lunes, 20 de julio de 2015

Roccacerro.

Roccacerro es un anejo del ayuntamiento de Tagliacozzo en la Provincia de L’Aquila, Italia, a 1.170 metros de altura, como ves en el cartel anunciador de su cercanía. Queda un poco lejos de su núcleo oficial, pero cerca de bellos parques de los Apeninos como el Sirente-Velino, el de los Montes Simbruini o el del Monte Cervia. El Ayuntamiento ha recogido la petición de la Asociación Pro-loco que nos hace saber que la tecnología no ha dejado a sus muchachos presos ante las pantallas de los ordenadores y las ondas impersonales de la tecnología. Es decir, no ha ahogado las ganas de sus niños de jugar en la calle y en la carretera. Y lo hace notar con claridad: RALLENTARE, es decir REDUCIR LA VELOCIDAD. ¿Por qué?: IN QUESTO PAESE I BAMBINI GIOCANO ANCORA PER LA STRADA. (EN ESTE PUEBLO LOS NIÑOS JUEGAN TODAVÍA POR LA CARRETERA).
¡Cuántas reflexiones! ¡Cuántos sentimientos! En Roccacerro los niños son más importantes que los coches. Y las carreteras no son primordialmente para lo que parece que se hacen, sino para que, a falta de canchas y con sobra de árboles, los niños las puedan convertir en lugar propio de sus juegos. En Roccaferro las autoridades velan también por sus niños en los actos más preciosos de sus vidas: cuando juegan. No solo cuando estudian y se ponen serios.  Roccaferro no impone una reducción precisa de la velocidad a los automóviles. No solo porque no son ordenancistas, sino porque si hace falta que el coche se pare porque están tirando un penalti, se pare.
Sin embargo produce un poco de pena la palabra ANCORA (TODAVÍA). ¿Teme acaso la autoridad que va a llegar un tiempo en que la espontaneidad, la libertad, la expansión, el derecho… queden ahogados por las incontenibles prisas con que malgobiernan los mayores y con las que se encadenan?  

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