lunes, 30 de abril de 2018

En Purwodadi, Don Bosco no para nunca.


Don Bosco nunca para. Nosotros, que seguimos escuchando que nos desea buenas noches, debemos seguirle por este pobre mundo buscando quiénes son los últimos que ha encontrado. Son estos de la obra salesiana de Purwodadi, abierta hace dos años por indicación del obispo de Punwokerto monseñor Julianus Sunarko, Jesuita.
Está en la provincia de Java Central, a 500 kilómetros de Yakarta y a 300 de la escuela salesiana de Blitar.
Y en ella cinco salesianos, secundados por educadores cristianos y musulmanes, animan una escuela para jóvenes de familias pobres. Seis de ellos, católicos, están en forma de internado y sirven de ejemplo y de vivencia del mensaje cristiano en el estilo de Don Bosco
Los 20 educadores de la obra admiran el espíritu de familia y el trabajo de grupo de toda la comunidad, comprometida en elevar la condición humana y social de la vida de los jóvenes.
Después de dos años, el párroco de la parroquia, misionero del Sagrado Corazón, pidió ayuda a los salesianos para la Pastoral Juvenil y se abrió un oratorio en Purwodadi. Y toda la Iglesia local se ha volcado en alentar este servicio tan salesiano. Dos salesianos y 30 jóvenes católicos animan el Oratorio cada quince días.
La comunidad salesiana sueña con atraer a más estudiantes, mejorar las infraestructuras y construir una casa comunitaria estable, ya que la actual, cerca del mar, se inunda con frecuencia con aluviones inevitables. Tratan de conseguir terreno para los campos de deportes y para el mismo centro escolar.
Ojalá haber seguido a Don Bosco en este nuevo servicio a los jóvenes de Yakarta despierte en los que leen su mensaje una actitud de sensibilidad para ceder algo que se tiene a los que no tienen casi nada. 

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