el P. Jabloyan - y especialmente en mi ciudad de Alepo, se manifiesta diariamente a través de las personas de buena voluntad que realizan verdaderos actos de piedad y muestra cómo el Señor resucitado es verdaderamente el Señor de la vida. No tenemos mucho que decir, tratamos de hacer el bien en función de las posibilidades que tenemos y frente a la situación que estamos viviendo, porque aquí nada es seguro”.
"Asistimos al golpe de los morteros, escuchamos las bombas, los proyectiles perdidos y las ametralladoras... No podemos acostumbrarnos a una guerra que recoge cada día vidas inocentes". Concluye el P. Pier “En estos tiempos de guerra, hay que tomar en serio la piedad, la misericordia y el perdón, porque sin misericordia y sin perdón la guerra no tendrá fin”.

lunes, 10 de agosto de 2015

Del Papa (y 2).

EDUCAR: «Educar a los jóvenes a salir, a ir, a ser callejeros de la fe, andarines de la fe. Así hizo Jesús con sus discípulos: no los retuvo pegados a sí, como una clueca con sus pollitos. Los envió. Empujemos a los jóvenes para que salgan. ¡Claro que harán disparates! ¡No tengamos miedo! Los Apóstoles los hicieron antes que nosotros. ¡Empujémoslos a salir!» (27 de julio de 2013, Río de Janeiro, catedral de San Sebastián).
FE: «La fe es entera, no se bate. Es la fe en Jesús. Por favor, no batáis la fe en Jesús. Existe el batido de naranja, existe el batido de manzana, existe el batido de plátano, pero por favor no bebáis batido de fe» (25 de julio, Río de Janeiro, playa de Copacabana).
GOZO: «El cristiano es alegre, no está nunca triste. El cristiano no puede ser pesimista. No tiene la cara del que parece estar de luto perpetuo. Si de verdad estamos enamorados de Cristo y sentimos cuánto nos ama, nuestro corazón se inflamará con un gozo tal que contagie a todos los que están cerca de nosotros» (24 de julio de 2013, Santuario de Aparecida).
ÍDOLOS: «Es verdad que hoy un poco todos y también nuestros jóvenes sienten el encanto de tantos ídolos que se ponen en el lugar de Dios y parecen dar esperanza: el dinero, el éxito, el poder, el placer. Con frecuencia una sensación de soledad y de vacío se abre camino en el corazón de muchos y conduce a la búsqueda de compensaciones, de esos ídolos pasajeros» (24 de julio de 2013, Santuario de Aparecida).
LAZOS DE SORPRESA: «Dios actúa  y nos sorprende. La historia de este santuario de Aparecida es un ejemplo de ello. Tres pescadores, después de una jornada vacía, sin lograr pescar, en las aguas del rio Parnaíba encuentran algo inesperado: una imagen de Nuestra Señora de la Concepción. ¿Quién hubiera imaginado que el lugar de una pesca infructuosa se habría convertido en el lugar en el que todos los brasileños pueden sentirse hijos de una misma Madre? Dios siempre sorprende. ¡Dios siempre reserva lo mejor para nosotros! Pero pide que nos dejemos sorprender por su amor, que acojamos  sus sorpresas» (24 de julio de 2013, Santuario de Aparecida).

lunes, 27 de abril de 2015

Mi DNI y mi D.C.I.

Es, cuando menos, curioso leer el camino que ha hecho el DNI desde su nacimiento hasta hoy. Nos dice la Historia que las epidemias en Europa con sus bajas en el siglo XVI, el envío de más y más soldados al Nuevo Mundo a partir de ese mismo siglo, la emigración que se produjo en la misma dirección casi inmediatamente, el intensísimo comercio con aquellas tierras hicieron que se impusiese una cédula de composición para identificar a los que viajaban desde estas partes.
Dos siglos más tarde, y para atajar los “frutos” y desmanes del bandolerismo, aparecieron las cédulas personales y cartas de seguridad, especialmente para los que realizaban alguna transacción o gestión oficial.
Y así, más o menos, hasta 1944, cuando apareció en sus primeros paños el actual DNI, que ha ido vistiéndose con los adelantos de la técnica y la exactitud.
¿He pensado alguna vez que mi vida, con todo lo que encierra, oculto y manifiesto, es un elocuente DCI de mi persona? Como no se trata de nada político, sino de honda raíz interior, lo podemos llamar así: DCI, es decir, Documento Cristiano de Identidad.
Los datos de mi DNI pertenecen a la esfera de mi vida y conducta social. Y lo conocen los agentes de esa esfera. Pero mi DCI lo guardo a veces tan celosamente, que nadie se entera de que lo tengo. ¿Es que toca ocultar lo que me hace más grande de verdad, más noble en mis intenciones y actos, más fecundo en obras y entrega?  

Mi ADN o, lo que es lo mismo, mi Ácido Desoxirribonucleico, es un documento más íntimo, más lleno de contenido, más yo mismo. Porque me sitúa en lo hondo de mi ser. Pero también aquí hay otro paralelo con mi otro Ser, el que ser alimenta de Fe y produce frutos de Amor. ¿De verdad que lo conozco? ¿De verdad que la identidad de mi persona es convertirme en regalo de Vida en mi encuentro con los demás? ¿De verdad que considero al otro, a cada otro, como el rostro en el que quiere Dios que le vea a Él?

sábado, 13 de diciembre de 2014

Adviento.

Un viejo y buen amigo, padre de familia y rico de experiencias, me escribe en este Adviento con los sentimientos que florecen cuando se mira el mundo desde los brazos del Padre que nos ha regalado a su Hijo, al que ya no esperamos porque, afortunadamente ya está con nosotros. Usamos con demasiada insistencia en este Adviento de lo que llamamos Liturgia y de nuestra vida desesperanzada verbos y tiempos de los antiguos creyentes, de los perseguidos en la Historia, del Antiguo Testamento, para pedir a Dios lo que ya nos ha dado. Y, pidiendo que venga, puede suceder que pensemos tanto en nosotros mismos que no nos demos cuenta de que camina a nuestro lado. Puede suceder que seamos discípulos llorosos de Emaús, presuntuosos albaceas de un fracaso inesperado que no es ya el fracaso de un Profeta y de su profecía, sino del de quienes no hemos sabido comprender que lo que creímos profecía es ahora Vida, Vida en abundancia, Vida completa y definitiva porque es Vida divina que se nos ha dado en plenitud.
Escribe mi amigo:                     
“… Y yo que, sin saber de Dios ni de su enorme misterio, solo entiendo ya la vida bajo la luz de sus palabras; y yo que le negué y le escondí, y me avergoncé de su nombre y ahora sólo encuentro razón en el milagro de su ejemplo; y yo que le pedí lo imposible y ahora sólo le pido su mano tibia y su amor sin descanso; y yo que pequé y renegué de Él, vuelvo a Él como un cordero descarriado o un pájaro sin nido; y yo, que tanto bebí del árbol de la ciencia y que tanta fe puse en negar la exactitud de Su existencia...vuelvo ahora, ¡ahora!, a Él  como un niño fatigado a dormir en sus brazos...”.

“Estas palabras pueden hacer nacer esperanza, bondad y amor pues no son mías. Vienen del dolor con el que mi Padre me ha probado y al que no puedo fallar. Él no dio a su Hijo ni un día de descanso... ¿Quién soy yo para darme un mérito? Solo digo lo que me inspira su ejemplo. Y a propósito de Dios entiendo ahora el mundo y rechazo la razón. El vendrá a nosotros en poco tiempo. Vuelven la esperanza, la alegría y el gozo. Pero no debemos equivocarnos: la Pureza de María es la prueba de que estamos ante la Verdad límpida y el Hijo que nos dio la prueba exacta de que estamos ante un mensaje cierto. Cuando leo el Evangelio encuentro verdades que nadie ha podido explicar y cuando reflexiono sobre sus textos lo entiendo todo, todo lo que ningún hombre ha podido explicar. Solo soy un niño extasiado por algo que no entiendo, pero que me hace temblar de emoción...”.

miércoles, 29 de octubre de 2014

El amor y la muerte.

El libro de los meshalim o, como nosotros traducimos, de los Proverbios, es una corriente sabia e inteligente que ocupa un lugar respetado en el conjunto del antiguo testamento de la Biblia. Figuran en él los llamados Proverbios de Salomón, pero también, y casi en epílogo, las Máximas de Agur, hijo de Yaqué, el masaíta y las de Lemuel, rey de Masá, que le enseño su madre. Masá, que significa tentación, tiene que ver, sin duda, con Rafidim, el lugar donde el pueblo se quejó por no tener agua y Moisés la hizo brotar de la roca de Horeb.
No pertenece a la colección que comentamos el “relato rabínico” que sigue. Pero bien pudiera tenerse presente para que nuestra vida, que nos parece tan dura, pudiera verse en el fondo del corazón, como fuente del Amor, que siempre es Vida. En el libro de los Proverbios leemos (10,2):
            Tesoros mal ganados  no aprovechan,
             pero la justicia libra de la muerte.    

En el mundo han sido creadas diez cosas duras.
La montaña es dura. Pero el hierro puede romperla.
El hierro es duro. Pero el fuego puede doblarlo.
El fuego es duro. Pero el agua puede apagarlo.
El agua es dura. Pero las nubes pueden llevarla.
Las nubes son duras, pero el viento puede disiparlas.
El viento es duro. Pero el cuerpo puede resistirlo.
El cuerpo es duro. Pero el miedo puede romperlo.
El miedo es duro. Pero el vino puede alejarlo.
El vino es duro. Pero el sueño puede vencerlo.
El sueño es duro. Pero la muerte puede acabar con él.
La muerte es más fuerte que cualquier otra cosa.
Sin embargo, el amor libra de la muerte. 


sábado, 28 de junio de 2014

Pastor y pasto.

Entre las más de cincuenta “letrillas” que se atribuyen al cordobés  don Luis de Góngora y Argote (1561-1627), poeta, como todos saben, luminoso y oscuro, original y clásico, innovador y moderno,  inteligente, agudo, almíbar algunas veces y ácido las más, hay una, de 1609, que él titula A lo mismo.
Hoy, día del Corpus desde hace 768 años, complace escribirela en la mente primero, leerla con la fe después y gustarla, por fin, con el amor con que él la sintió y declamó. Es profunda y dice tan bellamente tanto que vale la pena acariciarla sin prisas, llegando a sus venas más profundas con la devoción y respeto con que el poeta sacerdote la escribió.

Oveja perdida, ven
sobre mis hombros, que hoy
no solo tu pastor soy,
sino tu pasto también.

Por descubrirte mejor,
cuando balabas perdida,
dejé en un árbol la vida,
donde me subió tu amor;
si prenda quieres, mayor,
mis obras hoy te la den.
Oveja perdida, ven
sobre mis hombros, que hoy
no solo tu pastor soy,
sino tu pasto también.

Pasto, al fin, hoy tuyo hecho,
¿cuál dará mayor asombro,
o el traerte yo en el hombro
o el traerme tú en el pecho?
Prendas son de amor estrecho,
que aun los más ciegos las ven.
Oveja perdida, ven
sobre mis hombros, que hoy
no solo tu pastor soy,
sino tu pasto también.

miércoles, 14 de agosto de 2013

Edith Stein.



Edith Stein nació el 12 de octubre de 1891 (gran día para los judíos: Yom Kippur) en Breslau (Breslavia). Y murió con su hermana Rosa (siendo ambas carmelitas) como Sor Teresa Benedicta de la Cruz, en una cámara de gas de Auschwitz el 9 de agosto de 1942. Este mismo día de cada agosto se celebra en la Iglesia católica su fiesta como santa y patrona de Europa.
Los breves 48 años de su vida estuvieron jalonados por su vida feliz con su madre y sus diez hermanos (el padre murió cuando Edith tenía dos años); su resistencia a la escuela porque en ella no enseñan nada que ella no sepa y se aburre; su abandono de la fe hebrea a los 12 años "para afirmarse como un ser autónomo"; “una viva tendencia a la búsqueda de la verdad"; la entrada en la universidad; el encuentro con la fenomenología como algo más que una aventura de la mente; su tesis de doctorado sobre la empatía con el descubrimiento de la "alteridad"; su disposición a la escucha; su servicio como enfermera en la guerra; la visita, determinante para su futuro, a su amiga Ana, a la que encuentra serena y sostenida por la fe, viuda de Adolf Reinach, convertidos al catolicismo ("Este fue mi primer encuentro con la cruz y con la fuerza divina que transmite a los que la llevan... Fue el momento en que se desmoronó mi irreligiosidad  y brilló Cristo"); la lectura de un tirón, en casa su amiga Hedwig Conrad-Martius, de la autobiografía de santa Teresa de Jesús ("Cuando cerré el libro me dije: Esta es la verdad"); su Bautismo el 1 de enero de 1922 ("Había dejado de practicar mi religión hebrea y me sentía nuevamente hebrea tras mi retorno a Dios"); su deseo de ser carmelita (“... hoy soy mucho más consciente de lo que significa ser esposa del Señor en el nombre de la cruz”); estudia, da clases, escribe...; le aterra la llegada del nazismo (envía una carta para el Papa en nombre de su pueblo); el 14 de octubre de 1933 entra en el Carmelo de Colonia (votos temporales el 21 de abril de 1935; el 21 de septiembre de 1938 los perpetuos: "Que ya sólo en amar es mi ejercicio" repetía a su san Juan de la Cruz en el recordatorio de su profesión); la trasladan a Echt (Holanda) con su hermana Rosa; presas el 2 de agosto de 1942 las apresan y llevan a Westerbork, como venganza por un escrito de los obispos holandeses contra las acciones sobre los judíos ("Ven, vayamos, por nuestro pueblo", le dice a Rosa); el 7, con 987 judíos más, las llevan a Auschwitz donde muere en la cámara de gas el 9 de agosto de 1942 ("Quien pertenece a Cristo debe volver a vivir toda Su vida; debe madurar y convertirse en un otro yo, debe recorrer el camino de la crucifixión, debe dirigirse a Getsemani, debe subir al Calvario".

viernes, 9 de agosto de 2013

Aparecida.



El 10 de julio de 2007 el Papa Benedicto XVI aprobó el documento conclusivo de la Quinta Conferencia del episcopado latinoamericano:

"Al mismo tiempo que expreso mi reconocimiento por el amor a Cristo y a la Iglesia, y por el espíritu de comunión que ha caracterizado dicha Conferencia General, autorizo la publicación del Documento Conclusivo, pidiendo al Señor que, en comunión con la Santa Sede y con el debido respeto por la responsabilidad de cada Obispo en su propia Iglesia particular, sea luz y aliento para una fecunda labor pastoral y evangelizadora en los años venideros."

Se había compuesto del 13 al 31 de Mayo del año citado en el Santuario de Nuestra Señora de Aparecida, a 260 kilómetros de Río en un valle del estado de Sao Paulo, el centro de peregrinación más grande del mundo. Es un sustancioso mensaje social orientado por el entonces arzobispo de Buenos Aires, Monseñor Jorge Mario Bergoglio y actual Papa Francisco, como fruto de un amplio, ordenado y complejo dialogo: una mirada a la pastoral, con atención preferente hacia los pobres, una sacudida a la creatividad y renovación de la Iglesia. «¡Necesitamos un nuevo Pentecostés! ¡Necesitamos salir al encuentro de las personas, las familias, las comunidades y los pueblos para comunicarles y compartir el don del encuentro con Cristo, que ha llenado nuestras vidas de sentido, de verdad y amor, de alegría y de esperanza!». Bergoglio decía de él: «El documento de Aparecida no se agota en sí mismo, no cierra, no es el último paso, porque la apertura final es sobre la misión».



Sus tres partes contemplan la vida de nuestros pueblos hoy con los discípulos misioneros atentos a la realidad, la vida de Jesucristo que despierta en ellos la alegría de seguirlo, su llamada a la santidad, la comunión entre ellos y su formación; la vida de Jesucristo para nuestros pueblos en la misión al servicio de la vida, de la dignidad humana, de la familia, de las personas y de la vida. Y la atención a la cultura propia de nuestros pueblos.



Se cierra con una larga y encendida petición: “¡Quédate con nosotros, Señor…!”.

martes, 30 de julio de 2013

Río.



Cuando al primer día del año 1502 el hispano-portugués Gaspar de Lemos, de la escuadra de Pedro Álvares Cabral, entró en la bahía de Guanabara, dio al lugar el nombre de San Sebastián de Río de Janeiro, el mes del descubrimiento. Buscaba plata. Aunque prefería oro, como todos los grandes navegantes, descubridores y colonizadores… no podía dejar de sentir el honor de haber llegado a aquel santuario acogedor y sorprendente. ¿Podía imaginar que quinientos años más tarde aquella inmensa y bellísima bahía sería un paraíso del turismo y del ocio, del placer y de la diversión y de muchas cosas más, no todas luminosas, justas y pacíficas? Invocó y le dio el nombre de San Sebastián, el joven asaeteado por preferir a Cristo en vez de la fidelidad al emperador.
Más de seis millones y medio de pobladores actuales (un poco más de la mitad, blancos; la tercera parte, “pardos” o mestizos; y el resto, negros) han podido escuchar al Papa de los católicos (en Río un poco más de tres millones y medio) entre sus primeras palabras al llegar el día 22: “No he venido a traer ni oro ni plata, sino lo más valioso, Jesucristo". La misión que el Papa lleva es la de invitar a optar por Cristo. Es la propuesta que hace a los jóvenes que han llevado la Cruz como signo de su opción. 
El mundo está lleno de la sabiduría de los que dominan el arte para convencer a los jóvenes de que mientras se es joven no se puede renunciar a nada que sea placentero. Es muy fácil distraer de la  contemplación de Jesús (que es Amor, entrega a los otros) demostrando que vender todo por seguirle no es muy halagüeño.
Por eso el Papa llama la atención a los que, embobados por el brillo del oro y de la plata, no pueden ver en Jesús la grandeza, la bondad, la belleza, la valentía, la generosidad de renunciar a una piedra para apoyar la cabeza con objeto de ser capaz de dar la vida por un amigo.