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jueves, 11 de julio de 2019

El amigo inteligente y fiel.


Supongo que conoces la anécdota. A la niña se la cae la pelota al agua. Y, ¡no faltaba más!, avanza para recuperarla. El pastor alemán de la familia se adelanta, tira de la falda a la niña y la aleja del agua hasta que cae sentada; se mete en el agua no profunda y recupera la pelota que lleva a su propietaria.
A lo mejor te preguntas qué hacía mientras tanto el autor, sin duda adulto, del video, que no se adelantó al can amigo en su acción y, tranquilamente, se dedicó a hacer una toma tan simpática.
A mí se me ocurre imaginar que se daba cuenta de que no había peligro para la niña si  entraba en el agua. Pero el regalo de estos segundos valía la pena, excluido el riesgo, para hacernos pensar en la grandeza de la fidelidad de un animal cercano, probablemente tratado con cariño, partícipe a su modo de la vida de la familia, con el sentido de generosidad, identificación y entrega que cabe en un perro por animal que sea.
A veces convivimos con los hijos por costumbre, porque no hay más remedio, porque ya se valen ellos, porque estamos hartos de que no nos hagan caso…
En el fondo estamos cansados de ellos. Porque no hemos sido capaces, con tiento, respeto, pero intensa atención inteligente, de hacerlos fieles, es decir, capaces de amar sus raíces familiares, de identificarse con ellas porque en ellas descubren luz, calor, entusiasmo, alegría, fe mutua, aceptación sincera y apasionada, intenso placer de pertenecer a un hogar que los hace felices.

viernes, 25 de enero de 2019

Fieles, fieles, fieles...


No sé cómo se llaman ellos, pero sé que su amigo, el mendigo  a quien esperan, se llama César, un sintecho de Rio do Sul - un ayuntamiento de Brasil en el Estado de Santa Catarina - que está en el hospital para una cura que no interesa para nuestro fin.
Es medianoche y ellos, los cuatro amigos, sin una voz, sin dar un paso donde saben que no deben, esperan que salga su amigo. Que lo quieren, que lo necesitan, que no se separarán de él porque le necesitan para vivir porque no pueden vivir sin él. Y no es por lo que les da, sino porque su vida, la de César, es la ellos, los perros amigos.
Si tienes ocasión búscalo en alguno de estos medios que nos asoman a la vida y podrás ver a César, sentado en la acera, casi ciego del ojo izquierdo, que es el lado hacia el que apunta su corazón que es todo cariño.     
Este hecho tan simple, tan profundo y tan clamoroso despierta sin duda en tu tesoro más grande que es el afecto, unas ganas tan sinceras, tan emocionadas, tan decididas, tan valientes, que a lo mejor se convierten en lágrimas de impotencia o rebelión contra ti mismo porque no haces nada.
En toda vida humana, con una respuesta u otra, desde la de los valientes que se lanzan, hasta la de los cobardes que envejecen preguntándose “¿Y yo qué voy a hacer?” hay siempre un momento en el que podríamos sentir el placer de dar un paso adelante, dejando atrás todo lo que nos ataba a nuestro afán de ahorrarnos. 

miércoles, 12 de septiembre de 2018

Lucky se ha muerto de pena.


Resumo de los diarios: Un perro Pastor de la Maremma, de dos años y medio, ha muerto de pena.   
Lucky era feliz con su joven propietaria. Y se portaba siempre correctamente, aunque crecía y crecía, alguna vez se escapaba (¡solo dos veces!) para dar una vuelta por el pueblo, pero sin hacer mal a nadie. Y ladraba, ladraba mucho y bien, sobre todo de noche. Hasta que la denuncia de la gente ante el tribunal correspondiente hizo que el responsable del Ayuntamiento lo condenase a vivir en la perrera del pueblo.  
Poco a poco se observó que Lucky estaba mal, de modo que hubo que llevarlo a la clínica canina. Allí le visitaron durante algunos días tanto la dueña como sus amigos. Pero nada valió para sacarlo de la mortal tristeza de sentirse solo en la historia.
Cualquier ser vivo despierta admiración. Y simpatía: “¡Vive su vida como yo la mía!”. Pero cuando el ser vivo es un ser humano, sobre todo si vive alimentado por la seguridad de que sus padres le quieren,  y un día descubre que no es verdad, que se interesan más en otros objetivos, porque andan liados por dar cauce a otros amores, empieza la irremediable enfermedad del desvío. Que desemboca en el saboreo amargo de la decepción más honda, en la muerte del amor, en el deseo del desquite, en  la venganza, si es posible y del modo posible, contra quien debiera alimentarle sin reservas con el fecundo aliento del amor.
Don Bosco decía que la educación es cosa del amor. La auténtica educación nace y crece en el amor. Un buen ejercicio de análisis de la propia conducta de educador –en esas estamos- es observar, juzgar y condenar la de los que construyen lo humano sin humanidad movidos por dar respuesta al propio yo tantas veces envenenado por el egoísmo. 

jueves, 26 de abril de 2018

El "Gris": el perro de Don Bosco.


Al perro que desde 1854 hasta 1864 esperaba a la puerta y acompañaba a Don Bosco en su salida hacia Turín le llamaron los muchachos, por su color, El Gris. Conoces bien aquella forma especial de defensa que sin duda se le regalaba a Don Bosco en tiempos calamitosos de pobreza y violencia.   
Resumo lo que el coadjutor salesiano Renato Celato narraba con ocasión de la inauguración del gran templo dedicado a Don Bosco en Cinecittà, Roma, a primeros de mayo de 1959 para la que se había llevado desde Turín la urna con el cuerpo del Santo.
En el regreso a Turín se detuvieron en la casa Salesiana de La Spezia: un perro estaba junto a la puerta de la iglesia. El señor Bodrato intentó alejarlo dándole una patada. El perro no reaccionó. Al llevar la urna al templo, entró el perro. El Director pidió a los policías que lo echaran. No lo lograron. Se quedó en la iglesia hasta mediodía.
«Cuando iban a cerrar la iglesia, el perro salió al patio entre los muchachos que le acariciaban. Yo me uní a ellos.                                                   
Fuimos a comer en el primer piso: El perro subió hasta allí y tranquilamente empujó la puerta, entró en el comedor y se puso a pasear entre las mesas.
Le ofrecieron pan, carne, salame... No lo tocó. Un salesiano le dio una patada para alejarlo. El perro no se inmutó y se quedó hasta el final de la comida paseando entre los presentes. Poco antes de la oración de gracias, abrió la puerta y salió.
Volvimos a la iglesia para continuar el viaje. Estaba bajo la urna. ¿Cómo había entrado si la iglesia estuvo cerrada? Después de cargar la urna en el furgón le saqué una foto. 
Salimos hacia Génova-Sampierdarena, pasando por el puerto del Turchino. Don Fidel Giraudi, que iba junto a mí en el coche, me decía de vez en cuando: “¡Fíjate y mira si sigue el perro!” Y seguía. Siempre detrás de nuestro furgón, también en los pueblos.
Lo vi todavía hasta la tercera curva. Después despareció».

sábado, 17 de marzo de 2018

Fiel, sin que se me pida serlo.


Copio, más o menos, de la prensa: Javier Mercado se encuentra solo en su casa, en Seattle, estado de Washington. Con él está su perro Rex de dos años, pastor alemán.  Entran en la casa dos ladrones armados.
 "Me escondí en mi habitación, asustado, y luego me encerré en el armario. Pero mientras yo me escondía, Rex se lanzó escaleras abajo ladrando con todas sus fuerzas”, contaba después Javier. Javier podía oír todo y oía los pasos que se acercaban y a Rex que ladraba cada vez con más fuerza. Los ladrones empezaron a golpearlo mientras buscaban algo que llevarse.
"Lo golpearon con algo – explicaba Suzy Cadena, prima de Javier – y el pobre perro quedó tendido en el suelo".
Entraron entonces los ladrones en la habitación del armario en el que se escondía Javier. Rex se dio cuenta del peligro y se levantó. “Se lanzó con la fuerza que le quedaba contra los dos que, entonces, le dispararon”. Explica Suzy. "Oigo a los ladrones que dicen: ´Me ha mordido, me ha mordido´ y oigo después un disparo y a Rex que gime… más disparos y a Rex que se queja por cada tiro”. Tres balas le abaten, pero en ese momento se oyen a distancia las sirenas de la policía que convencen a los ladrones que deben huir.
Javier salió y fue corriendo a atender a Rex al que se tuvo que intervenir quirúrgicamente.  
"Si no hubiese estado Rex - concluye Javier – habrían abierto la  puerta del armario y me habrían encontrado. Creo que no estaría aquí para contarlo”. Su prima añade: "A Javier le protegió su eterno amigo hasta las últimas fuerzas que tenía". Amor. Del bueno.
Solemos llamar Chucho al perro del que no sabemos el nombre. En Italia lo llaman Fido. Que quiere decir, Fiel.
Y leyendo el caso de Javier me preguntaba: ¿Soy fiel a alguien al que debo ser fiel? ¿Hasta qué punto? ¿Con cuánto gasto? ¿En qué medida de mí mismo? ¿Y hasta qué medida de la necesidad del que requiere mi fidelidad? ¿Soy fiel sin que se me pida serlo? ¿Y a cuántos debo serlo? ¿Educo, formo, consolido la personalidad de los que se me confían con esa preocupación? ¿He pensado que mi fidelidad se transparenta en mis actos, gestos, atenciones, palabras… y que es el mejor instrumento para infundirla en los que se me confían?

domingo, 27 de agosto de 2017

Amor... su gran fuerza y poder.

Tal vez lo foto no explique bien lo que pasaba. Trato de completarlo. Malkia y Adela son los nombres de dos leones (o leonas) del Malkia Park, un refugio para grandes felinos de Orechová Potôn, en Eslovaquia. No era el lugar apropiado y se las trasladó a un centro especializado. Tres cuidadores las atendieron hasta que se les dio su hogar definitivo en uno adecuado.
En la foto vemos a Michaela Zimanova, una de los tres cuidadores, fundida en un abrazo con una de las leonas. Es una foto, pero en el breve video del reencuentro del que puedes gozar no hay solo un abrazo. Es una catarata de lamidos y abrazos de la leona sobre la feliz Michaela el pasado 5 de agosto. Michaela advierte: “¡No se os ocurra hacer lo que he hecho yo. Son y seguirán siendo animales salvajes, no gatitos domésticos!”
¿Y qué ha hecho Michaela? Amar. Amar de verdad. Intentar llegar a lo más hondo de la sensibilidad de dos animales (¡que la tienen!) y acompañarles en su crecimiento y en su adaptación a una vida y un lugar nuevos. Administrar su presencia y cercanía con verdadero afecto comunicado; construir una aceptación mutua observando, complaciendo, educando, exigiendo, acariciando.
Es una lección de maestros. ¿Es posible que el desvío en su conducta de nuestros hijos, de nuestros educandos, se deba a falta de amor? Sin duda. Sin ninguna duda. Sentir y manifestar amor en todo lo que se vive, lleva a identificarse con el que nos ama. Y desviarse de lo que se sabe que desagrada al que nos ama es una traición de amor que nunca cabe en la conducta del que se ha sentido abrazado por ese amor.
Los que han vivido esta experiencia no suelen comunicarla porque consideran tan elemental esa relación entre el amor y la fidelidad que la suponen en todos los padres y educadores.

sábado, 28 de noviembre de 2015

Antona García.

Tagarabuena es casi un barrio de la noble ciudad de Toro, en la provincia de Zamora. De allí era una aguerrida moza, Antona García que, por su belleza y calidad humana, enamoró a don Juan de Monroy, hijo del señor de Belvís de Monroy, de Cáceres. Y con él se casó. En la contienda entre los partidarios de Juana, llamada la Beltraneja, e Isabel, hermana del rey Enrique IV de Castilla, fallecido en 1474, Monroy y su esposa Antona tomaron parte declarada por Isabel. Y el portugués conde de Marialba, de la parte de Juana, con los portugueses que los apoyaban, condenaron a muerte a Juan de Monroy, Pedro Pañón, Alonso Fernández Botinete, a un pastor llamado Bartolomé y a Antona, esposa de Monroy.  
Cuenta la historia (y a lo mejor es verdad) que a Antona, ajusticiada ante 400 soldados en la Plaza Mayor de la ciudad, la colgaron, como escarmiento, de una reja de la casa de Monroy. Y que Isabel, ya reina, la honró mandando dorar la reja de la que pendió Antona. Hoy la casa de Monroy es el palacio de Rejadorada.  
Casi dos siglos más tarde, en 1635, el gran Tirso de Molina escribió un drama dedicado a aquella gran mujer. Copio parte del diálogo entre el conde portugués Penamacor y Antona, de la que queda prendado. Le pregunta a la heroína por qué se pone de parte de Isabel de Castilla. Y ella le responde.
¿Por qué la amáis?                  Porque es santa.
¿Que tanta es su gracia?        Tanta.
Mayor es la vuestra.                ¿Sueña?
¿Es hermosa?                         Como un sol.
¿Es discreta?                           Como un cura.
¿Tanto?                                    Toda es hechizura.
¿Tiene valor?                           Español.
Será rubia.                                Como el trigo.
Será blanca.                             Como el ampo.
Será gentil.                               Como el campo.

Tanto Antona como el mercedario Gabriel Téllez nos animan a que miremos bien, a que admiremos mejor, a que nos enamoremos de tanta grandeza como nos ha precedido en nuestra incomparable Historia, a que elevemos el tono de nuestro agradecimiento a raíces tan nobles y aportemos lo más honroso de nuestros sentimientos, de nuestras vidas y de nuestros esfuerzos para seguir enamorados y enamorándonos de ella.

miércoles, 20 de marzo de 2013

Francisco.



Durante la vida de Don Bosco la Iglesia estuvo presidida por Pío VII, León XII, Pío VIII, Gregorio XVI, Pío IX y León XIII. Con los dos últimos tuvo una relación frecuente. Debió visitarlos en el proceso de la aprobación de la Congregación Salesiana y de sus Constituciones. Y en su vida espiritual la Eucaristía, la Virgen y el Papa fueron tres metas de su afecto que presidían, cada uno con su valor, su obra y su labor de fundador y de educador. En estos días de novedad en la Iglesia de Roma por la presencia del Papa Francisco es bueno reafirmar nuestra adhesión a quien guía en el amor a los que seguimos a Cristo. 
Don Bosco soñó una noche que se encontraba en uno de los nichos más altos de San Pedro. No sabía cómo podía haber llegado allí y tuvo miedo. Buscó el modo de bajar, gritó pidiendo ayuda y el miedo angustioso le despertó.
El que visita la basílica de San Pedro de Roma puede descubrir que en el nicho situado encima del tondo del Papa Pío IX y la estatua en bronce de San Pedro en la derecha de la nave central está Don Bosco. En estatua, como otros 35 santos fundadores. Y le acompañan dos muchacitos que representan a Santo Domingo Savio, alumno suyo en su Oratorio de Valdocco-Turín, y el Beato Ceferino Namuncurá, hijo del cacique mapuche Manuel Cafulcurá de la pampa argentina.   
El 31 de enero de 1936 el cardenal Eugenio Pacelli, futuro Papa Pío XII, bendijo esa estatua del escultor Canonica de 4,80 metros de altura.
Fue Pío XI, Aquiles Ratti, quien quiso que se colocase su estatua donde está ahora. Siendo joven sacerdote pasó algunos días en Valdocco con Don Bosco. Le apreció profundamente y la Providencia hizo que, pasados algunos años, lo beatificase en 1929 y canonizase en 1934.
No es indiferente la postura con que el artista ha representado a los tres personajes. Los dos jóvenes miran y se funden en un gesto de adhesión a Cristo y a su Vicario. Siguen con esa actitud la indicación que Don Bosco les hace con su brazo derecho extendido. Si miramos con los ojos del alma descubriremos que también a nosotros sigue haciéndonos la misma invitación.

jueves, 7 de febrero de 2013

Ciccio.



Ciccio, como sabéis por los medios de comunicación, tiene ya 14 años. Son bastantes para un pastor alemán. Y no le quedarán muchos para seguir esperando en la iglesia de Santa María Asunta de San Donaci, en la provincia de Brindisi, Sur de Italia, como hace desde noviembre, cuando su anciana amiga María falleció de repente. De momento, y parece que mientras haga falta, don Donato Panna, el compresivo párroco, lo acoge en su casa una vez que acaba la Misa de cada día.

Y los feligreses comentan este caso, no raro, pero sí peculiar, y la fidelidad de los perros, que tanto asombra.

Recuerdo, leyendo lo anterior, haber leído la anécdota de una familia que encomendó al veterinario la suerte de su can enfermo. «Tiene cáncer. Lo mejor es hacerlo ‘dormir’».

Y la familia esperaba el resultado de la inyección que le puso el técnico. Se preguntaban mientras tanto sobre la brevedad de la vida de un amigo tan fiel. El más joven, de nueve años, aseguró: «Yo sé por qué viven tan poco: necesitan poco tiempo para aprender a ser dóciles, obdientes, cariñosos…»

¿Cuánto tiempo necesita un hombre para ser dócil, obediente, cariñoso, generoso, fiel…? ¿O creemos que esas cualidades y otras muchas son sólo propias de los perros? Para algunos la docilidad (que significa actitud para aprender), la obediencia (que significa capacidad para salir al encuentro), el cariño (que significa que nos importa de verdad la persona con la que tratamos), la generosidad es la convicción de que uno vale (al menos algo) y vale la pena darse (al menos un poco) a los demás, la fidelidad (que es igual que honradez, grandeza de ánimo, confianza, entrega incondicional)… son signos de debilidad. Cuando, por el contrario, la indocilidad es aferrarse al instinto, la desobediencia es incapacidad para colaborar, la agresividad es la excrecencia de la cerrazón, la reserva de sí es muestra de una ahincada autodesestima, la infidelidad es la negación de sí mismo.

A lo mejor es que hace falta empezar por saber usar el diccionario. Y después ofrecerse en el mercado público de las especias morales para dar sabor, sazón, luz y entusiasmo a las vidas de los demás.